viernes, 30 de diciembre de 2022

Tiempo de Navidad con un mundo en guerra

 

En las calles de nuestras ciudades hay muchas luces y su exposición llama nuestra atención hacia ilusiones fantásticas. Pero se trata solo de una llamada al consumismo que busca explotar nuestras emociones.

Aquí en casa, a veces también hay guerra, igual que en el mundo, aunque hemos optado por  no poner decoración navideña. El objetivo es que así nos acordamos de los millones de familias que no solo no tienen adornos, ni siquiera saben lo que es vivir en paz. Sufren y no tienen ni idea del verdadero significado de la Navidad.

La Navidad es algo profundo. Interior. Aquellos que tienen como profesión la escritura piensan y describen lo que pasa en su interior. Por eso, hay tantos y tan bellas canciones de Navidad, pero también hay muchos otros sobre la miseria interior, que se manifiesta más en estos días, en los que tantos se enmascaran de lo que no son… fingiendo que pueden ser felices olvidándose de los que sufren.

El mundo está en guerra. Hay cada vez más corazones vacíos en todas partes, con cada vez menos paz… y con cada vez menor esperanza.

La familia, que se celebra en Navidad, es el centro de nuestra vida. Es el espacio y el tiempo de donde partimos para realizarnos como personas, aprendiendo que nadie es feliz mientras haya un hermano que sufre.

La Navidad es tiempo de paz y esperanza, Celebramos el nacimiento de Jesús, alguien diferente que vino a enseñarnos algo muy simple: es amando como seremos felices. Comenzando por los que están más cerca de nosotros y acercándonos después de lo que más necesiten.

Los bienes superfluos no contribuyen a la verdadera felicidad. Pero, hay muchos que no tienen siquiera lo esencial. Mas, no lo tienen porque quizá nosotros nos insistimos en ignorar que ellos existen.

Si no pudiéramos hacer nada más, entonces que nos acordemos de tantas familias a quien la guerra y el consumo quitan lo esencial. Acogiéndolos en nuestro corazón y no dejándonos llevar por los engaños de quien nos quiere vender felicidad.

¿Tenemos motivos para celebrar la Navidad? Sí. Porque ya hemos recibido los mejores presentes: nuestra familia, nuestra paz y nuestra esperanza. Solo falta compartirlas.


José Luís Nunes Martins

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Correio da Manhã - 24 dezembro 2016

(Suplemento especial de Natal)

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