lunes, 27 de diciembre de 2021

Siempre es tiempo de hacer (que sea) Navidad

 José Luís Nunes Martins


 

La Navidad que celebramos estos días nos remite al momento en que Dios se hizo hombre, habiendo venido a vivir nuestra vida y morir de nuestra muerte, y muerte de cruz. ¿Pero, solo eso? No. Este hombre que es Dios nos trajo un mensaje sencillo:

 Que el amor es una condición indispensable para la felicidad, que nadie está completo sin amor, que solo es rico quien d todo, que amar es darse. Pero, vino a decirnos que esta vida forma parte de otra, mayor, que comenzó mucho antes que nosotros y que existe más allá del final de esta. Que somos eternos y amados, así tengamos la humildad de reconocernos como tal, y encontremos en los otros aquello que en cada uno de ellos es sublime y los amemos. Más todavía a los que suelen ser olvidados por la mayor parte de nosotros.

 Ahora bien, nadie debe esperar a la Navidad para cuidar y reconciliarse con la familia.

 ¿Por qué será que aún hay personas que se dejan llevar por el calendario hasta el punto de solo hacer lo que este les manda? El que no es capaz de escoger lo que cree que es mejor en cualquier momento, aunque sea con errores, y muchos, no tiene el discernimiento mínimo para dirigir su vida hacia la felicidad. Tal vez ni siquiera sea digno de ella.

 Vivir es soñar y realizar su historia, no es ser una especie de marioneta que solo hace lo que otros quieren.

 A veces es tiempo de abrir las puertas y … salir de la comodidad y acercarnos a quien está distante … esperando a alguien como nosotros.

 Eres tan necesario en tu casa como en muchos lugares muy lejos de ella.

 Siempre que alguien va al encuentro de otro, para darle la mano, cumpliendo la esperanza del amor, nace más luz entre nosotros, y …se hace Navidad. Y jamás dejará de serlo mientras en cualquier rincón escondido del mundo, el egoísmo de muchos fuera vencido por el gesto de amor de uno solo.

 El amor es eterno y está aquí. Siempre.

 Necesita de ti y de mí para llegar a los otros.



 

sábado, 18 de diciembre de 2021

¿Hay para ti personas invisibles?

 José Luís Nunes Martins


 

Algunos de nosotros no reparamos en la existencia de otros. No justo ni inteligente. Nuestras prisas y problemas no justifican que seamos tan egoístas creyéndonos los únicos merecedores de nuestra atención. Muy al contrario, está mal que alguien cuide de sí solamente, quien dedica a su prójimo una sencilla mirada de reconocimiento que supondría la diferencia entre la alegría y la tristeza.

 

Cada uno de nosotros es una historia y, por más pobre que sea, no deja de tener un valor absoluto. Todos tenemos la misma dignidad, que no se pierde cuando en la vida nos va mal, cuando los otros nos machacan, ni, tampoco, cuando nosotros mismos nos consideramos indignos, o cometemos un crimen cualquiera.

 

Nadie merece que su vida sea indiferente para otro, nadie.

 

Algunos se imponen a otros, se hacen notar, son capaces de mucho para conseguir el tiempo y la admiración de los otros. Otros viven a un nivel más profundo, lejos de las apariencias y de las superficialidades. Su confianza busca lo que los otros son, no lo que tienen los otros o en qué situación se encuentran.

 

Después esta quienes reúsan ver a aquellos que consideran insignificantes. Pero es esa su decisión y, por sí sola, la prueba evidente de la ceguera de su espíritu.

 

Otros, los que son capaces de escuchar lo que el silencio les dice, son los mismos que nos ven el alma solo con mirarnos a los ojos.

 

¿Te reconoces como necesitado de aprender aquello que el tiempo ya ha enseñado a quien tú ni siquiera reparas que existe?

 

¿Eres capaz de comprender que dentro de cada persona a tu lado hay una vida entera?

 

¿Has encontrado ya la sabiduría que te puede ayudar a ser feliz? Tal vez la descubras en el encuentro con los invisibles con los que te cruzas cada día. Prueba a acercarte y decirles buenos días… espera un poco y escúchalos sin prisa… si necesitan algo que tú les puedas dar, y da. Tal vez así descubras la verdad que andas buscando.



sábado, 11 de diciembre de 2021

Sólo se vive hacia adelante

 

José Luís Nunes Martins


El tiempo nunca para, ni va a parar. No espera por ti, ni por nadie. Sólo se comprende la vida mirando para el pasado, pero solo se puede vivir mirando hacia adelante. No es posible comprender la vida al mismo tiempo que se vive.

Ser quien somos pasa por estar en este mundo donde todo puede cambiar en cualquier momento, sin que tenga siquiera que tener sentido. No hay muchas certezas, pero una de ellas es que pocas cosas son seguras.

El mañana es un vacío donde habita el infinito. Todo es posible. Un universo de horizontes inmensos, porque todo es siempre nuevo, único y auténtico.

La eternidad cabe en un solo instante. En este preciso segundo, en que lees este texto, está aconteciendo por todo el mundo un número sin fin de acontecimientos, millares de millones de personas viven de forma diferente y singular esta migaja de tiempo.

Aquiétate durante solo un minuto. ¿Sientes la vida soplar en ti? ¿Ya comprendiste que viajas a la velocidad de la luz rumbo a un mañana sin fin? ¿Sabes que eres tú quien elige el camino?.

Nadie de nosotros sabe quien será, pero podemos saber quien somos y lo que queremos. Después, viene orientar cada paso en dirección al sueño.

No esperes por el tiempo, porque quien crea el futuro eres tú.

Se prudente, la vida es un diálogo permanente entre nosotros y el mundo, en que importa mucho saber cuál es el momento oportuno para cada cosa, siendo así que nunca es tiempo de esperar.

Quien espera y desespera por el futuro no es feliz, tal vez porque no sepa qué hacer en el presente…

El futuro no es lógico, pero quien mira hacia su pasado con atención sabe siempre un poco más. Mira a tu historia, ¿qué importancia tuvo lo que hiciste antes de que las cosas sucedieran? ¿No está el futuro ya aquí, aunque de forma disfrazada?

Aprende a vivir el presente con alegría y con tristeza, pero no con euforia o desesperación. Concéntrate en lo que puedes hacer para que incluso lo imposible  deje de ser … de esa forma, aunque no realices los sueños, siempre tendrás razones para sonreír y para ser feliz, a pesar d todo.

Tu vida es un día a día, hasta el día en que  tendrás que saltar para la eternidad.


https://agencia.ecclesia.pt/portal/so-se-vive-para-diante/

sábado, 4 de diciembre de 2021

VIVIMOS EN EL MUNDO DE LOS MONÓLOGOS

 

José luís Nunes Martins


 Todos quieren hablar, nadie quiere escuchar. Muchos expresan lo que sienten, pero pocos se dejan impresionar.

 Sacamos conclusiones de manera precipitada y estamos seguros de nuestros juicios precipitados  respecto de todo y de todos, como si no fuésemos capaces de esperar un poco más para que, con tiempo e inteligencia, descubrir la verdad que hay tras la primera apariencia. Tal vez porque pensamos que no hay nada más allá de eso.

 Ya es raro que alguien vaya al encuentro de otro con voluntad de escuchar y con él construir algo, de llegar a nuevas ideas y mejores perspectivas.

 Se precisa valor para que guardemos silencio, para que dejemos, aunque solo sea por un tiempo, de colocarnos en el centro de un mundo donde los otros no son más que actores secundarios. Figurantes. Como si solo yo importase.

 No solamente yo necesito ser escuchado, el que necesita decir lo que me atormenta. Solo quien abre su corazón al mío es capaz de compartir mis cruces más íntimas. Confesar el mal que me desespera es un gran paso para vencer esa angustia, pero es preciso que haya quien me escuche, o mejor, quien me quiera escuchar.

 Callémonos por un tiempo, intentemos entender lo que dicen otros, lo que repiten, lo que buscan y lo que necesitan. A veces, son solo insignificancias que desean solo el consuelo de que el otro lo mire un instante. Pero también hay quien precisa más que un simple silencio atento en nosotros… y esos suelen hablar bajo. Por debajo de los largos y exaltados monólogos de los otros.

 Cualquier diálogo es enriquecedor, lo mismo como aquel con quien no sabe muchas cosas, que con aquel que sepa muchas cosas, porque el valor de cada uno de nosotros no está en lo que sabemos, sino en lo que hacemos para ayudar a otro. Al final, la sabiduría es saber solo lo que importa saber, nada más que eso.

 ¿De qué me sirve saber tantas cosas si, cuando es necesario, no soy capaz de socorrer a mi hermano en su fragilidad?