domingo, 30 de julio de 2017

El show incendiario


P. Gonçalo Portocarrero de Almada


¡Gobernantes, por favor desaparezcan! ¡Portavoces del gobierno, de las alcaldías, de protección civil y de las fuerzas de seguridad: por favor, ¡cállense! ¡Respeten por una vez, a las víctimas que no supieron salvar…!

¡Yo soy una víctima más de los incendios! Solo que no sé si soy de las que el gobierno ocultó, o de las que están bajo secreto de la justicia. Me inclino más por la segunda hipótesis, que yo sepa, aún no ha aparecido mi nombre en ningún periódico español, ni en ninguna lista oficial, ni siquiera me fue proporcionado algún apoyo psicológico, a pesar de estar yo dispuesto a pagar la respectiva tasa moderadora.

Pues sí. La verdad es que no ha ardido ninguna propiedad mía -que no las tengo- ni ninguna casa fue pasto de las llamas, ni yo mismo sufrí alguna quemadura, gracias a Dios. Pero ardo de indignación por lo que, desgraciadamente, no es más que un triste espectáculo, un drama convertido en una tragicomedia. Peor aún, una falta de respeto por las verdaderas víctimas de esta catástrofe, una falta clamorosa de sentido de Estado de nuestras más altas personalidades, una demostración de la notoria incompetencia de nuestros técnicos, que son peritos en eludir responsabilidades -¡como se sabe, la culpa es, oficialmente, de los rayos y de los eucaliptos!-  y en no saber poner término a una tragedia que, todos los años, se repite con dramática puntualidad. ¡Es demasiado!

Es demasiado y … es además gente. Y la menor competencia. No hay sujeto, por insignificante que sea su función, que no aparezca, que no intervenga, que no opine, que no llore ante las cámaras de televisión, que no suelte habladurías al micrófono, que no se deje fotografiar junto a las víctimas carbonizadas. Confieso que, en estos momentos, me apetece decir a estos políticos, que buscan notoriedad a costa de las desgracias ajenas, lo que una vez Mario Soares dijo a los agentes de la autoridad: ¡Desaparezcan!

No es menos triste, ni menos ridículo, el pase de modelos de nuestros políticos en la pasarela de los telediarios exhibiendo el último modelo de chalecos reflectantes. ¿¡Por qué fingen que son operaciones de vete a saber qué cuando, ciertamente, son solo mirones que se pasean por lo que tanto les gusta llamar ‘el teatro de operaciones’?!Sí, para ellos, travestidos con ese disfraz carnavalesco, que finge una competencia que manifiestamente no tienen, todo no pasa de una ensoñación, en la que no faltan las lágrimas, las doloras confesiones de un sufrimiento que, obviamente, no sienten. Porque el dolor verdadero se vive, por el contrario, en el luto, con recato, en silencio y, para los creyentes, en la oración. Nadie puede ser culpado por no sentir como propio  el dolor ajeno pero, por lo menos, respeten a quien está sufriendo y evítennos la triste figura de mal intérprete de una pésima pieza.

Otro exceso recurrente en este drama: para cada bombero en acción hay, por lo menos, cinco portavoces. Si el porcentaje fuese a la inversa, un informador para cinco bomberos, probablemente no habría tantos incendios, ni sería necesario tanto tiempo para apagarlos. Pero no, todos tienen que parecer, todos tienen que dar su parecer, todos tienen que hablar: habla el Gobierno, por voz del Primer Ministro o de la Ministra de Administración Interior; hablan las Alcaldías por las personas de sus Presidentes, seguramente en campaña electoral; habla Protección Civil; hablan los bomberos; habla la Guardia Nacional Republicana! No solo hablan todos simultáneamente, sobre lo mismo, incluso aún se divierten al contradecirse: el alcalde dice que el incendio está extinguido, pero los bomberos dicen que solo parcialmente está en fase de rescoldo, mientras Protección Civil afirma lo contrario. Para unos, el fuego es en un municipio, pero para otros es en el siguiente, donde ya labran las llamas. A las once de la mañana se da la noticia de que ha caído un avión, pero al mediodía se afirma que, al final, no se ha desplomado ninguna aeronave. Un incendio extinguido para una entidad está solo en vías de resolución para otra, porque no hay uniformidad en la información y todos quieren tener voto en la materia. Todos hablan y ninguno tiene razón, porque falta autoridad y coordinación.

En todo este drama, la iglesia católica dio, una vez más, una nota de gran dignidad y de enorme discreción. No aparecieron obispos ante las cámaras de televisión o los micrófonos, para querer ganar protagonismo a costa de los incendios. No hubo declaraciones incendiarias. Los párrocos de las feligresías afectadas tuvieron la decencia de no aparecer en público, de no llorar en la apertura de los telediarios, de no hacer publicidad de su dolor, verdaderamente sentido, porque muchas de las víctimas eran ovejas queridas de sus rebaños. En el silencio de su dolor y su silencioso servicio y efectivo apoyo a los más necesitados, creyentes y no creyentes, no exigieron tarifas sino que enseñaron, más con hechos que con palabras, que la verdadera caridad cristiana no consiente el exhibicionismo: 2que no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha…” (Mt. 6,3).


Señores gobernantes: ¡por favor, desaparezcan! Señores portavoces del Gobierno, de las alcaldías, de Protección Civil y de las fuerzas de seguridad: ¡por favor cállense! Respeten, `por una vez, a las víctimas que no supieron salvar, el luto de los que lloran a sus muertos, el pesar de los que perdieron todo. Por favor, respeten ese dolor que, aún no siendo vuestro, es muy nuestro también.

viernes, 28 de julio de 2017

¡No me puedes obligar a amarte!


OPINIÓN DE JOSÉ LUÍS NUNES MARTINS


Ser libre es mucho más que ser independiente. La libertad consiste en el usufructo completo e íntegro de las facultades internas y externas, del cuerpo y del alma. La independencia consiste en la exención o desapego de todos los lazos, y de toda sumisión exterior que pueda influir sobre su uso y ponerle algún obstáculo.

La libertad forma parte de la esencia de la vida. Sin ser libre, no se vive, solo se sobrevive.

Tenemos la capacidad de elegir entre el bien y el mal, pero no para determinar lo que es bueno o malo. Tampoco para cuestionar la naturaleza o las circunstancias específicas de cada uno.

Muchos son los que se entregan como prisioneros en una guerra que quieren perder según sus deseos… Se vuelven esclavos de los que tienen de más rastrero: el placer egoísta que jamás se satisface. Dejan de ser señores de sí y pretenden que los demás les presten atención, admiración y afecto. Cayendo así en manos del orgullo -su enemigo- se convierten en cautivos de una imagen distorsionada de sí mismos… siempre peor de lo que es en realidad.

A veces, son perdonados por aquellos a quien no hacen bien. Dado el caso, hay muchos que asumen eso como pretexto para vivir en desenfrenado libertinaje. Sirviéndose de los otros, sin quererlos ver como iguales y dignos. Sino instrumentos. Meros escalones. Cosas de usar y desechar.

El mal uso de la libertad puede ser muy nocivo para algunos. Se hacen mal a sí mismos, al tiempo que se creen dueños de la libertad del otro.

Nadie me puede obligar a ser quien no quiero ser.

Mi libertad está determinada por mi voluntad, de acuerdo con las posibilidades y con lo que son mis deberes.

Ser libre es obedecer. Tener un proyecto y luchar por él. Cada día. A veces, ser libre es resistir con paciencia, a la espera de un momento mejor.

Ser libre es mucho más que ser independiente. La libertad consiste en el usufructo completo e íntegro de las facultades internas y externas, del cuerpo y del alma. La independencia consiste en la exención o desapego de todos los lazos, y de toda sumisión exterior que pueda influir sobre su uso y ponerle algún obstáculo.

El poder fascina y esclaviza a aquellos a quien promete este mundo y otro. Los juegos de poder son una prueba de lo absurdo que el mundo puede ser.

El amor es una renuncia al poder. Intencionada. Voluntaria y consciente. Libre, en el sentido más absoluto.

¡Nadie me puede obligar a amar, tampoco a amarlo! ¡Sólo yo me puedo obligar a amar!

El amor es la certeza de salvación y depende solo de cada uno de nosotros. No de pasiones pasajeras, sino de una voluntad sublime de ser exactamente quienes queremos ser.

¡Amar es tener la libertad de servir a quien se ama!

Ilustración
Ilustração de Carlos Ribeiro  



domingo, 23 de julio de 2017

María Magdalena: la apóstola de los apóstoles


P. Gonçalo Portocarrero de Almada


Todas las mujeres cristianas, sin necesidad del sacramento del Orden, pueden y deben ser, sean legas o consagradas, solteras o casadas, apóstolas de apóstoles, como María Magdalena.

Con fecha del 3 de junio de 2016, el Papa Francisco, a través de uno de sus más próximos y valiosos colaboradores, el Cardenal Robert Sarah, prefecto para la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, decretó que la celebración litúrgica de Santa María Magdalena pasase a ser fiesta, a realizar todos los años el día 22 de julio, que era ya el de su memoria.

Esta promoción litúrgica de la Santa de Magdala sucede por exigencia de varios criterios pastorales que, en el referido decreto, sumariamente se refieren: “En la actualidad, cuando la Iglesia es llamada a reflexionar más profundamente sobre la mujer , la nueva evangelización y la grandeza del misterio de la misericordia divina, pareció conveniente que el ejemplo de Santa María Magdalena fuese también puesto a los fieles de una forma más adecuada. Por eso, esta mujer conocida por haber amado a Cristo y por haber sido muy amada por Cristo, llamada por San Gregorio Magno ‘testimonio de la divina misericordia’ y por Santo Tomás de Aquino ‘la apóstola de los apóstoles’, puede ser hoy propuesta a los fieles como paradigma del servicio de las mujeres en la Iglesia”.

A este propósito, el Secretario para el Culto Divino, Arzobispo Arthur Roche, muy justamente recordó que “fue Juan Pablo II quien dedicó una gran atención, no solo a la importancia de las mujeres en la misión del propio Cristo y de la Iglesia, sino también, en particular, al especial papel de María de Magdala, siendo el primer testigo que vio al Resucitado, y la primera mensajera que anunció la resurrección del Señor a los apóstoles (cfr. Mulieris dignitatem, n. 16)”.

Cuestión más difícil es la de determinar quien fue, de hecho, María Magdalena. En el pasado, hubo quien la identificó con la pecadora que derramó el perfume en casa de Simón, el fariseo; pero la moderna exégesis desmiente esa identificación. Tal vez esa confusión haya originado la mala fama que, desde entonces, persigue a esta santa. Por eso, la tradición popular le imputa un pasado lujurioso, que la Biblia, con todo, no corrobora.

Siempre fueron muy poco indulgentes los hombres para con los pecados de esta naturaleza, que aún hoy son considerados de los más vergonzosos. En cambio, a los ojos de Dios, puede ser más grave el orgullo o la ira de un corazón que, aunque inocente de cualquier pecado carnal es, al final, más impuro. Por eso, Jesús no deja de reprobar la soberbia de los que, como los fariseos, se consideraban a sí mismos justos y despreciaban a las pecadoras públicas que, en cambio, los precederían en el reino de los Cielos. Pero, aunque inocente de esos pecados, María Magdalena también tendría sus propias culpas, pues de ella se dice que “habían salido siete demonios” (Lc. 8, 2)

Más importante que averiguar el pasado, más o menos pecaminoso, de María Magdalena, interesa su virtud, su amor a Cristo, porque también ella, como además todos nosotros, solo puede ser perdonada por el amor, como Jesús enseñó al farisaico Simón: “Están perdonados sus muchos pecados, porque amó mucho ” (Lc. 7,47).

Los santos no fueron, al contrario de lo que una cierta mentalidad puritana tiende a creer, los que no pecaron nunca, o los que pecaron poco, sino los que mucho amaron, aunque hubieran pecado, algunos incluso mucho. (cfr. 1Cor 13, 1-3).

María Magdalena fue una gran santa porque amó mucho y fue también muy amada por Cristo. No al modo como a algunos ignorantes les gusta ahora ‘romancear’, en novelas de cordel que tal vez sean best-sellers comerciales, sino que nada tienen de verosímil. Los desmiente la reverencia de la buena mujer de Magdala para con su Maestro el Señor, a quien trata con indiscutible amor, pero también con el respeto debido por la criatura hacia su creador. Por eso, cuando finalmente lo descubre en aquel que antes creía ser el hortelano, no lo trata familiarmente por su nombre propio, como sería de esperar entre cónyuges o amantes, sino con la deferencia que la discípula debe a su Maestro (Jn. 20, 16). También las palabras que Jesús opone al ímpetu de su efusiva alegría cuando, por fin, lo reconoce (Jn. 20, 17), señala, sin lugar a dudas, la distancia siempre observada entre la humilde sierva y su divino Señor.

Su fe se afirma sobre todo en la gloriosa resurrección de su Maestro, de la que ella será, por especialísima gracia, primera testigo. Como escribió Arthur Roche, “precisamente porque fue testigo ocular de Cristo resucitado, fue también, por otro lado, la primera en dar testimonio de Él a los apóstoles”. De este modo se convirtió en evangelista, o sea, en mensajera que anuncia la buena nueva de la resurrección del Señor.

La elevación a fiesta de la conmemoración litúrgica de maría magdalena expresa, en términos litúrgicos, el reconocimiento de su calidad de apóstola: “por eso -como dice el Secretario de la Congregación para el Culto Divino- es justo que la celebración litúrgica de esta mujer adquiera el mismo grado de fiesta dado a las celebraciones de los apóstoles en el Calendario Romano Geral y que se destaque la especial misión de esta mujer, que es ejemplo y modelo para todas las mujeres en la iglesia”.

¡Los que pretendan la promoción de las mujeres en la iglesia por vía de su clericalización, tal vez piensen que esta reforma litúrgica preanuncia su admisión al sacerdocio ministerial, pero es más lógico que quiera decir exactamente lo contrario. Por eso, si María Magdalena, sin haber recibido nunca el diaconado, ni el presbiterado o el episcopado, puede ser y de hecho fue apóstola, también todas las mujeres cristianas, sin necesidad del sacramento del Orden  en ninguno de sus tres grados, pueden y deben ser, sean legas o consagradas, solteras o casadas, no solo apóstolas, sino apóstolas de los apóstoles, como Santa María Magdalena!


http://observador.pt/opiniao/maria-madalena-a-apostola-dos-apostolos/

viernes, 21 de julio de 2017

El corazón vuela fuera de nosotros


OPINIÓN  DE  JOSÉ  LUÍS  NUNES  MARTINS



El corazón va a donde depositemos nuestra atención, nuestras esperanzas y nuestros cuidados. Sólo raras veces nuestro corazón está dentro del pecho, y eso es bueno. Mucho.

Lo mejor de nosotros no es para nosotros. El corazón va donde depositemos nuestra atención, nuestras esperanzas y nuestros cuidados. Sólo raras veces nuestro corazón está dentro de nuestro pecho, y eso es bueno. Mucho.

Hay infiernos escondidos dentro de nosotros. Algunos en los cuales están aquellos que se creen más de lo que son, aquellos que creen que las apariencias son más importantes que la verdad, aquellos que creen bastarse a sí mismos.

Hay paraísos que pueden ser encontrados. Corazones en paz que calman las más revueltas tempestades de nuestras vidas.

Es así hasta el punto de que, a veces y en ciertas personas, el aire que rodea su cuerpo gana un color sutil y muy bello. ¡Cuando se mueven parecen cometas que van esparciendo oro por donde pasan!

¡Hay otros que, por tener así el corazón tan expuesto, sienten todo. Sus dolores y los del mundo entero. Abrazan los corazones que sufren y con generosidad comparten el peso de las angustias y desesperaciones, pero también se alegran con los que se regocijan pro las alegrías de la vida!

El amor hace que los corazones se entreguen y se forme una nube que permite a los que lo aceptan caminar por encima de los agujeros y las piedras de este mundo engañoso.

¡El corazón vuela fuera de nosotros y nos hace volar, elevándonos y llevándonos hasta el punto más alto de la existencia: el cielo! Ver el mundo a través de los ojos del amor es admirar el corazón de todo lo que nos rodea.

¡Amar no es una libertad que se pierde. Es una voluntad de ser rico por haberse dado todo!
El amor es todo aquello de que el mundo precisa.
Ilustração: Carlos Ribeiro


http://rr.sapo.pt/artigo/89339/o_coracao_voa_fora_de_nos

¡Es muy difícil ser justo; hoy todavía más!


Otra vez. Otra vez y otra vez, la misma injusticia: una persona, enferma mental, absolutamente desorientada,  incapaz de aceptar ninguna ayuda, tiene que dormir en la calle.

Lamento no conocer bien como ha llegado hasta nuestra oficina, supongo que porque ha permanecido en el albergue (aunque aún no acoge oficialmente a mujeres, a pesar de llevar meses inaugurado...), y a través de Cáritas se le va a buscar un alojamiento, si no el más adecuado para ella, en su estado completamente enajenado, al menos que no pasara esta noche en la calle, una sola noche, ya que mañana tiene plaza en el Hogar Betania, de cáritas, en Algeciras.

No puede pasar la noche en el albergue porque han pasado una mala noche, ella y la persona que buscaron para cuidar de ella. Cáritas no tiene aquí medios para acogerla hasta mañana, y tampoco puede pagarle una pensión, como ha hecho otras veces, con otras mujeres, dadas las condiciones en las que se encuentra. 

Una sociedad que no es justa con uno de los suyos, totalmente indefenso, no es justa, ni mucho menos. Hoy los responsables de la sociedad: políticos, jueces, y muchos ciudadanos con poder económico, o dueños de poderosos medios de comunicación... no se rigen por un principio sagrado de humanidad, cada uno interpreta las leyes a su conveniencia, según su ideología, y así tienen desamparada a media sociedad por lo menos; desamparada y a menudo marginada, sin preocuparse de poner a su disposición los de servicios y recursos necesarios para reintegrar a la plena ciudadanía a los ciudadanos caídos.

Somos injustos casi todos, porque no nos ocupamos de nuestros semejantes según nuestras capacidades y recursos. Así  me siento hoy yo, como supongo les sucede a muchos de los que nos dedicamos unas horas al día a los demás, cuando se presenta un caso de estos, una persona en estado de enajenación mental total, al no poder ofrecerle la ayuda que necesita con toda urgencia, porque son un peligro para sí mismos en la calle, o para cualquiera que desconozca su estado; o también pudiera llegar a ser una víctima fácil, para alguien sin escrúpulos que quiera hacerle daño...

He visto las caras descompuestas de las trabajadoras sociales a las que ayudo, tratando de convencer a esta pobre mujer para que se deje ayudar, buscándole  un albergue de acogida permanente, y uno provisional para esta noche, para  mañana ya le han conseguido una plaza en el Hogar Betania de Cáritas, en Algeciras... Una de ellas le ha ofrecido llevarla en su coche, y la pobre mujer, no es capaz de aceptar la invitación.


Está asustada, perdida, desconfía de todo y de todos. Es necesaria, en estos casos, la intervención de unos Servicios Sociales municipales eficientes, para que alguien con ‘autoridad’, con capacidad y los recursos necesarios, facilite a esta persona la ayuda que requiere, aunque sea contra su ‘voluntad’, ya que, por sí misma, no es capaz de controlarla y dirigirla en su propio beneficio. 

sábado, 15 de julio de 2017

‘¡Nosotros queremos a Dios!’



La Iglesia católica fue la única institución que ayudó a defender a los polacos en su proceso de liberación del comunismo.

Es sabido que la opinión pública internacional no gusta de Donald Trump y que los medios de comunicación social hicieron de todo para impedir su elección como presidente de los Estados Unidos de América. En vano.  Si Watergate fue el exponente máximo del poder de la comunicación social, al lograr la dimisión del presidente Richard Nixon, la elección de Trump fue tal vez su momento más bajo porque, a pesar de su empeño en denigrar al candidato republicano, el electorado lo escogió para la presidencia de los USA.

También en Europa es políticamente correcto presentar a Trump como una figura menor, un sujeto basto y ordinario que, más allá de ser una nulidad personal, es una desgracia para los Estados Unidos de América y un peligro para la paz mundial. Es paradójico que no pocos ‘demócratas’ se vean obligados a deplorar el sistema que posibilitó la elección de tal energúmeno...

Sea. Donald Trump no es, decididamente, mi ídolo, ni reúne los predicamentos recomendables para un presidente de los Estados unidos de América; pero le concedo el beneficio de la duda y procuro enjuiciarlo por sus actos y no por los prejuicios que alguno, maliciosamente, alimentan al respecto.
Una reciente intervención pública de Donald Trump hace historia: su memorable discurso del pasado día 6, en Varsovia. El presidente  norteamericano habló en presencia de muchos millares de polacos y de las principales autoridades del país, especialmente el premio nobel de la paz y principal obrero, con San Juan Pablo II, de la liberación de Polonia: Lech Walesa.

“Como la experiencia polaca nos recuerda, la defensa de occidente depende, en última instancia, no solo de los medios sino también de la voluntad de su pueblo para triunfar. La cuestión fundamental de nuestro tiempo es si occidente tiene voluntad de sobrevivir”, afirmó Trump en la histórica plaza Krasinski, frente al monumento a la resistencia polaca durante la ocupación nazi.

 “La historia de Polonia es la historia de personas que nunca perdieron la esperanza, que nunca desistieron y que nunca olvidaron quienes eran”, prosiguió Trump. Y añadió: “Nuestra propia lucha, en defensa de Occidente, no comienza en el campo de batalla”, sino “comienza en nuestras mentes, nuestra voluntad y en nuestras almas”.

Trump elogió la nación mártir polaca, tantas veces suprimida del mapa por las apetencias imperialistas de sus vecinos, Alemania y Rusia, principalmente cuando, por virtud del pacto Rbbentrop-Molotov, fue sucesivamente invadida por los ejércitos nazi y soviético.

El régimen comunista duraría hasta las primeras elecciones libres, en junio de 1989, cinco meses antes que la caída del Muro de Berlín. De este largo y doloroso proceso de liberación, Donald Trump, destacó la acción decisiva de San Juan pablo II, evocando la extraordinaria vitalidad espiritual polaca. Como dice un mártir polaco, el obispo Miguel Kozal: “Peor que una derrota militar es el colapso del espíritu humano”.

Sin libertad, sin partidos o sindicatos libres, sin derecho a la libre expresión, la Iglesia católica fue la única institución que apoyó y defendió a los polacos en su lucha contra el yugo soviético. Por eso, en los astilleros de Gdansk, los mineros en manifestación no sólo se confesaban públicamente sino que hacían que ahí se celebrase la misa, por padres que pagaron con su vida la osadía de dar apoyo espiritual a los defensores de la libertad, como fue el caso de Jerzy Popieluszko, asesinado el 19 de octubre de 1984, por la policía política del régimen comunista polaco.

En la conquista de la libertad política y religiosa de Polonia, San Juan Pablo II fue determinante, como Trump tuvo la honestidad intelectual de reconocer: “Cuando, el día 2 de junio de 1979, un millón de polacos llenó por completo  la Plaza de la Victoria para la primera misa con el Papa polaco, todos los comunistas de Varsovia deben haber percibido que, muy pronto, su régimen opresivo se desmoronaría. Deben haber percibido eso en el momento exacto en que, durante la homilía del papa Juan Pablo II, un millón de polacos, hombres, mujeres y niños, juntaron sus voces en un clamor unánime. Un millón de polacos que no exigían bien estar, que no pedían privilegios, sino que solo dijeron estas tres simples palabras: “¡Nosotros queremos a Dios!”

Según el presidente de los Estados Unidos, “los polacos, los americanos y los europeos gritan aún: “¡Nosotros queremos a Dios!” Trump no solo cree que es así  sino que también lo dice delante de una multitud que no cesaba de aplaudir, al mismo tiempo que, repetidamente, vitoreaba su nombre.


El presidente norteamericano destacó aún que “una Polonia fuerte es una bendición para Europa, y una Europa fuerte es una bendición para el mundo” y fijó el compromiso de su gobierno con Polonia y con “una Europa fuerte y segura. Europa, más que dinero, riqueza o armamento, está falta de espíritu, de alma. Y, en nuestro país, faltan estadistas que, conscientes de nuestra historia e identidad nacional, sean capaces de galvanizar todas las voluntades  en torno a un ideal solidario que, sin demagogias ni nacionalismos tardíos, cumpla con Portugal.


¿Familia o una carrera? La familia


14 jul, 2017

OPINIÓN  DE  JOSÉ  LUÍS  NUNES  MARTINS

Para ser valioso es preciso ser útil. Muchos piensan que su valor depende de lo que tiene, de su carrera o de la posición social que ocupa.

La libertad individual debe ser respetada. Pero por más irresponsable que sea alguien, a cada uno le corresponde siempre pagar con las consecuencias de sus elecciones.

¿La familia o una carrera? Para muchos no hay opción. Algunos no tienen familia, otros están desempleados. La mayor parte tiene que conjugar las dos, pero la verdad es que, desde hace algunos años, sólo en casos raros y pasajeros se consigue un perfecto equilibrio.

Familia y carrera exigen todo, cada una para sí, sin conceder mucho espacio a la otra. Se trata de una doble exclusividad que es, por sí sola, una paradoja: la simple coexistencia de la familia y de una carrera es ya motivo de una elección imposible, porque la inevitable tentativa de conciliación es sinónimo de un doble fracaso.

El que trabaja y tiene una familia vive con sacrificios permanentes y culpas duraderas.

Otros tienen una familia con varios problemas, que se agravan por falta de tiempo o atención para cuidar de ellos. Todo empeora y se vuelve cada vez más cómodo estar lejos... y empeora aún más...

Para ser valioso es preciso ser útil. Muchos piensan que su valor depende de lo que tiene, de su carrera o de la posición social que ocupan. La inmensa mayoría de nosotros defiende que no hay nada más importante que la familia, aunque después solo lo empeñamos a nivel profesional, dejando a la familia para los ratos libres... o, de forma aún más sencilla: para después.

Tal vez debiéramos cada uno de nosotros pensar bien en su vida y en los objetivos que se propone, sin ingenuidad. La carrera es importante, pero solo y solamente en cuanto instrumento al servicio de otro fin.


La familia exige todo, casi siempre a cambio de nada... pero solo así se puede ser feliz.
Carlos Ribeiro

http://rr.sapo.pt/artigo/88769/a_familia_ou_uma_carreira_a_familia

domingo, 9 de julio de 2017

El hat-trick de CR7




¿¡Qué es una mujer que aloja en su vientre si no una ‘proletaria’, en el sentido propio del término!? ¿Y qué es el ‘padre’ del hijo encargado, si no un capitalista explotador?

No, no se trata de una proeza futbolística más del famoso capitán de la selección nacional, sino de su más reciente producción: dos retoños, gemelos por más señal, a sumar a otro hijo que ya tenía. Tienen los tres hermanos la mala suerte de ser todos hijos sin madre, porque todos fueron engendrados por el padre, por vía de la ‘maternidad de sustitución’. En el contrato de prestación de servicios de gestación, no habrán faltado las habituales cláusulas de confidencialidad, así como la renuncia a cualquier prerrogativa materna en relación a los niños engendrados, pero después cedidos, para siempre, al multimillonario padre, que colecciona hijos como si fuesen botas de oro, u otros trofeos deportivos.

Es probable que todo  haya pasado de forma consensuada: CR7 no tiene propiamente problemas financieros y no deben faltar mujeres saludables y disponibles para concebir y engendrar hijos para el ídolo futbolístico, a cambio de una generosa compensación. Muy al contrario los defensores de los vientres de alquiler las quieren gratuitas, como la ley portuguesa así lo exige, la verdad es muy diferente: no es por casualidad que Cristiano Ronaldo se permite, por segunda vez, este lujo. Además, no es creíble que alguien, que no sea un familiar muy próximo acepte llevar en su seno, durante nueve meses, un ser humano del que después se va a desligar para siempre, a no ser que sea por eso recompensada generosamente. Además, solo así se explica que este procedimiento sea accesible a un cristiano Ronaldo, pero no a cualquier ciudadano que, como él, también pretenda tener hijos, pero no tenga una mujer  que los pueda concebir. Por eso, no se conoce ninguna mujer rica, europea  o norteamericana, que haya ‘arrendad0’ su vientre a un matrimonio pobre de campesinos paraguayos incapaces de engendrar, aunque también los haya...

Es curioso notar que, según las revistas llamadas sociales, de las que apenas conozco las tapas, no faltan enamoradas de turno del flamante futbolista. Son todas, como conviene, jóvenes sofisticadas, de silueta impecable, posibles vencedoras de los más exigentes concursos de belleza. ¿¡No sería más lógico que fuesen ellas las madres de los hijos de CR7!? Sí, claro, caso que no fuese este un esquema de explotación femenina que, obviamente, jamás se sujetaría a una vampiresa enamoradiza del multimillonario capitán de la selección nacional. Estas damas de compañía no están dispuestas a la deformidad que la maternidad exige durante el tiempo de la gestación, sobre todo en su fase final, pero una pobre mujer no se puede permitir esos cuidados, ni rechazar un alquiler tan rentable.

El proletariado está de moda de nuevo, entre nosotros por la mano de la mayoría social-bloquista y con la valiosa y sustancial contribución de dos decenas de diputados del Partido Social Demócrata que, en esta cuestión, se aliaron a la jerigonza en vez de hacer, como era lógico, oposición. Los proletarios, de tan triste memoria durante la revolución industrial y que, en vano, el marxismo intentó rehabilitar, eran como el propio nombre indica, trabajadores cuya principal riqueza era la prole: cuantos más hijos, más brazos –recuérdense los niños miserablemente explotados en las minas- y, por tanto, mayor rendimiento familiar. ¿Qué es una mujer que alquila su vientre si no una ‘proletaria’, en el sentido propio del término!? ¿Y qué es el padre del hijo encargado, si no una nueva versión del capitalista explotador? En realidad, no es más que un proceso industrial, en que la mujer queda reducida a un mero objeto, a una pieza en la cadena productiva, o reproductiva, a que se recurre para la obtención  del hijo y que, después, se abandona e ignora. Pobres mujeres...

La mercantilización de los vientres femeninos es ya una realidad, no obstante los partidarios de estas nuevas  técnicas rechazan, en teoría, cualquier intención comercial. En el Reino Unido, por ejemplo, ya se permite a la mujer  gestante recibir una cuantía de 15 mil libras, a título de compensación por la gestación. En los Estados Unidos, donde hay mayor demanda, se ponen en práctica precios más elevados: en California, se cobran 100 mil dólares por ese servicio, pero en la India se puede conseguir un vientre de alquiler  por valores que van de los 18 mil a los 30 mil dólares, de los cuales solo 8 llegan a la ‘madre de sustitución’. Como en cualquier proceso industrial, también en estas gestaciones hay intermediarios que exigen sus comisiones: un negocio, al final, como cualquier otro.

Admiro en Ronaldo la pericia demostrada, con mucho trabajo y dedicación, aunque entienda una ‘saloiice’ dar su nombre, que sería adecuado para un estadio de futbol, al aeropuerto de Madeira (a propósito, la semana pasada estuve en París, en el aeropuerto Charles de Gaulle, que no era futbolista, y en el de Ámsterdam, que no se llama Johan Cruyff...). Pero en relación a este proceso industrial, CR7 no es, obviamente, el principal responsable: mayor culpa tiene quien legalizó la mal llamada ‘maternidad de sustitución’.

En Portugal, según la Ley de gestación de sustitución (Lei nº 25/2016, que reformou a Lei 32/2006, sobre procriação medicamente assistida), “La celebración de negocios jurídicos de gestación de sustitución sólo es posible a título de excepción y con naturaleza gratuita, en los casos de ausencia del útero, de lesión o dolencia en este órgano que impida de forma absoluta y definitiva elembarazo de la mujer, o en situaciones clínicas que lo justifiquen (Art. 8º, nº 2). Y, en el país vecino, dos españoles que recurran a un vientre de alquiler para obtener gemelos, no los pueden registrar como suyos, por sentencia de 6 de febrero de 2014, del respectivo Tribunal Supremo de Justicia. Pero, en los Estados Unidos, de donde proceden los gemelos de CR7, por lo visto ya se mandan hacer niños a gusto del parroquiano.

Sólo hay pero en este embrollo: estos hijos no tienen, ni tendrán nunca, madre. Nada que, sin embargo, no se pueda compensar con bienes materiales: ¡aún más, los vientres de alquiler son solo para ricos!


http://observador.pt/opiniao/o-hat-trick-de-cr7/

viernes, 7 de julio de 2017

Las leyes están lejos de la perfección


OPINIÓN  DE  JOSÉ  LUÍS  NUNES  MARTINS

Las leyes se hacen en base a la visión que las mayorías tienen de lo que es mejor. Ahora bien, la verdad no es democrática. Sucede, a veces, que muchos se engañan a ese respecto, llegando a creer que pueden alterar la verdad según lo que creen que ella es.

Las leyes de la naturaleza son factuales y no dependen de  votación alguna. La naturaleza es como es, sin tener en cuenta lo que se piense o quiera de ella.

Es importante saber que una ley de cualquier Estado puede permitir comportamientos  normalmente inaceptables, o castigar otros que sean normalmente buenos.

Es importante que cada uno de nosotros se dedique a juzgarse y a corregirse a sí mismo, más que preocuparse en hacer eso en relación a los demás.

La verdad no deja de serlo solo porque nadie la ve o quiere verla.

Como ciudadanos, tenemos el deber de juzgar lo que nos imponen como cierto y errado, cuestionándolo hasta  comprender sus razones. En la mayor parte de los casos, las leyes son justas tanto desde el punto de vista legal como moral, pero hay una tendencia reciente a apartar la moral al límite de considerar que lo cierto y lo errado son establecidos a través de decretos humanos.

Es importante que se acuerde, por ejemplo, en que los automóviles circulen por la derecha, pero querer acordar la verdad es imbécil, porque revela una tentativa de alterar lo inalterable, que solo puede ser intención de personas que no distinguen la verdad absoluta de aquello que son solo sus voluntades.


Las elecciones de cada uno de nosotros definen nuestra identidad. Seguir la mayoría solo por comodidad es tan irresponsable como estar en contra solo por placer de llevar la contraria.

Carlos Ribeiro

http://rr.sapo.pt/artigo/88233/as_leis_estao_longe_da_perfeicao

domingo, 2 de julio de 2017

Anticonstitucionalísimamente




Consta que ‘constitucionalísimamente’ es la palabra más extensa de la lengua portuguesa y, por una feliz coincidencia, viene muy a propósito de dos excelentes artículos de la edición de Público del 9 de junio pasado.

Ambos son textos magistrales: “Os juízes não têm direito à greve” firmado por el constitucionalista Jorge Miranda, ‘padre’ de la Constitución de la República portuguesa; y la “Carta aberta aos senhores deputados” firmada por un grupo de prestigiosos juristas, como los profesores Germano Marques da Silva, Paulo Otero, Francisco Mendes Correia, Diogo da Costa Gonçalves, Paulo Pulido Adragão, Sofia Galvão, etc.

 Antes de entrar en materia tratada en estos dos textos, vale la pena llamar la atención sobre su carácter científico: so, ciertamente, artículos de opinión sobre materias de debate público, como es el referido derecho a huelga de los jueces, así como la eventual discriminación del homicidio a petición de la víctima y de la incitación a la ayuda al suicidio (Arts. 134º e 135º do Código Penal, respectivamente), esto es,  la eutanasia. Pero, a pesar de que teoría sea de naturaleza política, como son las causas de ruptura, estos dos pareceres son estrictamente jurídicos, o sea científicos, efectuados en la base de los principios y métodos propios de la ciencia del Derecho, según la Constitución de la República portuguesa, carta magna del Derecho y de la sociedad democrática.

Desgraciadamente, tal vez por falta de preparación jurídica de los diputados, el Parlamento mucha veces se limita  a verter, en términos jurídicos los deseos de la voluntad popular, al margen de las exigencias constitucionales – la despenalización del aborto   contradice el derecho constitucional a la vida- e hiriendo la coherencia del ordenamiento jurídico. Por eso,  por la introducción de normas abusivas que contradicen los principios constitucionales y contradicen la naturaleza propia de los institutos legales, no solo se compromete la coherencia del Derecho vigente sino su carácter científico   Es el caso, por ejemplo, del matrimonio de personas entre las cuales no se puede establece la unión que está en el origen del matrimonio y de la generación, no por razón confesional o cultural,  sino biológica y natural.   O la extensión de la adopción a uniones que, no siendo equivalentes a la conyugal, no pueden ser equiparadas a la familia natural, por más que se pretenda disolver  las nociones básicas de paternidad y maternidad en el ambiguo concepto de ‘parentalidad’, muy del agrado de la emergente ideología de género, sino que no tiene el menor fundamento natural o científico.  
          
La ley, más que votando, debe ser razón. Se puede y se debe admitir trascendencia de la voluntad popular, democráticamente expresada, en la elección de los gobernantes e incluso de los miembros de la cámara legislativa; pero es obvio que la ley, aun respetando la voluntad de la mayoría, debe ser adecuada a lo que es justo y, en ese sentido, es sobre todo razón. Por eso, una ley injusta no es ley: tesis tomista que, por ironía del destino, ya vino a encabezar una manifestación de furiosos trabajadores afectos a una central sindical comunista... La esclavitud nunca podrá ser legítima, como tampoco lo podrá ser la muerte de seres humanos inocentes, aún cuando, por absurdo, tales medidas  puedan ser refrendadas por la inmensa mayoría de los ciudadanos. El derecho a la vida, como derecho de la personalidad, es ineludible e irrenunciable, también para el mismo titular.

El profesor Jorge Miranda no sólo prueba la improcedencia, per se, de un eventual derecho na la huelga por parte de titulares de órganos de soberanía o de los servidores del Estado cuyas funciones no permiten el recurso a una medida que, en otras circunstancias y  para otros trabajadores, es un innegable derecho laboral, así como tampoco concluye por su eventual inconstitucionalidad: “Pero, porque ningún precepto constitucional excluye la huelga por parte de los jueces, ¿no podrían ellos invocar ese derecho en nombre del principio de la libertad? ¿O, desde otra óptica, no podría la ley ordinaria consignarlo como verdadero derecho constitucional al abrigo de la cláusula abierta del Art. 16º, nº 1?” Responde el constitucionalista: “No, el principio de la libertad vale para las personas en cuanto particulares o como  miembros de la comunidad; no para los titulares de los órganos del poder. Y una ley que concediese a los jueces el derecho a la huelga sería –justamente por causa de eso- inconstitucional”.

También los juristas que suscriben la citada “Carta aberta aos senhores deputados” alertan del peligro de derribar todo el sistema jurídico constitucional si se descriminalizaren “conductas intencionadamente dirigidas a causar la muerte de inocentes. Tal vez algún joven e inconsciente parlamentario piense que, al final, se trata solo de una ley más, de una simple medida quirúrgica a introducir en el sistema jurídico portugués y, por eso, no hay razón para alarmismos, incluso porque siempre será una opción  que solo se facilitará a quien lo desee. Desengáñense los ingenuos entonces, como advierten los firmantes de la carta, “es abrir las compuertas de un dique [...]. Por más pequeña que sea la brecha inicial, queda puesta en duda el fundamento del ordenamiento jurídico portugués, y la razón de ser del propio Estado”.

http://observador.pt/opiniao/anticonstitucionalissimamente/