domingo, 9 de julio de 2017

El hat-trick de CR7




¿¡Qué es una mujer que aloja en su vientre si no una ‘proletaria’, en el sentido propio del término!? ¿Y qué es el ‘padre’ del hijo encargado, si no un capitalista explotador?

No, no se trata de una proeza futbolística más del famoso capitán de la selección nacional, sino de su más reciente producción: dos retoños, gemelos por más señal, a sumar a otro hijo que ya tenía. Tienen los tres hermanos la mala suerte de ser todos hijos sin madre, porque todos fueron engendrados por el padre, por vía de la ‘maternidad de sustitución’. En el contrato de prestación de servicios de gestación, no habrán faltado las habituales cláusulas de confidencialidad, así como la renuncia a cualquier prerrogativa materna en relación a los niños engendrados, pero después cedidos, para siempre, al multimillonario padre, que colecciona hijos como si fuesen botas de oro, u otros trofeos deportivos.

Es probable que todo  haya pasado de forma consensuada: CR7 no tiene propiamente problemas financieros y no deben faltar mujeres saludables y disponibles para concebir y engendrar hijos para el ídolo futbolístico, a cambio de una generosa compensación. Muy al contrario los defensores de los vientres de alquiler las quieren gratuitas, como la ley portuguesa así lo exige, la verdad es muy diferente: no es por casualidad que Cristiano Ronaldo se permite, por segunda vez, este lujo. Además, no es creíble que alguien, que no sea un familiar muy próximo acepte llevar en su seno, durante nueve meses, un ser humano del que después se va a desligar para siempre, a no ser que sea por eso recompensada generosamente. Además, solo así se explica que este procedimiento sea accesible a un cristiano Ronaldo, pero no a cualquier ciudadano que, como él, también pretenda tener hijos, pero no tenga una mujer  que los pueda concebir. Por eso, no se conoce ninguna mujer rica, europea  o norteamericana, que haya ‘arrendad0’ su vientre a un matrimonio pobre de campesinos paraguayos incapaces de engendrar, aunque también los haya...

Es curioso notar que, según las revistas llamadas sociales, de las que apenas conozco las tapas, no faltan enamoradas de turno del flamante futbolista. Son todas, como conviene, jóvenes sofisticadas, de silueta impecable, posibles vencedoras de los más exigentes concursos de belleza. ¿¡No sería más lógico que fuesen ellas las madres de los hijos de CR7!? Sí, claro, caso que no fuese este un esquema de explotación femenina que, obviamente, jamás se sujetaría a una vampiresa enamoradiza del multimillonario capitán de la selección nacional. Estas damas de compañía no están dispuestas a la deformidad que la maternidad exige durante el tiempo de la gestación, sobre todo en su fase final, pero una pobre mujer no se puede permitir esos cuidados, ni rechazar un alquiler tan rentable.

El proletariado está de moda de nuevo, entre nosotros por la mano de la mayoría social-bloquista y con la valiosa y sustancial contribución de dos decenas de diputados del Partido Social Demócrata que, en esta cuestión, se aliaron a la jerigonza en vez de hacer, como era lógico, oposición. Los proletarios, de tan triste memoria durante la revolución industrial y que, en vano, el marxismo intentó rehabilitar, eran como el propio nombre indica, trabajadores cuya principal riqueza era la prole: cuantos más hijos, más brazos –recuérdense los niños miserablemente explotados en las minas- y, por tanto, mayor rendimiento familiar. ¿Qué es una mujer que alquila su vientre si no una ‘proletaria’, en el sentido propio del término!? ¿Y qué es el padre del hijo encargado, si no una nueva versión del capitalista explotador? En realidad, no es más que un proceso industrial, en que la mujer queda reducida a un mero objeto, a una pieza en la cadena productiva, o reproductiva, a que se recurre para la obtención  del hijo y que, después, se abandona e ignora. Pobres mujeres...

La mercantilización de los vientres femeninos es ya una realidad, no obstante los partidarios de estas nuevas  técnicas rechazan, en teoría, cualquier intención comercial. En el Reino Unido, por ejemplo, ya se permite a la mujer  gestante recibir una cuantía de 15 mil libras, a título de compensación por la gestación. En los Estados Unidos, donde hay mayor demanda, se ponen en práctica precios más elevados: en California, se cobran 100 mil dólares por ese servicio, pero en la India se puede conseguir un vientre de alquiler  por valores que van de los 18 mil a los 30 mil dólares, de los cuales solo 8 llegan a la ‘madre de sustitución’. Como en cualquier proceso industrial, también en estas gestaciones hay intermediarios que exigen sus comisiones: un negocio, al final, como cualquier otro.

Admiro en Ronaldo la pericia demostrada, con mucho trabajo y dedicación, aunque entienda una ‘saloiice’ dar su nombre, que sería adecuado para un estadio de futbol, al aeropuerto de Madeira (a propósito, la semana pasada estuve en París, en el aeropuerto Charles de Gaulle, que no era futbolista, y en el de Ámsterdam, que no se llama Johan Cruyff...). Pero en relación a este proceso industrial, CR7 no es, obviamente, el principal responsable: mayor culpa tiene quien legalizó la mal llamada ‘maternidad de sustitución’.

En Portugal, según la Ley de gestación de sustitución (Lei nº 25/2016, que reformou a Lei 32/2006, sobre procriação medicamente assistida), “La celebración de negocios jurídicos de gestación de sustitución sólo es posible a título de excepción y con naturaleza gratuita, en los casos de ausencia del útero, de lesión o dolencia en este órgano que impida de forma absoluta y definitiva elembarazo de la mujer, o en situaciones clínicas que lo justifiquen (Art. 8º, nº 2). Y, en el país vecino, dos españoles que recurran a un vientre de alquiler para obtener gemelos, no los pueden registrar como suyos, por sentencia de 6 de febrero de 2014, del respectivo Tribunal Supremo de Justicia. Pero, en los Estados Unidos, de donde proceden los gemelos de CR7, por lo visto ya se mandan hacer niños a gusto del parroquiano.

Sólo hay pero en este embrollo: estos hijos no tienen, ni tendrán nunca, madre. Nada que, sin embargo, no se pueda compensar con bienes materiales: ¡aún más, los vientres de alquiler son solo para ricos!


http://observador.pt/opiniao/o-hat-trick-de-cr7/

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