sábado, 26 de febrero de 2022

La angustia no es una derrota, es la verdad.

 

José Luís Nunes Martins


Enfermos son los que huyen de todo lo que les puede causar un fallo en la apariencia de éxito en cualquier área de su vida.

Hay quien cree que no va a morir, si siquiera a sufrir, porque ninguna de esas cosas encaja con la idea que tienen de lo que es la vida.

Pero cuanto más tratan de enterrar estas verdades en las profundidades de sí mismos, más les hace temblar el suelo donde cada noche procuran descansar y tener paz…

Niegan y niegan, como si cerrar los ojos fuera la solución para acabar con todos sus problemas.

N el fondo de su alma hay un miedo monstruoso que un momento de silencio les provoca un pequeño apocalipsis. Estas personas se evitan a sí mismas distrayéndose con actividades con las que intentan impresionar a los que los rodean.

Todos nos vamos consumiendo por la idea de tener siempre la culpa de no ser capaces de huir de cualquier tipo de dolor, incluso de aquella de mirarnos en los ojos de quien la sufre.

Si alguien sufre por la muerte de quien ama, eso no es bien visto por la sociedad … porque, al final, según dicen, ¡eso es desagradable para quien está cerca!

Cada vez más, el dolor, el sufrimiento y la muerte nos sorprenden solos.

La angustia no es una derrota, es la verdad, por mucho que algunos crean que solo puede ser un error.

¡Son por eso muchas las mentiras que estas personas necesitan para esconder la verdad de la existencia que se niegan a aceptar!

Levanta tus ojos en busca de las lágrimas de quien llora. No dejes que tu atención se desvíe de ahí hasta después de que el que llora sepa que no está solo, y que, de todas las personas del mundo, por lo menos tú le importaste.



sábado, 19 de febrero de 2022

Buena es la desgracia que nos hace mejores

 José luís Nunes Martins


El sufrimiento siempre es vivido de forma íntima, porque es en el fondo de nosotros donde reside el amor, y es siempre por causa del amor por lo que siempre acabamos sufriendo. Como si los dolores fuesen el precio a pagar por quien busca ser lo mejor que puede llegar a ser.

Cada vez que buscamos ser más, cada vez que eliminamos las certezas y los recelos rumbo a la inseguridad del futuro que ambicionamos, nos arriesgamos a perderlo todo. A veces, y no son pocas, igual perdemos mucho.

Pero la verdad es que la felicidad viene a nuestro encuentro y, por eso, solo quien va por donde no hay suelo puede conquistarla.

Pocos de nosotros somos felices. Tal vez solo aquellos que son capaces de superar sus miedos y dejar atrás su inseguridad, mientras se arriesgan por caminos inciertos, donde las desgracias tratan de que paremos a cada paso.

La maldad nos quiere vivos. Para que suframos, sin cesar. Para a sí sentirse poderosa. Nos inmoviliza, sin dejarnos abandonar, para que podamos continuar siendo sus víctimas, y ella es señora de nuestra vida.

Nadie encuentra bien alguno en el mal, sino que, a través de él, nos haremos mejores.

Pero una gran desgracia puede hacer un gran corazón, así seamos capaces de, a pesar de todo, de mantener vivas nuestras esperanzas, fe y bondad.

La esperanza es la capacidad de soportar el mal hasta el punto en que, por no perderse, lo vence. La fe es una pasión, y la certeza de que nunca estamos solos. ¿Y la bondad?

La bondad es amor, es la capacidad de hacer el bien, incluso a quien nos hace mal. Por respeto al otro y a nosotros mismos.

El perdón es una luz que vence la mayor oscuridad del alma.

Perdonar es amar en su forma más pura y divina.



sábado, 5 de febrero de 2022

La misión antes de la misión

 

José Luís Nunes Martins


  

Los éxitos son casi siempre precedidos de largos y duros trabajos de preparación. Sólo aprovecha las oportunidades quien, mientras las espera con paciencia, las planea, y se ejercita en lo que puede prever que será decisivo.

  El futuro nunca aparece a partir de nada. Muchos fracasos se deben a excesos de fe en la suerte. Siempre que alguien hace depender su felicidad solo de la suerte, renuncia a apostar por sí y en su capacidad de ser mañana capaz de lo que hoy no lo es.

 No basta desear el mañana, es justamente preciso hacerlo.