José Luís Nunes Martins
¡Comienza y acaba!
Comienza, aunque no tenga mucha voluntad. La voluntad aparecerá luego y hasta con entusiasmo. Más tarde, tendrás problemas para mantenerte en la lucha, porque casi nunca imaginamos la distancia del camino, pensando siempre que será menor… Por fin, y por más que cueste, por más imperfectos que sean los resultados, llega el tiempo de acabar. Y acabar casi duele tanto como empezar. ¡No seas perfeccionista, acaba! No te preocupes, siempre tendrás muchos proyectos por delante.
¡Por más que cueste comenzar, trabajar tanto y terminar, a pesar de todo, compensa mucho más este recorrido que el de aquellos que está esperando que algo descienda del cielo para decirles que es tiempo de comenzar, para que, después, llegue del cielo un ejército de ángeles para ayudarles a cada paso y que, por fin, surja una luz sublime que torne el producto perfecto, y así sea el tiempo perfecto para acabar la obra! Claro, en estos sueños, el mérito les es atribuido solo a ellos y a su (extraña e interesada) fe.
¿Cuántas veces sabemos con convicción que debemos hacer algo pero no lo hacemos?
El momento más importante para el éxito de un proyecto es aquel en que, después de haber tomado la decisión , se pasa a la acción. Comenzar es lo que más importa, más que saber el punto donde se comienza. El final es el que define el triunfo, no el comienzo. Pero nunca habrá fin sin comienzo.
Puede decirse que importa acertar en el momento adecuado. ¿Pero qué decir de aquellos que lo esperan sin hacer otra cosa que no… esperar? Es increíble como conseguimos llenar nuestras vidas de tiempos inútiles y de disculpas, sin darnos cuenta de eso.
Habrá quien tenga miedo. Miedo. Tanto que acaba por no hacer nada. Ahora bien, la fuerza que nos puede mover hacia lo mejor de nosotros es la misma que nos hace aceptar un fracaso sin perder el entusiasmo. El miedo al fracaso es estúpido, en la medida en que, si nos impide actuar, se convierte en un fracaso mayor que aquel que se pretendía evitar.
Son muchos los que desisten por el camino. Algunos incluso antes de comenzar. Otros, por tantas razones, terminan por reducirlas a simple falta de confianza en sí mismos. No confían en sí y pretenden evitar ser vistos como fracasados.
Es increíble la cantidad de talento y la potencia de las fuerzas que tenemos en nosotros y que desconocemos por completo, hasta el momento en que se revelan -que es cuando son precisamente necesarias. Nos creemos débiles y eso nos parece una excelente disculpa para justificar nuestra deliciosa pereza, que traerá enormes amarguras a nuestra vida si no combatimos sus encantos.
Sin trabajo no hay éxito. Sin el primer paso no hay camino. Sin un destino concreto no tiene sentido caminar.
Acabar es esencial. Más que el reloj o el calendario para decidir cuándo se está preparado, debe ser cada uno de nosotros quien lo decide. No buscando la perfección, sino, con el coraje de entregar lo posible, y abandonar lo que se ha hecho .
La mayor parte del camino para el futuro que sueñas es justo por donde no suelo. Cuando hayas terminado ese camino, habrás dejado un suelo más, aún más importante, habrás hecho de ti alguien capaz de dar sentido a tus talentos, tus fuerzas y tu vida.
Valor. Comienza y acaba.
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