sábado, 28 de diciembre de 2019

¿Cómo pretendes llegar a la cima?


Dez 27, 2019 - 16:11

José Luís Nunes Martins


Cada vez hay más gente incapaz de luchar por lo que sueña. Pasan el tiempo deseando, pero desisten al poco tiempo de haber comenzado. Se quejan mucho de todo… cansancio, desaliento, posible fracaso, demoras del mundo, expectativas, mentiras, guerras dentro y fuera de sí…

Dejan pasar la vida como si nada tuviesen que ver con su recorrido. Se vuelven espectadores que solo saben protestar. Poco a poco, son incapaces para el bien, haciendo de sí mismos, personas amargadas y más.

Creen que merecen la cima. No por lo que hacen, sino tan solo por lo que son, como si hubiesen nacido diferentes a los demás.

No luchan nada por conseguir el punto más alto de la montaña. El mundo debe concederles eso, llevándolos hasta allí a hombros, al cuello o en helicóptero.

Estas vidas son de una soledad creciente. Se apartan de los demás con un sentimiento de profunda injusticia. Como si el mundo entero conspirase contra ellas.

Hay otros que no desisten, ni temen comenzar y recomenzar siempre.

Saben que hoy es el día para comenzar, de luchar, de enmendarse y perfeccionar. Hoy es el día para la esperanza, aunque a veces le asalte el deseo llorar.

El camino hacia la cima implica esfuerzo, sufrimiento, sacrificios.

Nos sacrificamos siempre que renunciamos a nuestro bien en favor del bien de los demás… eso es lo que nos exige el amor.

El egoísmo y el miedo siempre nos empujan hacia abajo

Solo el amor es fuerza y camino. Por qué y para qué

¡Nadie llega al cielo sin un corazón maltratado de tanto amar!



https://agencia.ecclesia.pt/portal/como-pretendes-chegar-ao-topo/?fbclid=IwAR3_MHwFhWf1-NtcQdLmTQSGVl586rsKzgfKQResLIOoNZnTRRU-PijyNSA

sábado, 21 de diciembre de 2019

Una forma simple de rezar


Dez 20, 2019 - 17:59

José Luís Nunes Martins


Descansa un poco. Ve a la ventana. No pienses en tus cosas por un tiempo. Mira lo que tienes delante de tus ojos, poco importa que sea el mar, un edificio o una pared. Habrá cosas en las que nunca habías reparado… de tan preocupado que andas contigo.

Sin salir de la ventana, no dejes que la angustia tome, una vez más, el papel principal en la escena de tu interior, ni pierdas tiempo en hilvanar  más sueños. Déjate estar ahí. Sin prisa.

A tu cabeza van a llegar muchas ideas de cosas que tienes que hacer con urgencia, o por lo menos cosas que no puedes olvidar, so pena de que el mundo se acabe… mas confía en que es solo una parte de ti la que tiene miedo de estar en paz, señal de que tu vida ha sido una guerra sin fin.

No te angusties, no te pierdas en los laberintos de las desgracias que crees que has vivido. Rezar es abrir la ventana y dejar que corra el aire.

¡No pienses en ti. Olvídate de eso  durante un rato. Si el egoísmo diera resultado, gran parte de la humanidad ya sería feliz! Respira… inspirando con los ojos cerrados y expirando con una sonrisa. Recibe la vida con confianza, dala con amor.

Rezar nunca es a cerca de nosotros mismos. Nuestras cuestiones particulares ya el cielo las conoce bien, mucho mejor que nosotros, Rezar es tiempo de confiar. Estar atento es, con humildad, esperar indicaciones, ideas y sentimientos que nos edifiquen y ayuden, y no en nuestras preocupaciones cotidianas, sino en las decisiones que tomamos cada día y nos apartan o alejan de lo mejor de nosotros.

En esa ventana de lo que es, déjate envolver por la oración, donde se deben suceder pocas palabras con la fuerza del silencio y momentos de silencio que son, muchas veces, la respuesta más clara.

Aquel a quien rezas confía en ti, confía que sabrás ser libre. Para el bien, para tu bien y  de los otros.

Confía en ti. Decide con calma y después de descansar. Ahora tal vez sea mejor permanecer más tiempo en la ventana de la oración.

Cuidado. El tiempo del cielo no es el de nuestros relojes y calendarios. Un minuto es más que suficiente para que una vida que andaba lejos de casa cobre sentido, camino y luz. Pero eso no suele suceder cuando se exige o implora…

Desde la ventana de nuestro ser se ve el cielo. Hay también un espejo donde podemos vernos y preguntarnos a nosotros mismos si nos gusta el yo que allí está reflejado…

No busques cosa alguna, admira el cielo y encuéntrate. Aquí y allí.




sábado, 14 de diciembre de 2019

¿Tienes conciencia de tu pobreza?



José Luís Nunes Martins

¿Tienes todo lo que es necesario? ¿Dependes solo de ti para vivir? ¿Sucede todo de acuerdo con tu voluntad? ¿Por qué razón no eres feliz si no te falta nada? ¿Será que esa alegría profunda a la que aspiras no está ya en ti, mientras busca los bienes materiales? ¿Qué te sucederá si buscas para ti solo lo esencial?

El dinero y las cosas desvían nuestra atención de lo que es verdaderamente importante

La mayor miseria no es la exterior. Es la interior.

Tratamos como seres inferiores a aquellos que tienen menos que nosotros, no les perdonamos la pobreza y los condenamos como parásitos. Pueden estar tristes y desanimados, pero la mayor parte de nosotros los ve como incómodos, una amenaza e incapaces y, por eso mismo, merecen su miseria.

Los pobres son humillados por el mundo hasta lo más íntimo. Son considerados extraños y colocados al margen. El mundo ignora la voz de los pobres, intenta que sean lo más invisibles que fuera posible. Son casi una especie de basura de la que nos queremos librar, huelen mal y nos pesan en la conciencia.

Con todo, el valor de alguien puede ser calculado por la forma como trata a aquellos que nada pueden hacer por él. Son los más miserables quienes nos permiten saber quién somos.

Fija tu mirada en alguien más pobre que tú, tiéndele la mano y verás quien sale ganando de esa relación.

Todos somos pobres. Nadie de basta a sí mismo. Dependemos de muchos factores extraños a nosotros. Que nuestra pobreza exterior nos conduzca a la búsqueda interior de las riquezas que no pasan.

La medida que usas con los pobres es la medida justa con la que debes ser tratado.


sábado, 7 de diciembre de 2019

Amar es entregarse, entero.



 José Luís Nunes Martins



El amor supone un vaciamiento de nosotros mismos, con el fin de dar espacio al otro.  

Amar exige que seamos honestos y pacientes, que estemos presentes de lleno y que esperemos, sin prisa y en silencio, por el otro, que, tantas veces, acaba por llegar solo cuando está menos bien. Sólo así seremos el refugio que importa a quien amamos, el lugar donde esa persona puede ser quien es y donde encuentra el ambiente necesario para ser mejor.

El mundo anda cada vez más distraído y desenfocado, pero la atención del amor pasa por una atención firme, capaz de detectar las pequeñas señales que revelan los cambios y las necesidades más íntimas.

Un día de nuestra vida está siempre lleno de llamadas de todo tipo. Somos llamados a responder a varias peticiones de atención. Ahora bien, dar nuestro tiempo es una forma de darnos, pero la mayor parte de las veces damos un poco de nosotros y seguimos a otra llamada, con la extraña expectativa de que conseguiremos llegar a todas.

Vivir y amar supone que sepamos decir no. Es imposible que estemos enteros, al mismo tiempo, en más de un lugar.

Nuestras elecciones del día a día, más que ser entre el bien y el mal, es entre bienes diferentes, o sea, tenemos que escoger un bien en detrimento de otros bienes. Claro que hay quien intenta conjugar más de uno, pero el resultado nunca puede ser bueno, en la medida en que el amor  y la vida nos exigen enteros y no solo una parte de nosotros.

Es necesario ordenar nuestras prioridades y acceder a  las más importantes. No tener prioridades es lo suficiente para tener una vida caótica y, a pesar de tanto esfuerzo, poco productiva.

Pero amar no es prestar solo atención, es darse. Entregar el corazón entero y puro, tal como él es, a pesar de todo por lo que haya pasado.

Por amor soy menos yo y en mí. ¡Y eso es tan bueno!



https://agencia.ecclesia.pt/por…/amar-e-entregar-se-inteiro/