sábado, 29 de agosto de 2020

¿De qué sirve el talento si no hay confianza?

 José Luís Nunes Martins


 No nacemos confiados. Nos volvemos más confiados, a medida que vamos arriesgando, y nos disponemos a aceptar, con la misma naturalidad, tanto el éxito como el ridículo.

 Puedo ser competente, tener inteligencia, fuerza, voluntad de aprender y experiencia, pero si me falta la confianza no consigo poner a rendir ninguna de las virtudes anteriores.

 El miedo a loa opinión de los otros es algo que crece a medida que le vamos dando espacio. La verdad es que no hay ni una sola persona en la faz de la tierra que no cometa errores, que no haga cosas ridículas, que no tenga ideas estúpidas. ¡Sin embargo, como todos nos esforzamos para que no se vea esa cara nuestra, hay muchos que creen que son los únicos ridículos del mundo! Llenos de vergüenza por el juicio ajeno, esconden sus talentos asta a sí mismos.

 ¡La verdad es que nadie es norma! Y eso es algo fantástico,

Es difícil imaginar que aquellos que admiro en el día a día teniendo los mismos problemas que yo. Desde los más comunes a los más complicados. Como si fuesen perfectos, y yo no.

Tendemos a no considerar a aquellos con quien vivimos… una vez que hemos conocido sus defectos y vicios, tenemos la certeza de que no son dignos de ser apreciados como aquellos otros que nos maravillan, cuando estos, en verdad, tal vez dejasen de tener esa consideración si los conociésemos un poco más.

 La madurez que debemos alcanzar es un nivel de comprensión en que no consideremos a nadie perfecto ni miserable.

Cada uno está llamado a lanzarse a la construcción de la historia. De su historia y la de todos. Eso se hace con los talentos que ya tenemos y con la confianza con la que nos decidimos a construir.

 Exige de ti la paz de confiar en tus talentos.
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https://agencia.ecclesia.pt/portal/de-que-serve-o-talento-se-nao-houver-confianca/

sábado, 22 de agosto de 2020

¿Cómo vivir en la incertidumbre sin fin?


 José Luís Nunes Martins


No podemos prever gran parte de nuestro futuro. Planearlo con inteligencia implica dejar un enorme margen en blanco, porque casi todo puede cambiar en poco tiempo.

A casi todos nos gusta controlar nuestro futuro. Pero eso es imposible, por causa de nuestra naturaleza y de las circunstancias que vivimos. Nadie puede prever con exactitud el resultado a largo plazo de una acción suya, o cual será el efecto de una determinada condición que aparece hoy va a tener más adelante.

Vivir es aceptar el desafío de navegar en el mar del desconocimiento. Es importante ser humilde y creer que podemos y debemos decidir nuestro día a día, una cosa cada vez. Sin la ilusión infantil de querer con una sola acción cambiar todo de una vez para siempre.

Todo es posible. Pero eso no significa que el camino para lo que parece imposible sea fácil o corto. Nuestras mayores conquistas nos consumen tanto que, al alcanzarlas, en vez de gloria, sentimos un enorme alivio por haber llegado al final de esa lucha.

Nada es cierto. El mundo es mucho más complejo de lo que alguna vez pudiéramos comprender. Los otros seres humanos no son meros figurantes de mi vida, son tan dignos de estar ahí como yo y de ser protagonistas de su existencia y de la mía, por lo que, las decisiones que hacen mi futuro no son solo mías.

Somos pequeños y frágiles. Cuando no aceptamos con humildad nuestros límites, caemos con facilidad en desequilibrios, porque al querer todo de una vez, vamos para los excesos desde donde… es fácil caer en el abismo.

Es preciso desprendernos del deseo de controlarlo todo. ¡Porque si lo hiciéramos, sería una tragedia mayor de lo que podemos imaginar! ¡Ninguno de nosotros es el centro del mundo y eso es una excelente noticia!

¡Ninguna vida está exenta de males, pero siempre hay bienes a su alrededor! ¡En vez de vivir concentrados en lo incierto y el mal que existe y en aquellos que pueden llegar, debemos admirar el bien que nos rodea y nunca dejar de soñar! ¡Estando presto para trabajar por el bien que queremos!

Acepta la vida como es. Busca el mejor lugar para dar el próximo paso, siempre. Poco importa que estés en el fondo del pozo o en la cima de la montaña más alta.

¿Cuál es la cosa mejor que puedes hacer después de leer este texto?

Haz eso.
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https://agencia.ecclesia.pt/portal/como-viver-na-incerteza-sem-fim/

domingo, 16 de agosto de 2020

Tener valor es muy difícil


José Luís Nunes Martins

 Lo contrario de la felicidad es el miedo. Lo que queremos siempre tiene un precio. Algunos son inmediatos, otros solo llegan más tarde. Escoger un camino es aceptar la responsabilidad de todas las consecuencias que eso implica, incluso aquellas de las que no somos conscientes.
 Arriesgar es, a veces, no avanzar. Preferir quedarse o volver atrás también pueden ser gestos de coraje. ¿Es cobarde el hombre que, frente a una guerra, no por miedo, sino por amor, decide no dejar a la mujer viuda y vuelve para su casa?
 Tener coraje implica olvidar el propio yo. Escoger el bien no es lo mismo que escoger mi propio bien.
El valor no es una locura ciega. En verdad, nada ganamos por exponernos a los peligros innecesarios, aunque salgamos ilesos.
 El deseo del aplauso de la multitud nos hace mucho mal.
 El verdadero valor se manifiesta en las situaciones en que no hay una recompensa concreta. ¿Pondríamos nuestra vida en riesgo para salvar a un desconocido si no hubiese nadie para verlo o lo viniera a saber?
 Una vida simple y honesta implica mucho más valor que subir a la montaña más alta del mundo o atravesar un océano solo. Hay vidas muy difíciles que exigen una superación constante… solo para mantenerse a tono. Por más cruel e injusto que sea… es así. El valor es la fuerza de gente así, que aún sonríe, a pesar de todo. Los héroes de las pequeñas cosas son mayores que los de las grandes.
 Educar hijos en condiciones duras, combatir y sobrevivir a una enfermedad cruel, mantener una promesa noble, acabar con una relación larga, amar y entregarse por ese amor, lidiar con la traición, las pérdidas y todo tipo de desilusiones… Nada de esto se hace sin valor, a pesar del miedo que nos hace temblar, pero aún hace frente a la elección donde no hay certezas.
 No nacemos valientes, elegimos serlo, cada vez que nos hacemos fuertes para hacer frente a las necesidades nos coloca en el camino.
 Tal vez el mayor hecho de nuestras vidas sea haber llegado hasta aquí.
 Cada uno de nosotros es del tamaño de los obstáculos que ha superado y de las derrotas con las que tuvo que seguir adelante.
  

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lunes, 10 de agosto de 2020

¡Cambia, para que no dejar de ser quién eres!



 José Luís Nunes Martins


Evolucionar cada día garantiza que nuestra existencia tenga sentido, un significado y un valor. Somos únicos, también por la forma como hacemos de nuestra vida un camino.

El que se cree perfecto y que no necesita cambiar algo en él, pierde su identidad y desperdicia la vida.

Tiempos diferentes requieres respuestas nuevas. Ninguna solución es buena cuando sirve para vatios problemas. La inteligencia es la capacidad de encontrar la forma adecuada de afrontar cada desafío. Del más vulgar al más extraordinario.

Ser humano es ser capaz de ir fabricando llaves sin fin para todas las puertas que encontramos en nuestro camino.

Quien cree que la misma llave sirve para todas las puertas, acaba por dejar de estar atento a la belleza única de cada cosa, acaba por dejar de admirarse, de maravillarse. Parece que vive, pero no es una vida plena.

Necesitamos delo mundo y el mundo nos necesita, es preciso que estemos en diálogo constante, en una especie de respiración donde se suceden el dar y el recibir. Pero sin monotonía, porque la vida s siempre nueva, la que brota del fondo de nosotros y de todo lo que nos rodea.

Y es en estos encuentros, siempre únicos, donde vamos decidiendo ser lo que somos, escogiéndonos a través de nuestras decisiones. Lo que sentir, lo que pensar, lo que decir, lo que callar, lo que hacer, cómo hacer… todo nos hace.

Creer que todo está bien como está y que, por eso, ya no hay nada que hacer, es desistir de vivir. Porque, aunque todo estuviera bien, hay que cuidar de que se conserve así por más tiempo. Que dure. La vida es una eternidad viva.

La vida quiere vivir… y vive. Aún cuando no estemos atentos.

Nos toca escoger entre batir las alas y volar o… caer.



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sábado, 1 de agosto de 2020

El mal seduce con las apariencias



 José Luís Nunes Martins


La felicidad depende mucho de nuestras elecciones interiores. Escoger bien es escoger el bien, a pesar de que ello implique dejar fuera otras buenas hipótesis. Tan importante como escoger entre el bien y el mal es aprender a optar entre varios bienes.

El que hace su camino en verdad y lo recorre con paz es feliz. A pesar de todos los sufrimientos, dolores y tristezas que lo envuelven. Es feliz porque la felicidad no es una alegría aparente, sino algo que se siembra, florece y fructifica en lo más hondo del corazón. La felicidad mora ahí, donde los ojos de poco nos sirven. ¡La verdad susurra, por eso casi siempre una elección excelente es cerrar los ojos para escuchar mejor!

Hay quien prefiere vivir a fingir. ¡Con medo de ser frágil y pequeño, como si fuese el único que lo es! Todos somo más débiles de lo que parecemos. Nuestro coraje para ser mejores y más fuertes se alimenta de la humildad de aceptar nuestras cobardías y flaquezas.

En teoría, es sencillo: primero, distinguir la verdad de las apariencias y, después, escoger la verdad.

Las infelicidades más profundas son las de quien, habiendo escogido mal, no se arrepiente y/o no se perdona.  Como si no hubiese espacio ni tiempo para arrepentirse. Ahora bien, la existencia humana se vive en este tiempo pasajero, pero también lo es en la eternidad, de la cual este periodo pasajero forma parte. Así, la perspectiva de la verdad es muchísimo mayor que la de las apariencias. Nada de lo que importa se agota aquí y ahora.

Para muchos, que haya más vida es casi una mala noticia, en la medida en que los obliga a repensar sus elecciones y criterios. A asumir y corregir errores del pasado, que se arrastran y los persigue, porqué, al final, nunca dejaron de ser importantes. La verdad de la vida también nos obliga a reflexionar sobre lo que debemos querer y hacer hoy mismo, no en orden a lo inmediato, sino a largo plazo…

Hoy recogemos lo hemos sembrado hace mucho, por eso importa que seamos capaces de escoger los caminos que nos llevan más lejos y más alto. Una cosa es cierta: no son los más fáciles.

Los males habitan en las apariencias, con promesas de pasión a corto plazo. La verdad es la casa del bien, de donde se puede sentir la brisa de un amor sin fin.


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