sábado, 5 de marzo de 2022

Todos tenemos un Putin dentro de nosotros

 

José luís Nunes Martins


 La mayor parte de los males que nos hacen sufrir nacen en el fondo de nosotros mismos. Hay incluso quien huye de los males que están en sí mismo…

Las intenciones más perversas se disfrazan siempre de bien. Se presentan como bondades y pasan desapercibidas, porque nos entran en el corazón sin que nos demos cuenta.

Tal vez uno de los mayores dones de sabiduría sería que conociéramos con rigor todos los males que hacemos, a nosotros mismos y a los demás.

Cada hombre tiene un señor de la guerra que vive en su corazón. Tanto si es fuerte y poderoso como si no pasa de un pobre malhechor esperando que le den una oportunidad, eso a depende mucho de cada uno de nosotros, y de la forma como procuramos ser quien queremos ser.

El mal en nosotros procura que vivamos sin humanidad. Esconde los errores y se presenta como origen de aquello en que somos superiores. ¡En verdad, según el mal, nadie es mejor que nosotros!

El mal es un error. Quien sigue su voluntad de exterminio y supremacía acaba por dividirse a sí mismo, pues niega aquello en que es igual al otro.

Los instintos del mal son vigorosos. Nunca deben ser tomados como inocentes o naturales. Si no fueran combatidos mientras pequemos, crecen, nos dominan y se apoderan de lo que somos.

No debemos ignorar las sombras que nos habitan, ni intentar escapar de ellas. De poco sirve intentar explicarlas o resolverlas con debates de razones. Sólo el amor las vence.

Que sepamos mirar el mal que hay en nosotros, frente a frente, reconociéndolo, perdonándolo y perdonándonos porque haber depositado nuestra confianza en aquel que nos sedujo mintiendo, y que, en verdad, solo busca que seamos esclavos de su voluntad.

Que yo sepa perdonar y ayudar a otro.

Que sepa yo vivir en paz conmigo mismo y con todo el mundo.

Si de un mal siempre deriva otro, también del bien es así.

Si en el mal la multiplicación se hace por la destrucción y por la separación, el bien se multiplica por la capacidad de crear más y más, por el amor que hace milagros y que mueve montañas, y que inspira a los otros a buscar felicidad donde ella los espera.



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