José Luís Nunes Martins
Tu grandeza
depende de tu capacidad de cumplir aquello a lo que te comprometes. Eso implica
sacrificios, pero no los rechaces, porque son ellos los que te permiten ir más
lejos.
Cuando nos
comprometemos a fondo en la realización de cualquier proyecto, es frecuente que
encontremos fuerzas que no sospechábamos tener a nuestra disposición. Parece
que están solo disponibles para quien, con fe en sí mismo, se dispone a ir
adelante.
Son muchos los
que creen estar acertados, pero no se arriesgan a poner a prueba sus
convicciones. Prometen mucho y hacen poco. No esperes nada de ellos ni de quien
no sepa lo que quiere.
Uno de los mejores
presentes que podemos ofrecer a alguien es darle esperanza, pero es preciso
comprender que es un crimen odioso crear falsas expectativas, porque la
desesperación es una enfermedad fatal para los sueños de alguien.
No se nace grande,
para serlo es necesario crecer, y eso implica la incomodidad de estar siempre
cambiando.
No te dejes
llevar por modas pasajeras u opiniones de quien cree saber mucho. Traza tu
camino de acuerdo con tus capacidades, no más, pero se verdadero, porque hay
mucha pereza y miedo escondidos bajo capa de humildad. Después, comprométete. Concéntrate
y trabaja como si todo dependiese de ti solamente, esperando poco de los otros.
Es posible que ser
una persona de palabra y empeñada en cumplir te haga distante de los demás.
Aunque te vean a lo lejos y les parezcas de menor dimensión, es muy posible que
estés, por el contrario, quedando mayor.
Más que prometer
dar, da.
Da al mundo lo
mejor de ti. Tal vez tengas que sufrir más de lo que te crees capaz.
Da al mundo lo
mejor de ti. Y, si es posible, ¡da un poco más!
https://agencia.ecclesia.pt/.../promete-pouco-e-cumpre.../