José Luís Nunes Martins
Las personas compran las cosas como si estuviesen
comprando la felicidad que ellas prometen. La verdad es que la alegría nunca
está en cosa alguna. Por eso es que lo poco puede contentar a algunos y lo
mucho puede crear aún más vacíos o otros.
Andar a la caza de cosas es una distracción de lo que
es importante. Es donde colocamos el foco de nuestra atención lo que determina
lo que somos y lo que queremos ser.
El que cree que su bienestar más profundo (después de satisfechas
las necesidades esenciales) depende de las cosas materiales se engaña. El
dinero y las cosas no dan felicidad a nadie. Pueden hacernos sentir poderosos,
capaces y seguros, llegando incluso a causar admiración y envidia en mucha
gente, pero la verdad es que todo eso es ilusorio, porque solo es apariencia.
La satisfacción que depende de lo que tenemos es cada
vez más temporal y acabamos cada etapa peor que cuando comenzamos…lo que
aumenta es la sensación de vacío que se va apoderando cada vez más de nuestro
corazón.
¿Qué te importa lo que los desconocidos piensen de ti?
¿No deberías dar más valor a lo que piensan los que te aman?
Si comprar te hace sentir bien, entonces hay algo
equivocado en ti, que con esa estrategia estás solo retrasando y, tal vez,
agravando. Hasta puede llegar el momento en que sentirás que comprar es un
deber… y eso es muy triste.
Nadie nace ansioso por tener más y más, pero muchos
aprenden desde muy pronto que se pueden compensar los fallos emocionales con
bienes materiales.
¿Qué quiere un niño hoy? ¿Qué quería yo cuando
pequeño?
Es importante descubrir los valores que hacen de
nosotros quienes somos, recuperar lo que nos Hace verdaderamente felices y
tratar de liberarnos de todo lo que nos distrae de eso.
La verdadera riqueza no es el dinero, ni nada que se
compre.
La verdadera riqueza no se consigue recibiendo lo
conquistado, sino dando lo que tenemos y, aún más importante, lo que somos.
¡Al final, la verdad es que no hay un solo egoísta
feliz!