El día de hoy es precioso porque es el único en el que puedes vivir. El pasado y el futuro están siempre más allá de lo que puedes vivir.
Vive las alegrías y los sufrimientos. Vive. No dejes
pasar el tiempo, agárralo. Átalo a ti. Hazlo tuyo. Construye aquello que los vientos de los
siglos no lo destruyen. Siembra eternidad en cada hora. Ella ha de nacer.
Abre los ojos y ve. Hay historias y milagros donde quiera
que poses tu mirada. Léelos. Aprende a abrir tu corazón al cielo. Quien no
consiga ver a Dios en esta vida no tendrá otra vida donde Lo pueda encontrar
después.
Bendice a los otros con tu mirada y tu sonrisa. Abrázalos
con todo el amor de que eres capaz. Dales la paz. Que tu presencia sea divina
para el otro.
La muerte señala hacia la verdad absoluta que la vida
revela: La belleza trascendente y frágil que somos, bondad sublime que se puede
desvanecer en cualquier instante.
Hay quien pasa la vida infeliz creyendo que el dinero que
ansía es la única puerta que se abre al paraíso con que sueña. Se condena a sí
mismo, de forma justa o injusta.
Cuando sienten la muerte cerca, algunos creen que es
tiempo de retirar el máximo placer de todo; Otros sienten que es tiempo de
equilibrar, perdonar y pedir perdón. Los primeros creen que no hay nada
después; los segundos creen que este mundo forma parte de otro, mayor, donde
vivirán los que supieron vivir la vida que aquí les fue dada.
Cada uno de nosotros ha sido concebido en un instante
exacto. Así, también será en otro momento cierto cuando nuestro cuerpo perderá
el soplo de vida.
Hoy es el tiempo de que respondas al don de tu vida.
Haciéndolo tuyo. Mereciéndolo y viviéndolo como si fuese toda tu vida. Si lo
consiguieras, habrás hecho de tu día un buen día. Porque te habrás hecho bien y
revelado el sentido de tu vida.
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