sábado, 26 de septiembre de 2020

ORACIÓN PARA LOS DÍAS INCIERTOS

 José Luís Nunes Martins


  

En estos días inciertos, Te pido que me ayudes a tener más confianza. A creer más en mis fuerzas y en mis talentos.

 

Que yo escuche más y mejor a los otros que sufren dificultades, y traiga yo a mi vida lo que les costó tanto aprender.

 

En estos tiempos inconstantes, Te pido que tengas aún más paciencia conmigo, una vez que ando perdido y con mucha dificultad en encontrar por donde seguir adelante.

 

Que yo tenga la paz suficiente para ver más lejos, para escoger el camino que me hace subir y que, a pesar de todas las dudas, yo encuentre la forma de seguir adelante, paso a paso.

 

En estas noches sin mucho sueño, Te pido la alegría profunda de saber que la vida es un don maravilloso, a pesar de todo, y que, aunque los males parezca que no tienen fin, yo encuentre la esperanza y la paciencia necesarias para hacerles frente.

 

Que yo sea capaz de sonreír, incluso cuando las lágrimas estuvieren a punto de lavar la tristeza de mi rostro. Que yo sea tan fuerte hasta el punto de no desistir de mí, incluso cuando eso me pareciera lo más acertado.

 

En estos días llenos de nada, en que pocas cosas parecen tener importancia, Te pido que me llenes el corazón y la imaginación de sueños, para que, como si fuese un niño, me olvide del pasado y me despreocupe del futuro, concentrándome en encontrar mis alegrías de cada día.

 

Que yo consiga reír y llorar con la misma pureza y verdad, sintiendo siempre todo y jugando mucho, solo y con los otros, sin considerarme más fuerte, maduro o mejor que cualquier otra persona.

 

En estos abatimientos de nuestras vidas, donde la tranquilidad parece ser imposible, Te pido que me des fortaleza para que no falle cuando no es oportuno, ni me resguarde en el silencio cuando fuese tiempo de hablar. Por más que duela hacer lo que es mejor.

 

Que me convenza a mí mismo que, si casi nada es cierto, eso no significa que yo sea insignificante, sin sentido o sin valor. Al contrario, quiere decir que estoy llamado a ser sólido y fuerte para que en el mar de la inestabilidad yo pueda ser un puerto seguro, un faro útil y una brisa suave, capaz de inspirar a los que están a perdiéndose a sí mismos.

 

En estos tiempos sin suelo, Te pido que ilumines mis caminos, para que pueda escoger el mejor y así alcanzar la paz que busco.

 

Que yo sea capaz de amar a los otros, aceptándolos como son, sin juzgarlos, luchando a su lado por lo que les es esencial. Sin buscar otra certeza que no sea saber que yo soy un instrumento importante para la felicidad de aquellos con quienes me cruzo en la vida.

 

Así sea.

 


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sábado, 19 de septiembre de 2020

¿Qué es un gesto de amor?

 José Luís Nunes Martins


  El amor exige que no seamos egoístas ni orgullosos, por lo que la primera de las condiciones para un acto de amor es que solo tenga en cuenta al otro. Nunca debemos usar al otro para exhibirnos, ni para nosotros mismos.

 La vanidad es un vicio de quien busca la aprobación a ojos de los demás y desea que piensen bien de él. Crear esta cortina de ilusión es algo muy común en quien no tiene nada para mostrar. El orgullo es otro vicio de quien se considera superior a los otros. Es un camino para la desgracia, porque el orgulloso siempre anda solo.

 Nuestros gestos de amor no deben servir para impresionar a alguien; d3ben ser un movimiento de generosidad que lleva algo bueno de nosotros al otro.

 Amar es dares, entregar lo mejor de nosotros, para el bien de quien amamos.

 El amor se construye con pequeñas acciones, no con gestos grandiosos y valientes. Su grandeza reside en la sutileza de elecciones simples y valientes -porque sabe que el camino es largo y se tiene que hacer día a día, todos los días, cada día de forma diferente.

 Cualquier gesto de amor, por más pequeño que parezca, es grande.

 El amor es atento. Cuando solo la felicidad el otro me hace feliz, necesito saber en qué puedo ayudarle de forma concreta. Y no hay dos días iguales. Tal vez haya momentos en que es preciso hacer algo mayor, pero en los demás la presencia y el silencio son tan sencillos como valiosos y…difíciles de cumplir.

 ¡El sentido de la vida consiste en encontrar y recorrer el camino que sale de mí y me lleva al corazón del otro, para que a través de la ventana de su interior yo vea el mundo de su mirada! Y en abrirme al otro con confianza… para que, superados mis miedos, el amor transforme nuestras dos fragilidades en una fuerza capaz de luchar todos los días por una sola felicidad, ¡mayor que nosotros dos!



 https://agencia.ecclesia.pt/portal/o-que-e-um-gesto-de-amor/

sábado, 12 de septiembre de 2020

Ama quien lo necesita, no quien lo merece



 José Luís Nunes Martins


Ábrete a la luz que te habita, para que tu camino se ilumine. Se más trasparente, no te llenes tanto de ti. La luz de ti mismo necesita un espacio para brillar. Ofrécele un corazón grande, con pocas cosas-casi vacío.

Acepta el don del amor y serás una fuente de bien para otros.

Nunca rechaces al amor, déjate amar. No hay nada peor que rechazar lo que da sentido a tu vida y te dignifica.

No es tu nombre, ni tu familia, profesión, dinero, poder, posición social o incluso tus capacidades. Tú eres aquello que te diferencia de los otros.

¡Crecemos cada vez que no acumulamos, nos enriquecemos cada vez que somos generosos! ¡La felicidad no es acumular cosas, es compartir con quien no tiene quien lo valore por lo que él es!

No te dejes atrofiar por tu orgullo y tu egoísmo.

Recuerda que amar es un don, no un premio. Nadie lo merece, per4o todos lo necesitamos, mucho.

Tu eres mayor, y más importante, de lo que lo son tus errores y fracasos

Los otros son iguales a ti: mayores y más importantes de lo que lo son sus errores y fracasos.

Levántate, anda y ama.

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sábado, 5 de septiembre de 2020

LA IMPORTANCIA DE LA TRISTEZA



José Luís Nunes Martins



La alegría es solo un pate de la vida, por mucho que algunos traten de convencernos de que su existencia está hecha solo de buenos momentos.

Ser humano es ser de carne y hueso. La vida que queremos parece que pasa el tiempo huyéndonos, y mientras perseguimos lo que soñamos cada día hay tropezones y paradas. Vamos absorbiendo esos sufrimientos que forman parte de cualquier camino, hasta que, en un momento inesperado, tenemos que afrontarlos en nuestro interior. Susurramos y gritamos con la tristeza que nos encoge el corazón.

El mundo de hoy nos presiona para estar siempre felices, o por lo menos parecerlo. Una presión fuerte y constante para que solo consideremos el lado positivo de todo. Sin embargo, el mundo es mucho más que los cantos de alegría, hay tiempos y lugares donde la tragedia vive y crece…

Mi felicidad tiene que integrar los momentos en que, de forma inesperada, una aflicción vaga, sosegada y profunda llega, haciendo que dejemos de encontrar gusto y diversión en las cosas comunes. Y es en esos terrenos inexplorados donde debemos buscar las bellezas raras que no existen sino en los valles más profundos de la condición humana.

¡Hay caminos hacia lo alto! Pero es preciso buscarlos y reconstruir las partes que se estropean por falta de uso.

La tristeza nos eleva, en la medida en que nos hace apartar la mirada de lo inútil y nos permite ver lo importante.

Hoy, las grandes conquistas son las de las cosas, el éxito material… no se valora a quien hace frente a sus pesadillas y alcanza la paz. Como si eso no fuese lo más importante. ¿Cuánto valen todas las riquezas para quien se pierde a sí mismo en el modo de alcanzarlas?

Es posible que yo impida a mi corazón sentir tristeza, pero eso tiene un costo: me estaría desligando de todas las otras emociones, buenas y malas.  Solo puede ser feliz quien se permite a sí mismo sentir todos los sentimientos

¡Sin tristeza propia, no puedo comprender ni ayudar en la tristeza a quien quiera que sea… Y, sin amor, nadie es feliz, ¡ni siquiera anda cerca!

Aunque mi historia sea un mar de infortunios, creo que hay y habrá siempre algo que sobrepasa y justifica mi vida.

Un alma triste no deja se ser noble, muy al contrario.

Y cuando es tiempo de paz y alegría, nadie vuela más alto que aquellos que aceptan la vida tal como ella es: larga, larga, profunda y tan alta que llega hasta el cielo.

Hay una cierta dulzura en la tristeza que revela nuestra fragilidad auténtica, mostrándonos, a nosotros mismos y a los demás, verdaderos. Tristes, pero enteros.

Que la tristeza no nos haga sentir y crear falsa apariencias de éxito o alegría. Que no nos cierre en nosotros y así nos impida amar y ser amados.


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