Ábrete a la
luz que te habita, para que tu camino se ilumine. Se más trasparente, no te
llenes tanto de ti. La luz de ti mismo necesita un espacio para brillar.
Ofrécele un corazón grande, con pocas cosas-casi vacío.
Acepta el don
del amor y serás una fuente de bien para otros.
Nunca rechaces
al amor, déjate amar. No hay nada peor que rechazar lo que da sentido a tu vida
y te dignifica.
No es tu nombre,
ni tu familia, profesión, dinero, poder, posición social o incluso tus
capacidades. Tú eres aquello que te diferencia de los otros.
¡Crecemos cada
vez que no acumulamos, nos enriquecemos cada vez que somos generosos! ¡La
felicidad no es acumular cosas, es compartir con quien no tiene quien lo valore
por lo que él es!
No te dejes
atrofiar por tu orgullo y tu egoísmo.
Recuerda que
amar es un don, no un premio. Nadie lo merece, per4o todos lo necesitamos,
mucho.
Tu eres mayor,
y más importante, de lo que lo son tus errores y fracasos
Los otros son
iguales a ti: mayores y más importantes de lo que lo son sus errores y fracasos.
Levántate,
anda y ama.
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https://agencia.ecclesia.pt/portal/ama-quem-precisa-nao-quem-merece/
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