José Luís Nunes Martins
Para tener paz es
necesario que nuestras necesidades básicas estén satisfechas y aseguradas. El
dinero es necesario para conseguir llegar a ese punto, pero a partir de ahí tal
vez no sea tan importante lo que nuestras convicciones creen.
El desapego es
esencial para ser feliz. Quien se aferra a las cosas hace más pesado el bagaje
para ser feliz.
En importante dedicarnos
a lo que es al mismo tiempo interior y superior. No a todas las cosas que en
este mundo prometen darnos felicidad.
Y es así, con los
pies descalzos en un pozo de lodo, que alguien eleva su mirada hasta el cielo y
sonríe. Porque de lo alto nos viene la felicidad, y desde lo más intimo de nosotros
como se hace presente nuestra vida. ¿Pero basta mirar al cielo? No
La falta de amor
hace a cualquiera de nosotros un miserable. Un pobre, por más dinero y bienes
materiales que posea, de nada le sirven, si no los pone al servicio del bien. Son
alimentos para un egoísmo que, sobre todo, trae consigo el miedo a perderlos,
propio de quien cree que no es sino lo que posee.
Es necesario que
nos hagamos pobres para librarnos de las cosas, para que las consideremos como
son: medios que deben servir a alguien y no fines a los que nos agarramos y nos
esclavizan.
¿Si doy todo lo
que tengo me vuelvo pobre? ¿O así quedo rico?
Muchos ricos
descubren que solo tienen paz lejos de sus fortunas, entonces es cuando son
felices. ¿Cuánto vale una casa donde la soledad hace de mí su inquilino? ¿No es
mejor una casa humilde donde me amen a pesar de todas mis faltas?
Muchos consideran
que los pobres son seres humanos inferiores, murmuradores y envidiosos,
criminales porque son culpables de sus carencias. La sentencia más común es que
son personas imperfectas.
Todos somos
imperfectos. Si a alguna le faltan bienes, a otros le falta el bien.
¡Todos sueñan. Unos
se engañan creyendo que con más dinero tendrán más razones para vivir, otros
conviven, cada uno de sus días, con la divina providencia, aquella que hace
milagros tan importantes como simples, ¡pero siempre de forma que parece
coincidencia!
Unos desconfían
del prójimo, otros confían.
Si los pobres son
desgraciados o llenos de gracia, solo al final se sabrá.
Sólo el infinito
nos basta y no se llega allí acumulando cosas, sino siento recto.
https://agencia.ecclesia.pt/portal/pode-um-pobre-ser-feliz/
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