sábado, 20 de febrero de 2021

¿Puede un pobre ser feliz?

 José Luís Nunes Martins


Para tener paz es necesario que nuestras necesidades básicas estén satisfechas y aseguradas. El dinero es necesario para conseguir llegar a ese punto, pero a partir de ahí tal vez no sea tan importante lo que nuestras convicciones creen.

El desapego es esencial para ser feliz. Quien se aferra a las cosas hace más pesado el bagaje para ser feliz.

En importante dedicarnos a lo que es al mismo tiempo interior y superior. No a todas las cosas que en este mundo prometen darnos felicidad.

Y es así, con los pies descalzos en un pozo de lodo, que alguien eleva su mirada hasta el cielo y sonríe. Porque de lo alto nos viene la felicidad, y desde lo más intimo de nosotros como se hace presente nuestra vida. ¿Pero basta mirar al cielo? No

La falta de amor hace a cualquiera de nosotros un miserable. Un pobre, por más dinero y bienes materiales que posea, de nada le sirven, si no los pone al servicio del bien. Son alimentos para un egoísmo que, sobre todo, trae consigo el miedo a perderlos, propio de quien cree que no es sino lo que posee.

Es necesario que nos hagamos pobres para librarnos de las cosas, para que las consideremos como son: medios que deben servir a alguien y no fines a los que nos agarramos y nos esclavizan.

¿Si doy todo lo que tengo me vuelvo pobre? ¿O así quedo rico?

Muchos ricos descubren que solo tienen paz lejos de sus fortunas, entonces es cuando son felices. ¿Cuánto vale una casa donde la soledad hace de mí su inquilino? ¿No es mejor una casa humilde donde me amen a pesar de todas mis faltas?

Muchos consideran que los pobres son seres humanos inferiores, murmuradores y envidiosos, criminales porque son culpables de sus carencias. La sentencia más común es que son personas imperfectas.

Todos somos imperfectos. Si a alguna le faltan bienes, a otros le falta el bien.

¡Todos sueñan. Unos se engañan creyendo que con más dinero tendrán más razones para vivir, otros conviven, cada uno de sus días, con la divina providencia, aquella que hace milagros tan importantes como simples, ¡pero siempre de forma que parece coincidencia!

Unos desconfían del prójimo, otros confían.

Si los pobres son desgraciados o llenos de gracia, solo al final se sabrá.

Sólo el infinito nos basta y no se llega allí acumulando cosas, sino siento recto.

 



https://agencia.ecclesia.pt/portal/pode-um-pobre-ser-feliz/

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