José Luís Nunes Martins
El amor es esencial a la existencia. Sin él, la vida queda limitada, sin desarrollar, impedida de ser lo que es y debe ser.
Los gestos que resultan de la fala de amor son crueles.
Violencia pura, porque busca destruir.
Siempre que alguien nos hace mal, aunque sea sin esa
intención, puede llegar a ser más profundo de lo que imaginamos. ¿Qué resulta
de eso? Un dolor que acaba por alterar la forma como miramos y comprendemos el
mundo. Una mentira puede hacernos dudar de muchas verdades.
Si alguien me llama imbécil, es posible que yo crea, si mi
forma de ver el mundo fue alterada por las cicatrices de males antiguos. Y si
creo, acabo por sufrir, en ese instante, un golpe más del desamor, un golpe más
que se abre y desfigura.
De forma simple, sentimos el mundo con un corazón lleno de señales
del pasado.
Siempre que no amamos a alguien estamos causándole un mal
que, siendo inmediato, pudiera permanecer mucho más tiempo que la misma memoria
del mismo.
Es importante que cada uno de nosotros, si no fuera capaz de
amar, no ‘desame’.
El que ‘desama’ busca combatir un mal que, estando en sí
mismo, cree que es exterior a él.
Frente al desamor que trazamos en el corazón, importa que
sepamos, con toda certeza, que hay algo más profundo que ese daño. En el fondo
de nuestro corazón, mucho más hondo que los dolores en nosotros, está alguien a
la espera de ser liberado y… vivir de forma plena.
Solo quien es capaz de aceptar que muchos de sus dolores son
el resultado de haber creído en quien les ha mentido se libra del miedo que
nace del desamor y que impide la felicidad.
¡Ama, hazte bien!
https://agencia.ecclesia.pt/portal/a-longa-dor-do-desamor/
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