sábado, 25 de septiembre de 2021

¿Para qué tanto ruido?

 José Luís Nunes Martins 

El silencio no es cómodo para quien encuentra en el ruido una forma de huir de sí mismo. Es raro encontrar a alguien capaz de quedar en silencio y en paz mientras a su lado los otros hablan sin parar de todo y, por tanto, de nada.

 En una sencilla conversación entre dos personas, hay que se siente en la obligación de llenar algún silencio, acabando casi siempre por decir lo que, si hubiese pensado, no diría. No solo no era necesario, sino acabó siendo peor.

 Con relación a lo que importa saber del mundo y de los otros, por más que nos esforcemos, jamás conseguiremos estar actualizados en todo, pero el hecho de intentarlo nos hace perder una gran cantidad de nuestro tiempo, que, de forma más sabia, podría ser invertido de forma más provechosa. Es extraño que deseemos tanto saber unos de los otros y tan poco de nosotros mismos.

 Hoy tenemos comodidades, pero no sabemos descansar. Tenemos casi todo, pero andamos desasosegados, tal vez porque nos falte lo más importante.

 En vez de vivir, preferimos andar ocupados si parar, sin descansar, sin paz.

 Nuestro camino habitual es un andar de urgencia en urgencia, sin parar. Y, en el caso raro de no tenerlas… inventarnos una, o cuantas fueren necesarias hasta que surja alguna más de forma natural.

 Hay cada vez más gente con miedo al sosiego, pero el mismo silencio que sentimos como un vacío puede ser el espacio y el tiempo de nuestra paz.

Nos hace falta parar, apartarnos del mundo y aproximarnos a nosotros mismos.

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