José Luís Nunes Martins
Tengo una jarra
muy bella. Está en mi casa, junto a una ventana, por donde el viento entra y
sale.
Es frágil, pero
no es falsa. Está hecha de barro y puede partirse en un instante, no mientras
fue moldeada y pintada por personas que le dedicaron mucho tiempo y talento.
Es frágil, pero
no es falsa. Tiene imperfecciones, pero ninguna la hace imperfecta.
Es frágil, pero
no es falsa,. Tal vez sea fácil de romper, pero eso la hace más preciosa. Porque
nadie, ni quien la hizo, la puede crear otra vez.
Es frágil, pero
no es falsa. No está garantizado el mañana de ninguno de nosotros. La vida, como
mi jarra, es frágil. A pesar de eso, a la luz de su belleza es tan verdadera
que es capaz de hacernos ver el mundo con otros colores, tal vez más
verdaderos.
Es frágil, pero
no es falsa. La vida, como mi jarra, puede ser girada del revés con mucha
facilidad, basta que seamos prudentes y estemos atentos para que podamos evitar
muchos accidentes y tragedias.
Es frágil, pero
no es falsa. Parece ser solo un recipiente para poner flores, valiendo más por
lo que se coloca en ella, que por sí sola. Sin embargo, es su capacidad de ser
colocada al servicio de otro, haciéndolo brillar, como la hace más bella que
cualquier ramo de flores que alguien pueda colocar y exponer.
Es frágil, pero
no es falsa… porque es bella.
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