domingo, 30 de abril de 2023

Escoge bien tus batallas

 José luís Nunes Martins


 La vida es una lucha constante, en la cual es preciso que cada uno de nosotros escoja con sabiduría las luchas en que entra, en que momento y con qué estrategia. ¡Sin embargo, aunque lo hagamos, y por mejores que podamos ser, lo cierto es que acumulamos muchas derrotas!

 Es importante tener paz con nosotros mismos y mirar el mundo como él es, sin culparnos por aquello de lo que, en verdad, no somos responsables. Tampoco debemos gastar el tiempo ni las fuerzas intentando demostrar alguna cosa a alguien.

 Los que nos aman, quedan, para siempre. Los otros, se irán así que se aproxima cualquier tempestad.

 De nada le sirve a un guerrero revolverse contra una piedra. Es así. Hay que aceptar, lo mejor posible, todas las realidades que han de suceder de todas formas. Pero vale comenzar luego a pensar en como podemos sacar partido de esas adversidades o en cómo podemos sortearlas,

 Enfrentarse a todo y a todos, sin medir las fuerzas, ni estrategia, es una insensatez, por más poética que pueda parecer.

 Encuentra las motivaciones más profundas que hay en ti, y haz que tus acciones tengan sentido para ti y para los otros.

 Deja el pasado y da un paso adelante, incluso aunque no veas suelo. Fortalece tu fe, porque ella nos enseña que no es por mucho preocuparnos como conseguimos cualquier cosa. La mayor parte de lo que nos sucede está fuera de nuestro control. No vale la pena pensar en eso.

 Aprende a descansar, a distinguir lo posible de lo imposible, a aceptarte con todos tus límites, carencias o defectos, así como con tus dones, virtudes y acciones.

 A lo largo del día, encuentra uno o dos minutos para parar y aquietarse, después fija tu atención en ti. Por fin, dedica algunos minutos más para reparar en todo lo que está a tu alrededor.

 Reza y levántate.

 


domingo, 23 de abril de 2023

¿Es posible morir sonriendo?

 José Luís Nunes Martins


 ¿Puede alguien llegar al final de sus días con una sensación de plenitud y gratitud? ¿Es posible encontrar el camino por sonde se es feliz, no al llegar, sino a cada paso?

 La muerte pone fin a esta existencia que conocemos, ¿pero por qué no es obvio para tanta gente que esta vida forma parte de otra?

 Si hay aquí tantos tipos de sufrimiento y que todos duelen tanto, unos de forma más localizada en periodo corto, otros con cargas más leves, pero que tenemos que cargar por mucho más tiempo… ¿cómo podemos encontrar alegría en este mundo donde parece haber tan pocas razones para sonreír?

 Si la enfermedad, el envejecimiento y la muerte son inevitables, entonces ¿cómo puede alguien ser feliz? ¿Morir feliz?

 Tal vez nada, o casi nada, sea como nos parece ser, lo cual significa que es preciso cambiar nuestra forma de ver, pensar y sentir aquello a lo que llamamos realidad. ¡Hay un infinito más allá de lo que conseguimos alcanzar hoy y eso es bueno!

 Muere sonriendo quien comprende que la vida quiere vivir y que aquello que llamamos yo sobreviviré a lo que muchos llaman fin. No solo a través de los que no dejaron de amarnos, sino por el amor de quien nos dio la existencia, creándonos a partir de la nada y haciendo de nosotros parte de sí.

 No te apegues a lo que ya no es, ni te consumas con lo que ha de venir… Vive tus horas no dejando que pasen sin que no hagas nada en ellas.

 Lucha por aquello en que crees, no veas nada como imposible y, por peores que sean las condiciones en las cuales tengas que combatir, no dejes de explotar al máximo el tiempo que te ha sido dado para hacer que tu vida valga todos los sacrificios.

 Y si, con tu vida, hubieras conseguido llenar de amor la vida de otros… ¡tal vez no consigas dejar de sonreír por ellos…y por ti!

 


domingo, 16 de abril de 2023

La indecisión pesa, cansa y desgasta

 José Luís Nunes Martins


 Los éxitos y fracasos que resultan de lo que hemos ido decidiendo hacer, y de lo que hicimos o no después, constituyen nuestra identidad.

 No podemos escoger casi nada de lo que sucede, pero siempre estamos llamados a ser libres y determinar nuestra respuesta. Nunca es fácil, porque siempre conlleva cambio y correr algún riesgo.

 Hay personas que se pierden porque se quedan esperando las condiciones perfectas, otras por no querer arriesgar y acabar paralizadas frente a las posibilidades que tiene delante, y aún aquellas que se mueven mucho, pero parece que están dando vueltas en círculo por no querer arriesgar una salida… Todas ellas, en su indecisión, están destruyendo tiempo y vida.

 Es muy importante que pensemos bien las opciones que se presentan. Es importante que creemos hipótesis e inventemos nuevos caminos, pero llega siempre el momento de decidir y, después, el otro, aún más importante: el de actuar.

 Hay mucha gente que le gusta que la vida le sea servida, que frente a cualquier exigencia no sabe sino esperar que la cuestión se disuelva o se resuelva por sí misma, y cree  

además que así queda exenta de la responsabilidad de los resultados que vienen a continuación. Pero no. Son tan culpables de las tragedias que suceden a raíz de sus indecisiones como alguien que no hace nada mientras observa a una persona que se está ahogando.  Son asesinos con la manía de inocencia.

 No debo condenarme por un fracaso que no fui capaz de prever. Incluso porque después de cada fracaso es tiempo de decidir qué hacer en relación a él de cara al futuro.

 ¡La indecisión pesa, cansa, desgasta y es inútil. Porque no tiene después… es para siempre, no se puede revertir!

 


domingo, 9 de abril de 2023

Si amas, escucha

 

José luís Nunes Martins


 Nos duele saber que aquellos que amamos no nos escuchan.

 Hoy, tal vez como nunca, no se escuchan unas a otras. Todos quieren hablar y, por eso mismo, nadie quiere oír.

 Incluso está de moda la idea de que debemos dialogar con nosotros mismos. Una llamada al individualismo que pate del principio de que cada uno de nosotros debe bastarse a sí mismo. Una independencia orgullosa que no resulta porque es una soledad disfrazada de superioridad.

 Es esencial que cada uno de nosotros, de forma libre y autónoma, piense, decida y cambie su vida, pero eso no significa de manera ninguna, que lo debamos hacer sin el apoyo de los otros a través del diálogo.

 Parece que ya nadie tiene tiempo, tenemos tanto que hacer hasta el punto de tener que hacerlo con la mayor prisa posible. Nuestra atención es reclamada a gritos y acabamos por no entender cosa alguna.

 Después, creemos que podemos hacer muchas cosas al mismo tiempo, pero, en verdad, ya son pocos los que consiguen hacer bien una sola, en medio de tano barullo.

 Cansados de todo, desistimos y nos rendimos ante un aparato electrónico cualquiera que nos absorbe hasta el punto de sacarnos de nosotros mismos.

 El espíritu oscurece y la tristeza abra un boquete en nosotros mismos. Hacemos daño a los otros y ellos a nosotros por no reconocemos lo que todos necesitamos expresar y escuchar.

 La falta de escucha se confunde con la ausencia de amor.

 Que yo sepa expresar solo aquello que importa, pero solo cuando fuera el momento para ello.

 Escuchar es difícil. Exige que hagamos callar en nosotros el egoísmo, el orgullo y la vanidad, sometiéndonos por completo, aunque sea por unos instantes, a las necesidades del otro y aquello que procura expresar.

 Una escucha solo es verdadera si no persigue  una reacción, sino una relación… en la cual este tiempo es de otro y el silencio que le sigue…todavía es de él.