José Luís Nunes Martins
¿Puede alguien llegar al final de sus días con una
sensación de plenitud y gratitud? ¿Es posible encontrar el camino por sonde se
es feliz, no al llegar, sino a cada paso?
La muerte pone fin a esta existencia que conocemos,
¿pero por qué no es obvio para tanta gente que esta vida forma parte de otra?
Si hay aquí tantos tipos de sufrimiento y que todos
duelen tanto, unos de forma más localizada en periodo corto, otros con cargas
más leves, pero que tenemos que cargar por mucho más tiempo… ¿cómo podemos encontrar
alegría en este mundo donde parece haber tan pocas razones para sonreír?
Si la enfermedad, el envejecimiento y la muerte son
inevitables, entonces ¿cómo puede alguien ser feliz? ¿Morir feliz?
Tal vez nada, o casi nada, sea como nos parece ser, lo
cual significa que es preciso cambiar nuestra forma de ver, pensar y sentir aquello
a lo que llamamos realidad. ¡Hay un infinito más allá de lo que conseguimos
alcanzar hoy y eso es bueno!
Muere sonriendo quien comprende que la vida quiere
vivir y que aquello que llamamos yo sobreviviré a lo que muchos llaman fin. No
solo a través de los que no dejaron de amarnos, sino por el amor de quien nos
dio la existencia, creándonos a partir de la nada y haciendo de nosotros parte
de sí.
No te apegues a lo que ya no es, ni te consumas con lo
que ha de venir… Vive tus horas no dejando que pasen sin que no hagas nada en
ellas.
Lucha por aquello en que crees, no veas nada como
imposible y, por peores que sean las condiciones en las cuales tengas que
combatir, no dejes de explotar al máximo el tiempo que te ha sido dado para
hacer que tu vida valga todos los sacrificios.
Y si, con tu vida, hubieras conseguido llenar de amor
la vida de otros… ¡tal vez no consigas dejar de sonreír por ellos…y por ti!
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