JOSÉ LUÍS NUNES MARTINS
Querida amiga,
Quien es luchador sabe que se pierden muchas batallas. Así, una derrota no
puede, ni debe, por sí sola –y por más grande que sea- llevarnos a desistir.
Pues quien se abandona, se pierde… y esa es la única derrota definitiva.
Sepa que, a veces, huir del enemigo es la decisión más valiente y sensata
que debe tomar.
Las batallas en un campo que el enemigo domina por completo son una
insensatez. Así, debemos esperar a un espacio y un tiempo más propicios.
¿Cuántos grandes males en nuestra vida no se habrían evitado si no nos hubiésemos
acercado demasiado al enemigo?
Es sabio evitar el mal, temiéndolo…
¡Esté atenta! Igual cuando todo le parece un paraíso… piense que las desgracias
nunca se retrasan mucho.
Aprenda. Con los éxitos y con los fracasos. Analice los detalles posibles,
viva y revise los momentos más importantes. No deje que pase un solo día de su
vida sin sacar al menos una lección. Un perfeccionamiento. El que quiere saber
el final de una historia debe prestar atención al principio… casi siempre él
está escondido allí.
Recuerde que no debe luchar contra nada, pero siempre a favor de algún
bien.
Confíe en la fe que le da la más humilde de las confianzas, la misma que
calienta e ilumina las profundidades de su corazón. Teniendo siempre presente
que esa luz no elimina los obstáculos, solo le permite verlos con más detalle
y, así, hacerles frente mejor.
De las pasiones, buenas y malas, aproveche solo la fuerza y siga en la
dirección que la sabiduría le indique, haciendo lo que decida, pero siempre con
buena voluntad… aún cuando la vida le quite casi todo… después de esas noches
frías y oscuras, descanse lo posible, levántese, aliméntese y siga hacia donde
hubiera amor. Recuerde que esta vida es una larga guerra donde se puede vivir
sin felicidad… pero nunca sin amor.
Confío en usted.
Obrigado. Muito,
(Ilustração de Carlos
Ribeiro)