miércoles, 31 de enero de 2018

ADORACIÓN (Cuarta parte)




 Pablo Garrido Sánchez


En la corriente de la adoración



Adoramos con la mente, lo hacemos con los sentimientos y nuestro cuerpo adopta la posición más apropiada para rendir el culto debido. Desde otra vertiente cabe decir que adoramos en la Fe, movidos por el amor en el infinito horizonte que aporta la esperanza. Podemos adorar a través de la Escritura y a la PALABRA misma; adoramos en la liturgia, especialmente en la santa Misa, y adoramos a JESÚS en su Presencia Eucarística. Cuando nuestras capacidades sean las definitivas se nos abrirán otras vías para la adoración, y por cada una de ellas reconoceremos a DIOS en su perfecta TRINIDAD tal cual es (Cf 1Cor 13,12). Y lo que dio su comienzo en la adoración misma  culminará, no como término sino como plenitud en la unión para siempre con JESÚS resucitado(Cf Rm 8,20-30). ¿Debemos, por tanto, salirnos de la  corriente de adoración dispuesta a conducirnos al destino previsto por el Amor de DIOS?


El modelo de discípulo


Cada evangelio escrito es historia y es revelación, por lo que  una y otra alternan en parte sus elementos básicos para constituir una unidad. Dicho de otra forma, los evangelios no están dispuestos como una crónica histórica, sino que escogen las secuencias de la vida de JESÚS que mejor consiguen transmitir el Mensaje de Salvación. Incluso el modo de contarlo puede ser parecido entre un evangelista y otro, pero en cada uno las diferencias están subordinadas a lo que el evangelista desea resaltar como esencial. Estas consideraciones pretenden disponernos al entendimiento del evangelio de san Juan, que nos llevan a las altas regiones de la revelación, en las que JESÚS muestra con diafanidad su rostro divino, sin perder un ápice de la humanidad que lo constituye: “El VERBO se hizo carne” (Cf Jn 1,14). Todo en este evangelio está en un movimiento de descenso y ascenso, por eso adquiere máxima importancia el encuentro inicial de JESÚS con los primeros discípulos, y de modo especial con Natanael, del cual dice JESÚS “que es un verdadero israelita” (Cf Jn 1,47) en Natanael queda reflejado lo que JESÚS pretende de cada uno de sus discípulos, y por extensión de cada uno de nosotros: que seamos verdaderos israelitas; o lo que es lo mismo, verdaderos discípulos de ÉL. Examinado bien el texto sorprende la desconfianza de Natanael hacia JESÚS, que es pasada por alto por el MAESTRO, pues lo importante está en lo que se pueda construir desde el momento del encuentro. Las palabras de Natanael no pueden ser dichas más al modo humano: “¿De Nazaret puede salir algo bueno?”(Cf. Jn 1,46), refiriéndose a JESÚS. Ante aquel modo altanero y despreciativo que utiliza Natanael para acoger el entusiasmo con el que los compañeros le anuncian el hallazgo del MESÍAS, JESÚS reacciona de modo profético, dando la medida de lo que sus anunciadores elogiaban de ÉL. Natanael se sintió conocido en sus regiones más íntimas, pero no puesto en evidencia, y se encontró acogido e interpelado para ascender a cotas mucho más altas. Aquel de Nazaret lo iba a conducir a la contemplación del núcleo mismo de la visión que Jacob había tenido, siendo el motor espiritual de sus días en esta tierra.  Natanael estaba llamado a contemplar la majestad y el poder del Hijo del hombre en toda su extensión. Natanael, como prototipo de discípulo, estaba emplazado a la contemplación de la máxima revelación otorgada por DIOS a los hombres. La admiración de Natanael  por haber sido radiografiado en su intimidad pasa al ámbito mismo del propio JEÚS, en quien el discípulo adquiere todo lo que está llamado a ser. JESÚS se dirige también al resto de los discípulos, aunque el diálogo fuese mantenido con uno en particular. Por otra parte el propio nombre de “Natanael” podría significar “DIOS ha dado”. La partícula “EL” significa DIOS, Y “Natán” el don de DIOS. Sabemos que los nombres en la Biblia refieren a una persona y su vocación o singularidad; por tanto, encontramos un nuevo punto de apoyo para  pensar  en el establecimiento de un proyecto inicial por parte de JESÚS para todos sus discípulos.


La adoración en el ESPÍRITU SANTO


La adoración adquiere una dimensión cristológica desde el momento en el que JESÚS es manifestado y reconocido como SEÑOR y CRISTO (Cf. Hch 236). Esta proclamación realizada en plena efusión del ESPÍRITU SANTO en Pentecostés, está entreverada a lo largo del evangelio de san Juan, manteniendo en todo momento las dimensiones propias de JESÚS el Hijo del hombre y el SEÑOR. Desconcierto, sobrecogimiento y admiración se mezclan en muchos episodios evangélicos, pero de forma especial en la escena tocante  al “Pan de Vida”. Nosotros, los cristianos, no podemos renunciar a un ámbito privilegiado de manifestación crística como el proveniente de la adoración  eucarística. El trozo de pan consagrado es DIOS.




sábado, 27 de enero de 2018

Las espinas al lado del bien




Opinión de JOSÉ LUÍS NUNES MARTINS


Ser capaz de arrancar a alguien una espina que lleva clavada en el cuerpo, el cual puede que ya esté resignado, tiene algo de libertador, casi divino.

Todos tenemos espinas clavadas en la carne que nadie conoce y pocos imaginan. Y son esas espinas, las que no se ven, las duelen en lo más hondo. Ellas revelan nuestra enorme fragilidad, pero también nuestra fuerza para seguir adelante, a pesar de que su presencia nos duele cada día, a cada paso. A veces, estos hierros escondidos, se vuelven más difíciles, intolerables y duros para con los otros…

Ser capaz de arrancarle a alguien una espina que lleva clavada en el cuerpo, a lo cual  puede que ya esté resignado, tiene algo de libertador, casi divino. Es grande la luz de quien comprende que, más allá de las espinas, hay otras muchas, mayores y más afiladas, clavadas en otras personas, tal vez más débiles e inocentes.

Es cierto que las espinas forman parte de la vida. Todos los sueños con los que nos evadimos son mentira hasta el punto de imaginarnos que, llegando a un determinado punto en este mundo, las espinas dejarán de existir.

 Las espinas de la vida pueden servir para que recordemos cuán valiosas son las cosas buenas. La vida es extensa y muy rica en bondades y maldades.

Por cada uno de nosotros que conquista algo sublime, habrá muchas personas buenas que quedan por el camino. No por ser más, sino porque al cielo se llega por caminos duros.

Siempre habrá espacio entre las espinas. Quien quiere crecer ahí, más pronto o más tarde tiene que pasar por ellas, para florecer más tarde.

Las espinas son pasajeras, aunque su tormento dure una vida entera.

Casi todos queremos alcanzar el cielo, ¿pero cuántos de nosotros estaremos dispuestos a ir por donde se debe ir para llegar?

El amor, la verdad y la vida están mezclados con las espinas, que coronan las vidas de quienes se dan.


ilustração de Carlos Ribeiro

sábado, 20 de enero de 2018

LA ADORACIÓN (tercera parte)




Pablo Garrido Sánchez



Don y tarea




JESÚS dijo: “YO SOY la Puerta” (Jn 10,7); y nos encontramos con textos en la Escritura que manifiestan una elevada presencia del VERBO, por lo que se convierten en verdaderas puertas de acceso al conocimiento de DIOS, al conocimiento de las verdades espirituales y a la obtención de un conocimiento necesario para la vida de Fe. Esta breve reflexión tiene la finalidad de seguir ahondando en la adoración, que es don y una tarea; precisa del acercamiento expreso de DIOS y de la inexorable búsqueda personal. Si Jacob no hubiera salido de su casa para encaminarse a la tierra de Jarán donde residía la parentela de la que debía tomar esposa, no hubiera recibido una revelación de importancia capital. Así también nosotros estamos permanentemente en un camino que exige atención, búsqueda y creatividad. La inmovilidad de la vida y de las cosas es sólo aparente; la rutina es un hábito funcional para dar una cierta estabilidad ante la realidad siempre nueva y cambiante. Si las cosas suceden de esta forma, y a riesgo de vernos arrastrados por la corriente que nos lleva, es preciso hacerse con las riendas de nuestro propio destino levantando la mirada hacia el que tiene en su mente los proyectos de vida de todos los hombres.






El día y la hora




Al igual que Abrahán (Cf. Jn 8,56), Jacob tuvo también su día en el que se alegró de ver la gloria del Hijo del hombre (Cf. Gn 28; Jn 1,51). A DIOS le basta un solo día para crear, y le basta un solo día para hacer las cosas nuevas. La manifestación de DIOS se registra en un día o en una hora (Cf. Jn 2,4). Es el evangelista san Juan quien utiliza este eje revelador con profusión a lo largo de su evangelio. La hora en que los primeros discípulos encuentran a JESÚS y lo siguen; o la hora en que JESÚS  manifiesta su gloria ante los discípulos en las bodas de Caná (Cf. Jn 1,39; 4,21;5,25;7,30;16,32;17,1). Al mismo tiempo el discípulo deseará participar de un día con el SEÑOR cuando las dificultades arrecien (Cf. Jn 17,22). Una vez más tenemos que volver despacio a la consideración de estos textos, porque las fuerzas humanas son escasas y precisamos recordar con frecuencia los contenidos que las fuentes aportan a una vida nueva. Jacob se anticipó más de quince siglos a la revelación definitiva en sueño de la escala angélica, que ascendían y descendían entre YAHVEH y el mundo.

 


JESÚS en el diálogo con Natanael, o Bartolomé, ofrece un conocimiento de sí mismo que es vital para cualquier seguidor. El diálogo entre MAESTRO y discípulo podría plantearse en estos términos: “Te admiras, Bartolomé, de que te conozca?; pues, ¿qué pensaras el día en que tú me conozcas a MÍ? (Cf Jn 1,48 ss). Nuestro buen apóstol queda sobrecogido, porque JESÚS entra en su secreto personal; sin embargo, JESÚS, aprovecha el hecho para remitirlo al conocimiento del misterio mismo del HIJO del hombre en toda su plenitud. Jacob, mil quinientos años antes, participó de este día, de este conocimiento. Jacob se adelantó a lo que los discípulos del SEÑOR estaban llamados a descubrir en el seguimiento del MAESTRO. La visión de la escala de Ángeles que ascienden y descienden entre el cielo y la tierra constituye una visión sintética, aunque mística, de la plenitud consumada por JESÚS en la RESURRECCIÓN; y desde entonces vivimos este nuevo orden cósmico y espiritual, que no cesa de incrementar su plenitud. Jacob vivió la visión en sueños como profecía; nosotros tenemos la realidad del acontecimiento manifestado en JESÚS el CRISTO y SEÑOR.



El adelanto del “Día del SEÑOR” vivido por Jacob es hoy un acontecimiento que abre para toda la humanidad un cúmulo de gracias inacabables e incesantes. Si el mundo y la Iglesia están mal, no es porque las gracias de la renovación estén bloqueadas, pues los cielos se han abierto y todo don perfecto (Cf St 1,1) que procede de DIOS viene inmediatamente a la humanidad. DIOS nos quiere rendir a su amor misericordioso, con su misma misericordia inagotable. ¿Podríamos existir todavía en el planeta, si no fuese porque la Gracia es muy superior a las grandes aberraciones humanas?



Espacios sagrados




Jacob denominó aquel lugar, Betel, como “casa de DIOS”; en aquel lugar habitaba DIOS, por lo que había que establecer un lugar de culto que definiese un espacio sagrado. Para muchos judíos Betel coincide con Jerusalén. JESÚS se encarga de agrandar el ámbito del culto de adoración y extralimitarlo más allá del propio templo de Jerusalén. Habría que preguntar, ¿existe algún lugar en este mundo en el que no sea posible adorar a DIOS? ¿Hay algún rincón en el que los Ángeles no puedan recoger las oraciones de los creyentes y presentarlas ante el trono de DIOS?




La singular experiencia espiritual no indujo a Jacob a quedarse replegado sobre su experiencia espiritual, sino que le ofreció nuevos ánimos para la tarea que tenía por delante y plantea un reto al SEÑOR, en el que requería su protección y éxito en las empresas pendientes. La excepcional fuente espiritual abierta para Jacob no le impidió mostrarse con todas sus limitaciones humanas, e incluso exponer sus exigencias al SEÑOR. El perfeccionamiento ético, por nuestra parte, no debe decaer, pero DIOS nos acepta como somos  y hace camino con nosotros en las circunstancias en las que nos encontremos. Como esperemos a ser santos o perfectos para adorar a DIOS o elevar nuestras plegarias a ÉL es casi seguro que nunca lo haremos, entre otras cosas porque nos habremos instalado en el pedestal del orgullo personal.


¿Por quién doblan las campanas?




Opinión de José Luís Nunes Martins




Y siempre que doblan las campanas, doblan y nos llaman, llaman bien alto a mí y a ti… Para que nos acordemos de vivir antes que otras campanas doblen por nosotros.

Las campanas doblan por los que supieron vivir y por los que desperdician la vida pensando que no morirán.


Doblan por los que creyeron en la vida eterna y por los que creyeron que la vida es solo un momento.


Las campanas doblan por los que tuvieron y fueron una familia, y por todos los que pasaron la vida buscando tener una donde pudiesen ser.


Doblan por los que, desde la cuna al túmulo, siempre se levantaron, y por los que andan a rastras por las horas de sus días y de sus noches.


Las campanas doblan en el otoño y en la primavera, cuando las hojas caen y cuando las flores se abren a la luz.


Doblan por aquellos por quienes lloraremos su ausencia y por lo aquellos que no dejaron señales en el corazón de nadie.


Las campanas lloran y nos llaman. Hacen estremecer nuestros silencios y nos colocan ante  la verdad.


Doblan por los que amaron y por los que nunca fueron amados. Por los que triunfaron y por los que fueron despreciados.


Las campanas doblan en la brisa suave que traen pedazos de memoria de los que se fueron lejos, pero quedaron en el fondo de nosotros.


Doblan a todas las horas porque cualquier tiempo es tiempo de llegada… y de partir.

Las campanas lloran siempre que alguien pierde o gana su vida.


Doblan…


Y siempre que las campanas doblan, doblan y nos llaman, bien alto, a mí y a ti.


                                                          ilustração: Carlos Ribeiro


http://rr.sapo.pt/artigo/103447/por-quem-os-sinos-choram

sábado, 13 de enero de 2018

Somos una ‘opera prima’ en construcción




Opinión de JOSÉ LUÍS NUNES MARTINS


Somos lo que hemos procurado ser, pero somos también el resto. Somos el punto en que aún estamos y el que hemos ido haciendo hasta aquí, tanto bueno como malo.

No somos lo que pensamos que somos. Los héroes y los cobardes no acostumbran a tener conciencia de lo que son. Otros son ambas cosas en aspectos diferentes de la vida y tendrán idea de ser siempre solo una.

A pesar de todo, lo que pensamos sobre nosotros es mucho más importante que lo que los otros piensan.

Somos lo que hemos procurado ser, pero somos además el resto. Somos el punto en que aún estamos y el que hemos ido haciendo hasta aquí, de bueno y de malo.

No somos lo que los otros ven, ni la opinión que forman respecto a nosotros. No somos nuestros secretos y misterios, somos nuestras obras y nuestras elecciones. Nuestros valores que ponemos en práctica. Hay quien pierde mucho tiempo mirándose a sí mismo y no ve estas evidencias.

Somos cuando nos damos. El que se atreve a amar y vencer el egoísmo y el orgullo que corroe a todos aquellos que creen que es recibiendo como se hacen más ricos, es feliz y tiene paz, aún cuando las circunstancias no están a su favor.

El interior acaba por reflejarse en el exterior, puede pasar tiempo, a veces años. De la misma forma que cambiamos a lo largo de los años, las personas tienden, con el tiempo, a revelarse como son. Al final, el interior es la raíz y la fuerza que anima el exterior. Por más que se intente disimular, acaba por manifestarse.

Un buen camino para conocernos es cuando alguien evalúa lo que ama y lo que le irrita.

Lo que somos no está en el fondo de nosotros mismos, no llegamos al conocimiento de nuestra identidad a través de una contemplación interior. Lo que somos está en nuestro desplazamiento al fondo del otro, en la intensidad y en la verdad que colocamos cada vez que nos damos.

Habrá siempre un día en que todos los contornos de nuestra verdad más auténtica aparezcan, de forma mucho más clara, ante nuestros ojos. Para unos será un excelente momento, para otros no.
                                                                Ilustración Carlos Ribeiro



miércoles, 10 de enero de 2018

GRACIAS, MAESTRO


(Con toda humildad y respeto, hace tiempo que quería agradecer a mi maestro, responsable de que me decidiera a publicar una sola frase que tuviera que ver con otras personas. De él aprendí el respeto sagrado que se debe tener hacia toda persona, porque tiene un alma inmortal, que aspira a vivir plenamente, eternamente. Me alegro enormemente de la concesión de la medalla. Aunque él no se amigo de reconocimientos, somos los demás los que tenemos la obligación de agradecerle tanto bien como hace con su palabra. Por eso me permito publicar aquí esta noticia íntegra, para que más personas sepan quien es José Jiménez Lozano).



El Papa otorga a José Jiménez Lozano la medalla Pro Ecclesia et Pontifice



El próximo 4 de noviembre, a las 11 horas, el cardenal arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, impondrá en el arzobispado al Premio Cervantes José Jiménez Lozano la medalla Pro Ecclesia et Pontifice, la máxima distinción que el Papa confiere a seglares, «como premio a su fidelidad a la Iglesia y su servicio distinguido a la comunidad»

El Santo Padre ha otorgado este reconocimiento a solicitud del propio arzobispo y presidente de la Conferencia Episcopal Española, quien en junio de este mismo año trasladó su candidatura, «compartida por muchas personas», convencido de que el galardón será muy bien recibido, dado el común reconocimiento de la sociedad a la persona y la obra del escritor abulense afincado en Valladolid.

El cardenal Blázquez solicitó la medalla para este «intelectual cristiano con exigencias de superación y reforma», que «participa activamente en la vida de su parroquia y se ha manifestado siempre como hijo de la Iglesia» y cuyo modo de vida es «sobrio y discreto» por tres razones fundamentales. La primera es su «asombrosamente» larga y cualificada trayectoria profesional, reconocida por innumerables premios («aunque por su manera de ser no sea proclive» a ellos). «Abarca la corresponsalía en Roma durante el Concilio Vaticano II, la evocación de figuras bíblicas, el estudio de personajes como san Juan de la Cruz, fray Luis de León, Pascal, etcétera. Novelas y cuentos y particularmente el periodismo que culmina como director de El Norte de Castilla», detalla.

El segundo gran argumento es la relevante colaboración de José Jiménez Lozano en la gestación y realización de las primeras exposiciones de Las Edades del Hombre, «un proyecto sorprendente que se convirtió en un éxito rotundo» y que, tal y como explica Ricardo Blázquez al Santo Padre, fue ideado en gran parte por el escritor y su amigo el sacerdote José Velicia, fallecido hace 20 años. El propio Jiménez Lozano, autor de los guiones de las cuatro exposiciones de la primera etapa, explicó que con ellas se persigue «no solo abrir un espacio a la fruición estética, sino emitir un mensaje de índole teológico-catequético. Toda obra de arte está singularmente habilitada para cumplir esa función mediadora del discurso teológico».

Pero hay una tercera motivación para la solicitud del reconocimiento y su concesión, y es la «ejemplaridad» del literato como persona y como cristiano. «El reconocimiento que solicito –enfatiza don Ricardo Blázquez– sería muy elocuente en la situación actual de nuestra sociedad. Cuando entre nosotros se tiende a olvidar las raíces cristianas de Europa, y a marginar la obra de la Iglesia en el presente y en el pasado, es muy significativo subrayar la ejemplaridad de personas como el candidato, que ha unido magistralmente su fe, sus manifestaciones culturales y artísticas y el mensaje de nuestro tiempo (…). Es bueno presentar tales personas, que han realizado una obra tan valiosa, a la consideración de todos».

La medalla

La condecoración fue instituida por el Papa León XIII, en 1888, con motivo de sus bodas de oro sacerdotales. Se trata de una cruz octogonal con la flor de lis en los cuatro cantones y con su imagen rodeada por la frase «Leo XIII PM anno X» (León XIII, Pontífice máximo, año diez de su pontificado). En el anverso de la medalla, sobre los brazos de la Cruz, aparecen representados cometas, que, con las flores de lis, forman el escudo de armas de la familia Pecci, a la cual pertenecía el Papa. Grabadas en el reverso están las palabras Pridie (Día primero), Kal (de las kalendas), Ianuar (de enero) y el año 1888. En el reverso aparecen los emblemas papales (las llaves y la tiara de san Pedro) y el lema Pro Ecclesia et Pontifice. A partir del pontificado de Juan Pablo II los colores de la cinta de la medalla son el amarillo y blanco.

Desde su institución han recibido este reconocimiento varios centenares de personas públicas y anónimas en todo el mundo, en su mayoría seglares. Entre las españolas, la reina consorte de los belgas, Fabiola de Mora y Aragón, o la vallisoletana Eloísa García de Wattemberg.

http://www.alfayomega.es/130350/el-papa-otorga-a-jose-jimenez-lozano-la-medalla-pro-ecclesia-et-pontifice

El camino de Mustapha Gueye


Salí de mi ciudad, Potu, con dieciséis años hacia la capital de Senegal, Dakar, y de  aquí pasé a Mauritania. Aquí conocí gente con la que viví dos años, trabajé en la venta ambulante. Conseguí el dinero suficiente para pagar un pasaje en una patera que iba a Canarias.

Embarqué con dieciocho años, el camino fue muy largo y muy difícil, siete días en el mar, con lluvia y viento. En la patera íbamos ciento cuarentaiséis personas, amontonados; comíamos dos veces, por la mañana y por la noche, un poquito cada vez; muchas peleas, gente enferma, algunos pierden la cabeza y se quieren bajar en mitad del mar creyendo que ha visto su carro, su coche…

Cuando llevábamos cinco días, la comida  se acabó y los que sabían pescaban para todos. Dos días estuvimos sin comer, aunque por suerte teníamos agua. Yo sobreviví más o menos bien, porque me junté con personas buenas, mayores, que me protegían. Sufrí mucho, porque llevaba una ropa incómoda, la falta de espacio, yo era muy joven y los mayores me mandaban hacer esto y aquello, achicar agua del bote. Yo no recuerdo muchas cosas del barco, porque durante dos días perdí el control de mi mente, no sabía donde estaba. 

Por fin llegamos a Canarias, al puerto. La policía y la Cruz Roja nos acogieron y nos dieron ropa y comida, antes de llevarnos a la comisaría. Aquí estuvimos cinco días, nos cuidaron, y nos repusimos, mientras la policía iba tomando nuestros datos.

Nos llevaron a un terreno militar, donde estuvimos veintinueve días. Luego nos llevaron a Las Palmas, donde pasamos veintisiete días. En el campo nos encontramos con cientos de personas. Aquí la vida era muy dura, poca comida y dormíamos en barracones y en literas; a menudo había peleas o riñas entre las personas allí recogidas.

Nos dejaron en libertad. Nos llevaron en avión a Málaga. La Cruz Roja nos recibió y nos leyeron los Derechos que teníamos, y formó grupos para repartirlos por distintas ciudades. Yo, con gente nueva fui a Granada, a Cruz Roja de Granada.

Aquí estuve esperando la llamada de las personas que se harían cargo de mí en España. Cuando yo les llamaba no querían saber de mí nada. Conocí a una persona en el centro y me propuso llevarme con un hermano suyo. Cuando llegamos me dice que para vivir con él tenía que dedicarme a la venta ambulante. Otro conocido me prestó cincuenta euros para comprar cds y películas. Todo lo que ganaba se lo dejaba al hermano para que me lo guardara, yo no tenía cuenta en el banco.

Durante dos años estuve dándole mi dinero. La venta era muy complicada, con problemas constantes con la policía. La persona que me guardaba el dinero se marchó a Valencia y se llevó mi dinero. Me decía que me mandaría el dinero, dos mil quinientos euros, a través de una cuenta de un amigo. Pero todo era mentira, no mandó nada.

Yo me fui a Valencia a recuperar mi dinero. Él me dice que sólo tengo quinientos, y es lo que me va a dar. La gente allí me aconseja que los coja si no quiero perderlo todo, y para evitar problemas con la policía. Cuando voy a coger los quinientos me dice que sólo me da doscientos. A partir de aquí él no quiere saber nada de mí, cambia su número de teléfono. Aquí pasé muchos problemas, sin dinero, ni amigos. Me fui a Algeciras.

En Algeciras tuve la mala suerte de que la policía me detuvo porque estaba en busca y captura, porque se me había olvidado firmar en el juzgado. Permanecí detenido tres meses, aunque me correspondían ocho, el resto de la condena me la conmutaron por un trabajo social.

Al terminar mi condena conseguí un trabajo de aparcacoches, vovi al. Gracias a este trabajo viví cuatro años tranquilo, guardaba dinero. Encontré una persona que me prometió un trabajo, con contrato legal, pero me pide mil cuatrocientos euros. Yo le di novecientos, y el resto cuando recibiera el contrato. Pero, el contrato era falso. Le reclamé el dinero porque el contrato no era legal. Me dice que no tiene el dinero. No me atreví a denunciarlo porque no tenía mis papeles. Perdí el contacto con este señor. 

En este tiempo yo conocí a una chica. Viví con ella en casa de su madre y otras dos hermanas, una de dieciséis y otra de ocho años. Las hermanas no me querían y me insultaban, para que me fuera. Le decían a la madre que solo quería conseguir los papeles y que no quería a la hermana. Me fui de esta casa para vivir en la parroquia del P. Andrés.
Yo seguía viendo a mi chica, a pesar de las hermanas. Dos meses y pico estuve en la parroquia.

Al preguntarle yo como fue su vida, su infancia, en su país, Senegal, si recordaba a su familia, me contó lo siguiente: Mis padres se separaron a los pocos meses de yo nacer, los familiares de mi padre no querían que yo estuviera con mi madre. Ellos me llevaron a un sitio alejado. Mi padre era sordo, no sabía nada de mí, ni lo que sus hermanos hacían conmigo. Hasta los diecisiete años estuve en aquel lugar apartado, hasta que me fui con mi madre, pero ellos me pegaban y me quería retener. Me enfadé y me escapé, mi madre me buscaba y me encontró. Cuando me encontró me llevó con ella, pero los familiares de mi padre me cogieron otra vez. Me volví a escapar y esta vez ya no me encontraron, porque esta vez yo fui el capitán, empecé a conocer amigos y al fin nos fuimos a Mauritania.

Y ahora, le pregunto, como ves tu situación, cómo te sientes, y él me respondió: La vida es muy dura en España, sin papeles no eres nadie. Además tengo problemas de salud, tengo que tomar pastillas para el  estómago, porque me duele de los nervios, estoy triste y por las noches lloro. Yo quisiera tener una vida normal, formar una familia, tener hijos. Pero yo tengo muchos problemas para conseguir esto, le doy muchas vueltas en mi cabeza. No tengo dinero para pagar las medicinas, a pesar de tener mi cartilla sanitaria, pero no tengo ingresos ninguno ahora.

No me conceden los papeles por tener antecedentes penales, dos meses en la cárcel por venta ambulante… y sin papeles no eres nadie, no puedes tener una vida normal.
A pesar de todo me gusta estar en España, porque aquí viviría mejor, y con todo lo que he contado no puedo pensar en volver a mi país por ahora.









































































































































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Consejos para la Vida.



Fernando Pessoa

http://www.citador.pt/textos/conselhos-de-vida-fernando-pessoa

1 - Haga las menos confidencias posibles. Mejor no hacerlas, pero, si hiciere alguna, haga como si fueran falsas o vagas.

2 - Sueñe tan poco como le sea posible, excepto cuando el objetivo directo del sueño sea un poema o un producto literario. Estudie y trabaje.

3 -Manténgase y sea sobrio cuanto le sea posible, anticipando la sobriedad del cuerpo con la sobriedad del espíritu.

4 - Sea agradable sólo para agradar, y no para abrir su mente  o discurrir abiertamente con aquellos que están prisioneros de la vida interior del espíritu.

5 - Cultive la concentración, atempere la voluntad, conviértase en una fuerza al pensar de forma tan personal cuanto sea posible, en realidad usted es una fuerza.

6 - Considere que son pocos los amigos reales que tiene, porque pocas personas son aptas para ser amigos de alguien. Intente seducir por el contenido de su silencio.

7 - Aprenda a ser diligente en las pequeñas cosas, en las cosas corrientes de la vida mundana, de la vida en casa, de manera que ellas no lo aparten de usted.

8 - Organice su vida como una obra literaria, haciéndola tan única cuanto sea posible.






domingo, 7 de enero de 2018

INDIGNACIÓN. TRISTEZA. FATALIDAD. POR ENCIMA DE TODO, ESPERANZA




Hoy he vuelto a casa con una profunda tristeza, con una pesadez y una desgana difícil de vencer. Quizá es que me faltan las fuerzas para ponerme a gritar a los cuatro vientos las cuatro verdades que la sociedad pretende ignorar, o trata de disfrazar para no se vean los desgarrones y  los feos que le van saliendo, cada vez más evidentes y descarados.

No puedo evitar sentir tristeza e impotencia al ver a mi vieja amiga Ana, con la que tanto hemos charlado, viajado con la imaginación a los lugares más remotos y exóticos, postrada en una cama, a oscuras, en una habitación sin ventana, de una casa abandonada,  ocupada por personas como ella, sin techo propio, que la han acogido, ‘para que no muera en la calle’, ‘porque es un ser humano’, pero necesitan ayuda para proporcionarle las medicinas y la comida.

Lo más indignante es que vuelve a la calle tras haber estado hospitalizada largo tiempo. Se había llegado a un acuerdo oficial para trasladarla a un centro, ya que no estaría en condiciones de sobrevivir en la calle sin cuidados médicos adecuados. Nos indignamos al saber que el Hospital le había dado el alta, sin que aún se le hubiera asignado centro alguno. Pero al menos quedaba en el Albergue de Cádiz…

Hoy nos informan, desde otro centro de atención a personas sin hogar, que Ana está aquí, en el pueblo, y que está muy mal, que habría que llamar una ambulancia para llevarla de vuelta al Hospital. La habían echado del albergue porque no la podían atender allí, ahora otro centro llama a Cáritas para que el trabajador de este servicio vaya a ver a Ana y haga lo que tenga que hacer…

Hemos ido a verla y efectivamente, está en malas condiciones. Pero ella no quiere salir de esa casa,  pues ahí ha pasado  mucho tiempo conviviendo con esas personas cuando estaba bien, la considera su casa, y a los que la atienden, su familia… Pero, tiene un serio inconveniente, no puede valerse por sí misma, y ahora es una carga demasiado pesada para sus compañeros. Por eso quieren que vuelva al hospital.

¿Pero es que los servicios sociales municipales no tienen una atención a domicilio? ¿Es que no puede desplazarse algún funcionario a ver cómo está esta persona, y si requiere atención especial ofrecérsela? ¿Es que el hospital puede dar el alta sin más, a un enfermo que es una persona sin hogar, que no tiene donde cobijarse para `lamer’ sus heridas, o quién sabe si para consumir en soledad sus últimos días de sufrimiento?   

Últimamente se ha convertido en una costumbre, cuando alguna persona con problemas de difícil solución acude a otros servicios, mandarlos a Cáritas. Pero, Cáritas no tiene una barita mágica, ni infraestructura, ni facultad para disponer de los servicios públicos para personas sin hogar, ni economía para sufragar determinados gastos.

Creo que mandan a esas personas a Cáritas porque la palabra en sí es ‘mágica’; piensa todo el mundo que allí todo se resuelve, o por lo menos se le presta atención. Ciertamente la fuente de la Caridad es Inagotable, pues tiene su origen en el mismo Dios. Y de verdad que a veces, al menos hace algún tiempo, recuerdo los primeros años de la crisis, se ‘hacían milagros’. Ahora todo es diferente: la crisis no se acaba, se hace crónica, y la gente se cansa de dar, y sigue aumentando el número de personas necesitadas, nacionales y extranjeros;  también aparecen nuevas necesidades conforme la sociedad se hace más y más compleja, más consumista; los sueldos disminuyen y las jornadas de trabajo se reducen; no se cuida debidamente de la  protección social a las familias…  También han cobrado carácter oficial y universal de ‘beneficencia’ los Bancos de Alimentos, que se abastecen de productos elaborados especialmente para el banco por diferentes marcas comerciales, de campañas periódicas de recogida de alimentos en los centros comerciales de toda España. Cáritas es una entidad más colaboradora del banco de alimentos.

Pero también sigue siendo algo más que una entidad de reparto de víveres, y todo el mundo sabe que Cáritas recibe menos ayudas, que carece de recursos económicos  para mantener los servicios que tiene en marcha, para la promoción de las personas marginadas; por eso hace una llamada urgente para que más personas colaboren con sus donativos, ya que  como dice su eslogan actual: “Tu compromiso mejora el mundo”.

sábado, 6 de enero de 2018

¿Cómo llegamos a tomar una decisión?




Opinión de JOSÉ LUÍS NUNES MARTINS


Decidir es preferir entrar por una puerta, lo que implica desechar todas las otras. Y hay quien no consigue aceptar que la vida está hecha de sacrificios que exigen dejar atrás cosas buenas, a la vista de otras, mejores.

Pensamos para decidir bien, pero el momento de la decisión no es racional. Decidir es pasar de la deliberación a la acción, dejando el pensamiento a un lado. La decisión implica siempre una escisión, una ruptura, un corte.

El momento crítico de la decisión es una especie de salto interior que establece una distancia enorme entre el antes y el después. Un instante llega para que cambiemos de rumbo y comencemos un nuevo capítulo en la historia de la vida.

Decidir es preferir entrar por una puerta, lo que implica desechar todas las otras. Y hay quien no consigue aceptar que la vida está hecha de sacrificios que exigen dejar atrás cosas buenas, a la vista de otras, mejores.

Las dudas y la incertidumbre no desparecen con la decisión. Muchas veces, si le damos espacio interior, incluso aumentan. Mientras tanto, como es tiempo de aplicar lo que se decidió, debemos guardar para después los análisis y vacilaciones. Si pasamos el tiempo a la espera de resultados, no hacemos nada. Hay tiempo para pensar y tiempo para actuar. Decidir no es solo cambiar de un tiempo de meditación a otro.

No debemos caer en la tentación de quedar a la espera de que las circunstancias y el tiempo decidan por nosotros.

¿Cuántas decisiones importantes son tomadas con base en detalles o estados de espíritu pasajeros? Al contrario de las que a costa de la cobardía hace frente al miedo se demoran al punto de renunciar a lo esencial de nuestra libertad.

A cada uno de nosotros corresponde determinar sus objetivos y descubrir su misión.

Decidir no es solo escoger donde colocar el pie en el próximo paso, es también decidir cuándo será dado. Pero, es darlo en el sentido y en el tiempo acertado.

Las vacilaciones no son prudentes, son fútiles y fatigosas. La existencia es determinada por nuestras decisiones, no por nuestras circunstancias. ¿De qué vale saber la solución pasado el tiempo? ¡Quien espera por la perfección para actuar nunca hará nada! Querer saber todo para después decidir es lo mismo que vivir en un mundo donde no hacemos falta.

Los compromisos son duraderos y tienen decisiones concretas como los pilares. Dejamos de ser el que decide  para pasar a ser la propia decisión.

El miedo ronda en torno a los que escogen ser señores de su destino. ¡Su fuerza está en aceptar que la vida es así: una aventura llena de altos y bajos donde la felicidad es la alegría de sentir que, a pesar de todo, nunca dejamos de seguir adelante! Lo que pasa será pasado, presentémonos nosotros al mañana.

Las consecuencias de nuestras resoluciones son siempre más que aquellas que nos es posible prever. Pero decidir es abrir las puertas para avanzar, no cerrarlas y escondernos.

Si no supieras para donde ir, pon atención al viento que sopla… y ve, no para donde él va sin ti… sino a donde tú quieres ir, con él.
Ilustración Carlos Ribeiro





jueves, 4 de enero de 2018

LA ADORACIÓN (segunda parte)





Pablo Garrido Sánchez





El establecimiento de algunos matices ayuda a la precisión. Al identificar la adoración como una postración ante DIOS resulta insuficiente para  algunos. Veamos, pues: DIOS es siempre bueno y amoroso, misericordioso y justo, por lo que no requiere la postración de nadie por amor propio, sino por el bien del que es capaz de reconocerlo como DIOS mismo. Cuando DIOS induce a la adoración lo hace revelando de forma gradual su Plan trazado desde antes de todos los siglos (Cf Ef. 1,9). DIOS nos quiere libres, en amor filial, perfección y santidad. La adoración, por nuestra parte, es una respuesta acorde con lo que DIOS es y lo que se requiere de nosotros. Por tanto, entremos en la esfera de lo divino, aunque nos movamos en una oscuridad que obliga andar a tientas, con cierta imprecisión y reclamando entre balbuceos y gemidos (Cf Rm 8,26-27) lo que da aliento a nuestro espíritu.



Ámbito divino




Si alguien considera que la adoración es una cosa para personas elevadas espiritualmente es preciso que empiece por abandonar dicha idea, pues somos las personas normales las que estamos necesitadas de reconocernos en la atmósfera invisible, pero real, que nos envuelve y nos proporciona la existencia: “En TI vivimos, nos movemos y existimos” (Cf Hch 17,28). Cada persona debe respirar el aire que le envuelve para vivir la vida psicobiológica y debe respirar  la atmósfera espiritual menos perceptible pero presente, que es el mismo DIOS todo poderoso y todo penetrante (Cf. Slm 138).



La otra mitad de la Creación




Nos toca asumir  una condición humana en la que vamos aprendiendo de forma paulatina, lenta y en pequeñas entregas. La Palabra de DIOS, la experiencia de la vida y esa  acción interior de DIOS mismo nos van enseñando. En lo tocante a la Palabra de DIOS, resulta un tesoro a descubrir, pero nunca en un cuarto de hora. Las lecturas rápidas de las liturgias a las que asistimos es muy posible que no sean suficientes, por lo que hay que buscar otras estrategias. Entre los tesoros encerrados dentro de la Palabra de DIOS están los Ángeles. ¿Qué nos pueden enseñar los Ángeles con respecto a la adoración? Ellos son maestros en el arte de la adoración. Me gusta decir que desconsiderar la existencia de los Ángeles es descartar , por lo menos, la mitad de la creación realizada por DIOS. “Al Principio creó DIOS los cielos y la tierra” (Cf. Gn 1,1) Dichos cielos si analizamos con detenimiento el texto bíblico no designan ni el cielo atmosférico, ni el cielo cósmico de los astros; se refiere, por otra parte, a las entidades espirituales creadas que conforman el cosmos espiritual reflejado en el primer día de la creación como un universo de luz distinta a la luz emanada del sol, la luna y las estrellas (Cf. Gn 1, 14-19). Los Ángeles, por tanto están llamados a ejercer un papel discreto en la vida de todos nosotros, colaborando de forma eficiente en nuestra salvación (Cf Hb 1, 13). El Ángel sabe quién es DIOS, está a su servicio por amor y lo adora. La arquitectura celestial es en primer lugar angélica (Cf Ap 5, 1). Y por la sangre redentora de CRISTO hay una reconciliación entre los cielos y la tierra, entre los Ángeles y los hombres (Cf Col 1,20). Nada dejarán de hacer los Ángeles por nosotros si tenemos en cuenta ante ellos la sangre sacrificial del REDENTOR; ellos sí alcanzan la compresión del valor del sacrificio de JESÚS en la Cruz.



“Hasta de noche me instruye internamente” (Slm15, 7)



No obstante estamos en Navidad, y hemos de volver a la adoración, porque habíamos tomado a Jacob y su sueño de la escala de Ángeles, que ascendían y bajaban hacia la tierra como modelo arquetípico para la adoración (Cf. Gn 28) Y se podrá objetar que lo que se describe es un sueño. ¿Está Jacob adorando en el sueño? Jacob había recibido la bendición de su padre, Isaac, y el encargo de encontrar esposa entre su parentela de origen. La bendición paterna ya supone un acto cargado de contenido espiritual, es decir, una acción a través del padre investido de autoridad dada por Dios mismo. Pero Jacob, al que se le cambiará el nombre por Israel y será el padre de las doce tribus (Cf Gn 32,29), en sueños es iniciado por DIOS  para la gran misión que tiene por delante. Como dice el salmo quince “hasta de noche me instruyes internamente” (Cf. Slm 15,7). De noche, DIOS, realiza grandes obras: El hombre es completado en su creación después del sueño (Cf Gn 2,23); Abrahán contó miles de estrellas para hacerse una idea de su descendencia (Cf Gn 15,5). Y dando un gran salto asistimos al sueño revelador por el que san José conoce la encarnación del VERBO en el seno de MARÍA (Cf Mt 1,20).


La piedra sobre la que Jacob durmió y se le manifestó una revelación que tendría su cumplimiento con JESÚS de Nazaret, mil quinientos años después; esa piedra ungida y altar para un acto de culto de adoración, preludia al VERBO que de forma inamovible “ha puesto su tienda entre nosotros” (Cf. Jn 1,14). La revelación a Jacob profetizó el Camino que el VERBO de DIOS  abrió entre el cielo y la tierra, entre el PADRE y su creación, y en el que existen una multitud inmensa de intermediarios trabajando a favor de su SEÑOR. La adoración entra de forma directa en esta corriente de Gracia que asciende y desciende, porque el VIVIENTE ha vencido (Cf. Ap 1,17-18). El objetivo prioritario de Satanás es destruir la corriente de adoración, por eso es tan costoso, espiritualmente hablando, que prospere un grupo de oración, una adoración al SANTÍSIMO, y no digamos una adoración perpetua. La adoración nos sitúa en el frente de las grandes pugnas. Eche cuentas el lector de la cantidad de pensamientos superfluos sobrevenidos en un tiempo de adoración. El mantenimiento de una paz interior y de una corriente de afecto hacia el SEÑOR en el tiempo de adoración será un objetivo a combatir por parte de las fuerzas espirituales hostiles a DIOS mismo y al hombre. La diferencia estriba en que a DIOS el Maligno no lo alcanza, pero sí a nosotros. No seríamos realistas si nos limitásemos a señalar las consolaciones y facilidades del tiempo de adoración; es preciso, por otra parte, hacer notar también los tiempos del combate espiritual (Cf. Ef. 6,10-20)



Un tiempo pleno


 


El Camino entre el PADRE y nosotros se abre cada vez que se celebra una santa Misa y se rinde culto de adoración a JESÚS en su presencia eucarística. En este trozo de pan, JESÚS, es DIOS. Esta confesión de Fe supone rendir o postrar la razón  para que la Fe tome su lugar, la experiencia religiosa se produzca, el descenso de gracias traídas por los Ángeles lleguen hasta nosotros y, a su vez, las oraciones individuales queden aunadas y sean presentadas como un único clamor ante el trono de DIOS, en el que reside la perfecta TRINIDAD.

El sueño de la escala de Jacob es uno de tantos pasajes bíblicos que nos ofrece un modelo espiritual válido para todo tiempo. Así podemos dar más crédito a la Escritura, cuando comprendemos que ésta se cumple más allá de cualquier cálculo humano. Un año nuevo es un tiempo lleno de posibilidades, por tanto un tiempo para la libertad y para la Gracia. Un tiempo pleno se presenta ante nosotros porque JESÚS de Nazaret lo ha plenificado (Cf. Mc 1,15)