sábado, 2 de junio de 2018

Hablan las obras, no las plabras




José Luís Nunes Martins



Son muchos los que tienen necesidad de llenar sus vacíos con todo tipo de ruidos. Hablan, pero o les gusta escuchar. No tienen tiempo ni espacio dentro de sí para el otro. Se sienten llenos de sí mismos, pero están vacíos y no son causa de ningún bien.

Creen que los tenemos presentes incluso cuando no están delante de nuestros ojos. Tienen la idea de que son referencias que tenemos en cuenta, ejemplos que seguimos.

Es lo que hago lo que me define, no lo que digo. Son las obras de las cuales soy autor las que me construyen al tiempo que acrecientan o disminuyen el valor del mundo.

Hay quien promete mucho para el futuro, creyendo que su intención es, por sí sola, preciosa. Pasan los instantes y lo que queda son los gestos.

Nuestras certezas deben dar sustancia y forma a nuestros días. Debemos luchar por nuestra fe y  ella debe orientar nuestra vida, poniendo rumbo a lo mejor de nosotros.


No es suficiente defender bellas causas si, en la vida concreta del día a día, no somos capaces de vivir de acuerdo con ellas.


La comunidad puede debatir la legalidad de la eutanasia o sobre el aborto, pero a los cristianos se les pide que hagan lo posible para que nadie sienta la necesidad de abortar o de querer morir. No basta que sea legal o ilegal. Lo importante es que nadie tome el aborto o la eutanasia como opciones a considerar en su vida. Jamás.

Es preciso amarlos.
La presencia es la mayor señal del amor y el silencio la conversación más importante.



No hay comentarios:

Publicar un comentario