José Luís Nunes Martins
¡Todos nos equivocamos. Debemos revisar esas decisiones, pero más importante aún será analizar con cuidado los procesos de deliberación, aquellos períodos en que se confrontan los argumentos a favor y en contra, así como la forma como se desarrolla la batalla!
Lo más común es que nuestros yerros sean resultado de un argumento cualquiera al que damos más fuerza de lo que se merece.
El sentido de nuestra vida exige que nos perfeccionemos hasta el último momento. Estamos siempre creciendo o, por lo menos, debíamos estarlo.
Es importante tomar conciencia de las formas de engañarnos a nosotros mismos y cambiamos lo necesario para no volver a desviarnos del camino que nos construye.
El primer paso es la aceptación de la responsabilidad por culpa de los errores. Esto es difícil, porque estamos habituados a buscar siempre culpables de nuestros engaños.
El arrepentimiento viene después, cuando nos pesa haber cometido la maldad de la que fuimos protagonistas. ¿Qué podemos hacer si no es posible volver atrás? Seguir adelante con la firme determinación de que el futuro será el tiempo en que superaremos la falta pasada. De forma será, un compromiso conmigo mismo. Una promesa de cambio.
El arrepentimiento dura un instante, como todas nuestras decisiones, pero implica todo nuestro tiempo futuro, así como todas nuestras decisiones.
Después del arrepentimiento habrá una inquietud permanente en busca de paz y de descanso que busca, de esa forma, merecer. Este desasosiego se va desvaneciendo a medida que cumplimos aquello que nos hemos propuesto.
La mayor desgracia que se abate sobre los que cometen faltas graves es la justicia que, de una forma o de otra, los alcanzará. Temen aquello que merecen.
Cada uno de nosotros es capaz de ser feroz e implacable consigo mismo. Muchas personas tienen en sí mismo su peor enemigo, capaz de matarlos de forma cruel, siendo esta tortura más lenta que el propio tiempo. Para esos, el infierno es su conciencia. Pero sólo es así porque rehúsan transformarse, como si su egoísmo les fuese más útil que su entendimiento.
¿Quién tiene vergüenza de arrepentirse? Las personas de poco valor creen que el arrepentimiento las revelará como, al final, son. Los que tienen grandeza de carácter no se acobardan cuando se trata de no esconder lo que hayan hecho.
¿Puede haber arrepentimiento cuando se sabe y pretende hacer más delo mismo? No. Un arrepentido puede caer infinidad de veces en el engaño del que ya se ha arrepentido anteriormente, pero mientras lucha contra él de forma noble no dejará de ser digno de admiración.
Algunos yerran ya con la idea de que se han de arrepentir, o mejor, deciden fallar con la idea de enmendarse después. Se engañan a sí m ismos, más que cualquier otra persona. Se arruinan.
Es esencial que seamos prudentes y valientes y, día a
día, no nos permitamos ir por donde no es nuestro buen camino.
No debemos jamás dejar de hacer nuestro camino hacia el bien, renunciando a todos los atajos que
intentan desviarnos hacia el mal.
A partir del lugar de nuestra existencia
en que nos encontramos en este instante, somos nosotros quien decide el camino
que queremos trazar y después seguir, sea difícil o fácil, sea que sube, sea
que desciende, sea el bien o el mal.
http://www.agencia.ecclesia.pt/…/o-arrependimento-demora-u…/
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