sábado, 8 de febrero de 2020

JOKER



Hoy, por fin, me he decido a ver la película , me resistía a verla por temor a que resultara demasiado dura, difícil de soportar. Pues no ha sido así, es más, me ha ayudado, me permite comprender mejor la realidad,  expresa mucho mejor que yo pudiera hacerlo una idea que me rondaba, algo confusa,  desde hace años, y que me negaba a concretar. Es cierto que pudiera parecer nihilista y destructiva, pero no, desarrolla hasta sus últimas consecuencias hechos y comportamientos humanos y sociales negativos…


Soy un fan de Batman, por eso no puedo aceptar y justificar a este  Joker como una mera consecuencia de las injusticias sociales, de la falta de empatía de los seres humanos unos con otros. Pero no deja de tener mucho sentido, y constituye una seria advertencia a toda la sociedad. No es una película más, intrascendente, basada en efectos especiales, se basa en un ser humano, perdido en medio de una sociedad inmensa e inmensamente deshumanizada. Yo me atrevería a decir que casi es clarividente, porque anticipa a un futuro que ya ha comenzado…

Existen realmente en nuestra sociedad, como en Gotham, muchas injusticias y hay personajes manipuladores y aprovechados, carentes de empatía con el marginado, el enfermo mental, etc. También hay muchas personas que, en mayor o menor grado, padecen esa ‘locura’ que este nuevo Joker representa. Y padecen esta ‘locura’, esta pérdida de confianza en la sociedad y las personas, porque son víctimas, en unos casos de sus propios vicios, pero sobre todo de la falta de trabajo, de no ver sentido a sus vidas, año tras año esperando sin esperanza… hasta llegar a tener pensamientos tan negativos contra sí mismos y contra los demás, por su falta de empatía, de responsabilidad ante sus semejantes…

Precisamente ayer me decía un hombre anciano al cual conozco del albergue:  “los médicos me dicen que padezco de una enfermedad de ‘soledad’, ¿sabe usted?”… Él tiene marcapasos, se marea y se cae cada dos por tres… pero me insistía una y otra vez en que él padecía sobre todo ‘soledad’. A continuación empezaba a soltar todo tipo de exclamaciones contra los servicios sociales, la seguridad social, los médicos… se rebelaba porque teniendo que estar en una residencia, que ya ha solicitado desde hace meses, aún no se la han asignado, y quizá tenga que abandonar el albergue…

Desde que empezó la crisis, el deterioro progresivo de una gran parte de la población no cesa, y en su mayoría jóvenes, esto lo sabemos todos, pero nadie hace nada por corregir esta enorme injusticia que acrecienta las desigualdades sociales, la desconfianza, y quién sabe si no llegará a producirse algún estallido social. Los políticos están a lo suyo, y en alianza con poderes fácticos oscuros y temibles, tratan de implantar ideologías contrarias al sentido común y a la misma naturaleza, en vez de dedicar los mayores esfuerzos a garantizar el pleno empleo, la seguridad de los ciudadanos y el respeto a la ley, empezando por ellos mismos. Los poderes económicos  y los bancos ante todo buscan su enriquecimiento. En los medios de comunicación predomina el amarillismo y el servilismo; al sensacionalismo en la prensa le siguen las ‘fake news’ para desprestigiar al quien les manden o convenga, y para confundir a los ciudadanos y no sepan distinguir a los buenos de los malos, etc.     

Gotham es una ciudad sin Dios, nuestra sociedad quiere parecérsele bastante. Ni la sociedad, ni los hombres por sí mismos son capaces de garantizar una confianza o una fidelidad a prueba de dificultades, porque están  expuestos a  circunstancias cambiantes, al cansancio, las equivocaciones... Solo una fe grande en un Dios grande, todopoderoso y misericordioso, nos permite asumir que tenemos un principio pero no un final, que hemos sido creados para la eternidad y ser felices; solo así podremos soportar las inclemencias, las injusticias y nuestras limitaciones, fallos y carencias, en espera de poder un día colmarlos con garantía de eternidad.

Para lograr este objetivo  no tenemos más alternativa que aprender a  comportarnos ya, aquí y ahora, como dignos merecedores de tal premio, para lo cual tendremos que aprender a renunciar a una vida fácil, consumista, hedonista,  a ser dueños de nuestros actos y responsables ante nuestra conciencia, que nos impulsa siempre al bien,  ante los demás, que no tienen que sufrir por nosotros,  y sobre todo ante el Ser Supremo, por quien vivimos y existimos ,y porque nos ha creado libres para elegir el bien, demostrándonos así que tiene confianza en que el hombre bueno triunfará en todos y cada uno de nosotros. Así sea.


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