lunes, 26 de abril de 2021

Deja de hablar y escúchate

 José Luís Nunes Martins


Pasamos el tiempo hablando dentro de nosotros, llegando al punto algunas veces de cansarnos de tanto tener que escucharnos. Preguntamos, reclamamos, fantaseamos, distorsionamos la realidad, nos defendemos de todo. Otras veces, nos atacamos como si fuésemos nuestros enemigos más implacables. Todo esto sin abrir la boca o los oídos al sonido más pequeño.

Pero cuando somos capaces de parar y callarnos, de cerrar los ojos interiores y experimentar una especie de desierto íntimo, solo ahí la verdad nos susurra… como si estuviese allí mismo, desde siempre, a la espera de que le prestásemos atención.

Nuestro interior es un territorio enorme, tan grande que a veces nos perdemos entre la vegetación de nuestras ideas.

No debemos creer en todo lo que pensamos. Tenemos que morir con muchas más dudas y vacíos de conocimiento que certezas. Con más engaños que convicciones verdaderas.

No dejes que tus ideas te distraigan y desvíen de la vida que puedes y debes vivir.

Solo es feliz quien existe, el que vive más allá de las intenciones, quien se arriesga a cambiar lo cierto por lo inseguro. Quien no se consuela con más o menos. Hay, pues, un tiempo para pensar y un tiempo de actuar. ¡Al final, o se piensa o se existe!

Si no consigues mantener tu pensamiento en silencio, entonces sueña, que siempre es bastante mejor… siempre que después trates de recordar, de salir de la comodidad de la almohada y luchar por tus utopías, por los caminos accidentados de la vida.

Hay quien por imaginar grandes obras, deja de cumplir hasta sus obligaciones más simples.

Descansa y aguarda con paciencia hasta que consigas escuchar el silencio de la brisa que hace brotar la vida en tu interior. Abstráete de todo lo demás y concéntrate en el sonido de tu respiración. Del aire que te llega y de aquel que sale de ti.

No te apresures, que, por más que se demore, habrá valido la pena.

 


https://agencia.ecclesia.pt/.../deixa-de-falar-e-escuta-te/

sábado, 17 de abril de 2021

¿Es posible ser un egoísta bueno?

 José Luís Nunes Martins


No seas un egoísta básico, de aquellos que solo piensan en sí mismos a corto plazo. Se agarran a todo lo que les proporciona placer y huyen de cualquier sacrificio o dolor. Nunca son felices, porque viven desasosegados porque nunca saben cuando se les acaba lo bueno que creen tener, al mismo tiempo que viven con miedo de que algo malo les suceda.

Los egoístas primarios no comprenden que son ellos mismos los responsables de su inquietud sin fin. ¡Son infelices solamente porque, aunque pudieran estar en el camino acertado, están caminando en la dirección equivocada!

También están los egoístas sabios. Son personas que buscan lo mejor para sí, no inmediatamente, sino a medio y largo plazo. Sólo piensan en sí mismos, a pesar de comprender casi siempre que es necesario pagar un precio para alcanzar algo importante. Y, porque lo pagan, la vida les sonríe más que a los básicos. Aunque eso te pueda parecer muy equilibrado, no caigas en la trampa de estas personas interesadas, que solo hacen algo si tuvieran la casi certeza de un beneficio cualquiera en el futuro.

El egoísmo que importa aprender es aquel que coloca su meta mucho más allá de cualquier interés, hasta el punto de comprender que cualquier gesto que busque un beneficio que venga de fuera es estúpido y solo nos aparta del verdadero bien.

¡El egoísmo bueno es aquel que comprende que solo quien es capaz de darse sin esperar nada a cambio, solo quien consigue escuchar al otro sin hacer juicios crea verdaderos lazos, solo quien es lo mejor que puede ser… es el que alcanza la felicidad! Aquella que no pasa, la que permanece incluso cuando se tiene que cargar una cruz a cuestas.

Debemos pensar en nosotros mismos, pero como medios e instrumentos de la felicidad de los que nos rodean.

El amor es la condición de la felicidad. Si quieres ser feliz olvídate de ti y concéntrate en lo que eres, en lo que es posible y en lo que te rodera. Contempla el mundo como algo como algo donde puedes y debes hacer alguna cosa buena.

Más que procurar ser felices, debemos querer ser merecedores de la felicidad.

Si lo seremos o no, eso ya no depende solo de nosotros.

 


https://agencia.ecclesia.pt/.../e-possivel-ser-um-bom.../

lunes, 12 de abril de 2021

Domingo de la Misericordia


 Homilía del P. Luis Palomino,

Después de la misa, varias personas hemos felicitado al padre Luis por su homilía, tanto por el contenido, por el tono, por su sinceridad, por su llaneza y cercanía.

Además de la octava de Pascua celebramos el Domingo de la misericordia, del perdón, así introducía su homilía, entrando de lleno en el evangelio.

Se detuvo primero en el pasaje del miedo de los discípulos, y sobre todo en las palabras de Jesús: “no tengáis miedo”. Los apóstoles tenían miedo, nosotros también tenemos muchos miedos, a la muerte, la enfermedad, a un futuro incierto, etc. Para reforzar estas palabras de Jesús “no tengáis miedo” recurrió el Padre Luis a su querida santa Teresa de Ávila: “Dios siempre se pone de parte de los valientes”  

Otro momento del evangelio de gran trascendencia, en que nos podemos ver representados muchos hoy en día, fue cuando Jesús le dice a Tomás “…no seas incrédulo sino creyente… ¿Porque me has visto has creído?... Bienaventurados los que sin haber visto han creído”. Aquí entramos todos nosotros. Todos, sin duda hemos visto la mano de Dios en algún momento y de diferentes maneras, unas veces a través de personas que nos han dado testimonio de Él con su conducta o ayudándonos en momentos críticos, otras veces nosotros mismos hemos experimentado su presencia a través del arte, la naturaleza.

Pero, sobre todo, tenemos a “ese otro yo” que nos habla en lo interior de nosotros mismos, con el que estamos en permanente conversación, en un monólogo interno, y nos hace recapacitar en lo que hemos hecho a lo largo del día. Aquí recurrió a otro de sus santos, San Ignacio, el cual recomienda hacer una recapitulación al final del día para conocernos como somos en realidad.

Insistió mucho aquí en que debemos esforzarnos en huir de la negatividad, ya que el mal se vuelve contra el que lo practica y además perjudica a otros. Para ayudar a rectificar el mal en nosotros nos recomendó la confesión, al menos una vez al año o en peligro de muerte, porque la iglesia tiene poder para perdonar, en virtud de las palabras de Cristo y en su sacrificio por todos en la cruz.

Terminó exhortándonos a no tener miedo, y en todo caso solo tener miedo a ser malas personas.

P. Luis, párroco de la parroquia de la Divina Pastora, de San Fernando



sábado, 10 de abril de 2021

¡Abraza tus sombras!

 
José Luís Nunes Martins


 
Tu vida es un mensaje. Que tu existencia sea un mensaje de esperanza para quien la mire. Que los otros vean en ti la prueba de que todos tenemos la posibilidad de ser felices en este mundo, a todas horas y en cualquier lugar, todos los días.
 
Deja que los otros te lean. Hoy, más que los héroes, son necesarias personas corrientes, capaces de estar en el mundo con ganas de vivir. Abiertas a lo inesperado, sin la arrogancia propia de aquellos que creen que ya nada les puede sorprender.
 
La admiración no siempre lleva a pasar a la acción. Tal vez porque solemos colocar los modelos demasiado altos, a un punto tal que resultan inaccesibles, y muchas veces se hace intencionadamente. Los ejemplos a seguir deben ser los de personas como nosotros, que, de una manera u otra, consiguen encontrar la forma de hacer lo correcto.
 
Es urgente que alguien vaya al encuentro de otros sin juzgarlos, casi como haciéndose culpable.  El orgullo no se vence con un orgullo mayor, porque solo con humildad se llega a lo más importante.
 
Cada vez se da más valor a lo secundario. Lo esencial es sencillo. Lo principal es aquello que satisface nuestras necesidades básicas. Todo lo demás es superficial y bastante pasajero.
 
¿Has reparado ya que la vida pasa?
 
¿Dónde ha quedado el niño que fuiste? ¿Y el adolescente que fuiste después? ¿El joven adulto que miraba el mundo con el deseo de hacerlo mejor?
 
Si nos apercibimos, morimos y nacemos cada día.
 
¿Qué podemos hacer? Habrá quien ignore o finja que tal cosa no sucede; ¡habrá quien resista, como si eso fuese posible! Y hay mucha gente que se entristece con la resignación propia de quien se siente engañado.
 
Tal vez lo mejor sea que aceptemos la vida tal como es. Debemos abrazar incluso nuestra propia sombra, lo menos bueno de nosotros. Aceptando las pérdidas como parte del camino. Vivir y también ir perdiendo fuerzas, amigos, recuerdos, sueños.
 
Nunca es tarde para vivir y ser un gran amor.
 
Incluso porque el camino hacia el cielo de mucha gente puede pasar por ti

lunes, 5 de abril de 2021

No me apetece recordar

 José Luís Nunes Martins


Casi siempre preferimos quedar como estamos. Todos los cambios nos parecen desagradables. Pasamos la vida quejándonos de infelicidad y ante una elección que puede implicar un cambio…nos resistimos mucho, como si ya fuésemos felices.

Es importante que cada uno de nosotros sea capaz de mirar por su bien, encontrar tres o cuatro defectos que son la causa de la mayor parte de nuestras angustias y preguntarse: ¿Prefiero que siga siendo así o arriesgarme a ser feliz?

Los pecados que cometemos contra nosotros mismos no son nada originales. Son comunes a tanta gente que llegan a parecer inevitables. Pero, en verdad, no los son. Es preciso mirarlos bien, y comprender la estupidez y lo innecesarios que son.

¿Quieres continuar entonces siendo así? ¿sí? ¡Mírate otra vez!

No bastan las palabras y la buena voluntad. Hay quien prefiere encontrar disculpas para sus males que por curase de ellos. El reconocimiento es el primer paso, pero no basta.

Es necesario que tengamos el coraje de caminar hacia dentro del vacío de aquello que nos es desconocido. Que osemos ser diferentes, mejores. El terreno pude parecer desconocido y tal vez lo sea, pero es por ahí por donde llegaremos al cambio que precisamos.

Aprende a ser humilde y acepta tus flaquezas. Despierta de ese sueño que te hace rehén de una mediocridad innecesaria, levántate y anda. Haz o que fuere necesario para ser mejor, para ser feliz. Aunque eso suponga un gran desconcierto o sufrimiento propio de quien se ve apartado de aquello que le es habitual. Por malo que sea…

Mira para ti. Encuentra lo que te perjudica. Líbrate de so. Vas a necesitar mucho esfuerzo y paciencia.

Sólo hay una razón que justifica no querer cambiar: ser feliz donde se está.

Tal vez consideres que es mejor de lo que crees. O eso sea nada más que una disculpa. La verdad es que es, porque acomodarse a una debilidad, no una fuerza.

Nadie es feliz sin luchar mucho por serlo.

 


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