José Luís Nunes Martins
No seas un
egoísta básico, de aquellos que solo piensan en sí mismos a corto plazo. Se
agarran a todo lo que les proporciona placer y huyen de cualquier sacrificio o dolor.
Nunca son felices, porque viven desasosegados porque nunca saben cuando se les
acaba lo bueno que creen tener, al mismo tiempo que viven con miedo de que algo
malo les suceda.
Los egoístas
primarios no comprenden que son ellos mismos los responsables de su inquietud
sin fin. ¡Son infelices solamente porque, aunque pudieran estar en el camino acertado,
están caminando en la dirección equivocada!
También están los
egoístas sabios. Son personas que buscan lo mejor para sí, no inmediatamente,
sino a medio y largo plazo. Sólo piensan en sí mismos, a pesar de comprender casi
siempre que es necesario pagar un precio para alcanzar algo importante. Y,
porque lo pagan, la vida les sonríe más que a los básicos. Aunque eso te pueda
parecer muy equilibrado, no caigas en la trampa de estas personas interesadas,
que solo hacen algo si tuvieran la casi certeza de un beneficio cualquiera en
el futuro.
El egoísmo que importa
aprender es aquel que coloca su meta mucho más allá de cualquier interés, hasta
el punto de comprender que cualquier gesto que busque un beneficio que venga de
fuera es estúpido y solo nos aparta del verdadero bien.
¡El egoísmo bueno
es aquel que comprende que solo quien es capaz de darse sin esperar nada a
cambio, solo quien consigue escuchar al otro sin hacer juicios crea verdaderos
lazos, solo quien es lo mejor que puede ser… es el que alcanza la felicidad! Aquella
que no pasa, la que permanece incluso cuando se tiene que cargar una cruz a
cuestas.
Debemos pensar en
nosotros mismos, pero como medios e instrumentos de la felicidad de los que nos
rodean.
El amor es la
condición de la felicidad. Si quieres ser feliz olvídate de ti y concéntrate en
lo que eres, en lo que es posible y en lo que te rodera. Contempla el mundo
como algo como algo donde puedes y debes hacer alguna cosa buena.
Más que procurar
ser felices, debemos querer ser merecedores de la felicidad.
Si lo seremos o
no, eso ya no depende solo de nosotros.
https://agencia.ecclesia.pt/.../e-possivel-ser-um-bom.../
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