José Luís Nunes Martins
Es casi cierto
que quien no te conoce crea que eres una persona normal, igual que tantas
otras, sin nada de extraordinario. Puede incluso suceder que tú mismo, al
espejo, veas a alguien que no tiene nada de especial, lo que es… normal. Sin
embargo, la verdad es que no es así, y no lo es porque es imposible que así
sea.
Cada uno de
nosotros es diferente incluso de lo que fue ayer. Nunca somos los mismos a lo
largo de los días, esa es la mayor de las riquezas de la vida: su constante
cambio. Nuestra identidad es dinámica y no se cristaliza nunca, ni en el bien,
ni en el mal. Somos libres hasta el punto de que podemos escoger nuestro camino
frente al que nos es dado.
¡No podemos escoger
todo, pero siempre podemos escoger! No podemos escoger dejar de ser libres,
porque eso implicaría dejar de ser… humanos. Cada uno de nosotros es una
esperanza clara y concreta de que la humanidad se renueva y fortalece,
encontrando nuevas formas de crear más mundo dentro del mundo. Y porque este
mundo es parte de otro que lo contiene, al definir nuestra vida estamos
construyendo la eternidad.
¿Pero nos
parecemos unos a los otros? Sí, aunque, solo en dos niveles: el de las simples
apariencias y el de lo íntimo más profundo.
¡Habrá quien
tenga miedo de ser diferente y escoja repetidas veces lo que los otros escogen,
como si la autenticidad fuese algo negativo o feo!
En el fondo de todos
nosotros, en el corazón de nuestra intimidad, hay una pequeña llama que un
soplo divino, una suave brisa, mantiene encendida.
Todos nosotros seremos
ceniza y polvo. Es importante pues que, mientras nos anima la vida, iluminemos
el mundo con el fuego de nuestro amor más profundo.
https://agencia.ecclesia.pt/.../tu-nao-es-normal-e-isso.../
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