domingo, 17 de julio de 2022

Que tu limosna seas tú.

 José Luís Nunes Martins


Cuanto tienes en abundancia, debes compartirlo con quien tiene poco o nada. Así es con los bienes materiales, pero también con los talentos de cada uno de nosotros. No se trata de educación, simpatía o generosidad, es una obligación.

¡Si no tuvieras nada, más que una palabra o una sonrisa, puedes y debes dar de tu tiempo, que siendo de tu vida, tal vez no sea para ti!

Cuanto más pobre seas, mayores son tus limosnas. Y si lo haces con alegría, es cierto que ganarás el cielo.

También cada día es una limosna que te olvidas de agradecer. Da tu vida. Date como limosna. Así la recibiste, así la debes dar, sin juzgar a quien debes o no debes dar.. la lluvia y el sol, los árboles y el mar tratan a todos por igual.

No seas ingrato, no te quejes de la ingratitud de los demás. Lo más importante es la buena acción, no la forma como es recibido o devuelto. Además, si la acción espera algo a cambio, entonces no tiene la pureza de una buena acción. Da en secreto.

Algunos ricos revelan su pobreza espiritual cada vez que tratan de que otros les den la limosna de su envidia. La vanidad es sinónimo de inferioridad.

¿Qué sucedería si todo eso que, siendo tuyo, no usas y no consideras importante? ¿Quedarías más pobre, o más rico?

Se humilde, si colocas tu corazón en lo más bajo, elevarás tu oración a lo más alto.

Nuestra existencia es semejante a la del mendigo que extiende la mano a quien pasa…manteniendo la esperanza, a pesar de tantos que pasan sin mirar siquiera. Algunos miran, otros miran y dan, otros miran, dan y nos tocan la mano… otros más aún, miran y nos dan la mano.

Que tu vida sea un pedazo de amor que se realiza en acciones concretas, te hace cercano y cuida de aquellos que tanta gente ni quiere ver.



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