sábado, 26 de noviembre de 2022

La vida no tiene un lado bueno ni malo. Es solo una.

 

José Luís Nunes Martins


Soñamos mucho y, de tanto fantasear, llegamos a creer que nuestros caminos nunca serán agrestes ni tampoco por tierras de dolor y poca luz.

Creemos que nuestra vida será algo semejante a unas vacaciones de muchos años y… hacemos las maletas en nuestro corazón, preocupados solo si hubo algún sueño que no soñábamos.

Después llegan los días de la verdad y si en algún momento nos sentimos rebotados por la injusticia de no ser nada como imaginamos, en otros, comprendemos que fuimos ingenuos y que andábamos saltando con los futuros posibles como niños jugando con un balón en un juego sin reglas.

Tal vez después de muchas lágrimas llega el instante en que desde la desilusión y en la desesperación comenzamos a pensar y a sentir que nuestra vida, a pesar de ser lo que nunca pensábamos, de parecer muchas veces solo una larga secuencia de desgracias puede, aún así, ser más que el tiempo y el lugar de nuestras lamentaciones.

Hasta en los peores lugares encontrarás buenas personas.

Cuando la vida te hizo cambiar todos los planes, quedando sin nada de lo que tenías y querías… por mal que te sientas al principio, aún así, bastará estar atento para que comiences a conocer otros lugares y personas que son tan maravillosas como los de tus sueños.

Después de mucho tropezar por las montañas de un día a días difícil y de sentir ya las caídas como un hábito que forma parte de tu camino, llegarás a ver aquello que se esconde a todos excepto a quien aprendió que no hay vida sin sufrimiento.

La felicidad es la capacidad de ir por donde no has escogido, rumbo a donde no imaginas, sin perder la sonrisa de quien sabe que el sentido de nuestra vida existe y depende de ti

Cree, vive y ama, como si cada día fuese una vida entera.



sábado, 19 de noviembre de 2022

¡No esperes a que llegue la primavera!

 

José Luís Nunes Martins


Debemos procurar la felicidad en cada momento, no solo en los que parecen más propicios. En los otoños e inviernos de nuestra vida hay mucho más que hacer que sencillamente esperar un tiempo que llamamos bueno.

Tiempo bueno es el que no desperdiciamos.

En todo hay una belleza única que espera ser encontrada. Muchas veces, cuanto más difícil es de descubrir, mayor es la alegría que recibimos.

El sentido de la vida no es quedarse a la espera. Es mantener viva la esperanza, como un fuego que no se puede extinguir. Cuidando en cada momento de lo que la puede alimentar.

La vida es un camino largo, lleno de éxitos y fracasos. Vivir es seguir adelante, sin detenernos nunca un instante, sin perder el entusiasmo y sin dejar de sonreír como forma de abrazar cada presente que nos llega cada día.

Cada uno de nosotros puede escoger una parte de cómo se siente. Hay quien parece preferir se infeliz, al final da menos trabajo, es más confortable y la conciencia se queda tranquila, porque su egoísmo asume que fueron los otros y el mundo quien ha fallado…

La felicidad no es un premio de cualquier competición. Es la recompensa de quien encontró su forma de viajar entre el pasado y el mañana. No quedándose en lo que pasó, no ansiando por lo que vivir, ni apegado al ahora.

Aunque el mundo acabe mañana, la felicidad planta un árbol hoy.



sábado, 12 de noviembre de 2022

¿De dónde viene la fe?

 José Luís Nunes Martins


¿Es que hay un Dios capaz de dar fe a unos, pero a otros no? ¿Es que somos nosotros los que tenemos que inventarnos aquello en lo que creemos a partir de nada?

¿Si Dios llamase a mi puerta, yo le abriría la puerta? ¿Preferiría creer que quien estaba llamando no era Él? Finalmente, si Dios existe, ¿por qué razón querría hablar conmigo?

¡O, si en verdad que Dios existe y me ama, entonces tiene sentido que esté a mi puerta y me llame! Pero, porque me respeta, solo entra en mi corazón si yo Lo invito.

Cundo amo a alguien y me doy a esa persona, es esencial que yo encuentre apertura. Sin su acuerdo, no llego a su corazón. La puerta del interior solo abre hacia afuera. Por más fuerza que alguien haga para entrar, solo quien vive allí puede desatrancar y abrir la puerta.

Si alguien decide atrancar y sellar su buzón de correos para no recibir correspondencia, ¿De quién es la responsabilidad de no recibirla? ¿De quien la envía? ¿Del cartero?

Dios da el primer paso, pero si yo no quiero ir a la puerta, no voy. Si yo estuviera convencido de que no preciso de nada ni nadie para ser feliz, entonces, aun que alguien me llame.

Si alguien me ama, no dejará de intentar encontrar la forma de que yo lo sepa. Pero, solo lo conseguirá si, en algún momento, yo no estuviera cerrado y vuelto hacia mí mismo. Hay quien procura bastarse a sí mismo, creyéndose Dios de su propia vida. ¿Querrá alguien así la verdad respecto de sí? ¿Irá a escuchar lo que le dicen? No. ¡Porque cree que un dios nunca escucha a nadie!

La fe es una pasión caritativa y vivida a dos, te llega de fuera, como quien llama a la puerta. ¡Abre!




sábado, 5 de noviembre de 2022

¿Qué haces con lo que recibes?

 José Luís Nunes Martins


Aquello que somos depende de lo que hacemos con lo que recibimos

Nuestra primera responsabilidad será la de estar atentos a quien nos rodea y a todo aquello que forma parte de nuestras circunstancias a cada hora. Debemos estar concentrados en la búsqueda de todas las bondades y bellezas que pueden alimentar nuestra vida, pero no para nosotros, sino más bien para entregarlas a quienes más las necesitan.

Hay quien no está atento. No busca, no encuentra, no tiene para dar. Otros buscan, pero creen que todo lo que encuentran es solo para sí, ¡algunas veces con a disculpa de que son los más necesitados!

Tal vez Dios no haga llegar todo aquello que necesitamos a través de otros. Y a los otros a través de nosotros… es preciso estar atento.

Después necesitamos esforzarnos por comprender aquello que nos pasa en nuestra vida. Sin la certeza de que lo consigamos, pero también con la convicción de que tal cosa es imposible. Por tanto, sin pereza y con decisión. Los que están cerca de nosotros también precisan de quien les ayude a comprender y a comprenderse. Esfuérzate en prestar esa ayuda.

De todo lo que te fuere dado, trata de no quedarte con nada de lo que no necesites. El resto, que será mucho, dalo todo. Con criterio. Da a quien necesita aquello que necesita. No des agua a quien tiene hambre, ni ropa a quien tiene hambre.

Confía en que no estás solo. Nunca. Incluso cuando lo sientes en lo más dentro de ti. Cuando te escasea la fe, piensa que la vida que tú llamas tuya te ha sido dada, aunque no hayas hecho nada por merecerla. ¿Cómo puede alguien creer que su existencia se debe solo a series lógicas de acasos sin sentido?

Amar es sacrificarse en favor del otro, es darse para que el otro sea feliz. Y ser feliz porque el otro lo es.

Casi nada de lo que recibes es para ti.

No tengas apego a nada de lo que te es dado. No solo porque nada será algún día tuyo, sino también porque llegará siempre el momento en que tengas que dejar todo lo que tienes y quedarte solo con lo que conseguiste ser.

Eres lo que haces con lo que recibiste. Nada más.