martes, 28 de febrero de 2023

Tienes que ser tu amigo

 


 José Luís Nunes Martins

 Hay quien piensa que la autoestima de la que tanto se habla es una especie de mezcla entre el orgullo y la vanidad, pero la verdad es que eso son defectos, por lo que nada bueno podría resultar de la unión de ingredientes poco buenos.

 Lo que más importa es estar en paz con nosotros mismos, en vez de crear y alimentar revueltas interiores. Si tengo algo en mí que me desagrada, negarlo o vivir en guerra conmigo mismo sobre eso no me da paz ni me ayuda nada a mejorarlo.

 Nadie se perfecciona si no acepta en paz el punto de partida.

 Es posible que haya detalles y facetas que no nos agradan del todo, o que tampoco tienen forma alguna de ser mejoradas. En ese caso es más importante todavía que los aceptemos si queremos tener la paz que es condición fundamental de la felicidad.

 ¿Qué bien puedo querer para alguien si no acepto el bien que soy yo?

 Si amar es darme, entonces es esencial que yo valore el presente que debo ser.

 Aceptarme como soy es también una forma de llevar al otro a aceptarse como es y a tener paz.

 Hay una sabiduría profunda en aprender a aceptar quien somos y quien no somos, lo que tenemos y no tenemos. Después, trazar un camino y hacerlo, aceptando la necesidad de verdad en cada paso.

 Sin verdad no hay silencio que nos eleve y nos vuelva mejores.

 


 

sábado, 11 de febrero de 2023

Dios nos habla de muchas formas

 José luís Nunes Martins


 Haz una pregunta a Dios y no quieras responderle luego con una lógica de prisa. Interioriza la pregunta y piensa con calma y seriedad. Imagina que quien te oye es el propio Dios, por lo que cualquier huida de la honestidad hará que pierda todo sentido. ¡Estate atento a las señales! ¡Nuestros días están llenos de pistas valiosas, aunque las ignoremos como si ya fuésemos muy sabios y felices!

 La mayor parte de nosotros vive lleno de certezas que, en verdad, no son más que opiniones sin gran fundamento.

 Una buena pregunta incomoda, porque reconocerla como merecedora de nuestra atención ya es un paso en la dirección correcta. Saber que no se sabe es el primer momento de un proceso por el cual se llega a la sabiduría.

 Necesitamos mucho sosiego para que podamos escuchar lo que vive en lo más hondo de nosotros y nos hace vivir.

 Aceptar el desafío de preguntar algo a Dios, tratando por encima de todo comprender la dimensión de la pregunta, recogiéndose después en una escucha atenta a las señales que pueden indicar una respuesta, es un camino largo, lento y profundo.

 Aunque las preguntas sean las mismas casi siempre, las respuestas de cada una han de ser construidas de muchas formas, porque, a pesar de que la verdad solo es una, cada uno la ve a partir de su vida.

 Uno de los mayores peligros de hoy en día reside en el relativismo absoluto, una especie de principio según el cual la verdad no es sino algo que corresponde a cada uno decidir crear. No es así, existen el bien y el mal, y la línea que los separa. No importa lo que cada uno de nosotros pueda pensar, o todos… el bien y el mal no varían, porque no dependen de lo que se pueda pensar de ellos o de lo que se crea justo.

 No se entiendan las peguntas como desafíos para que cada uno cree su propia respuesta. No. El camino es el de la paz del silencio, donde nos serán reveladas, no nuestras respuestas, sino la verdad.

 Ninguna oración muda la voluntad de Dios, pero cualquiera parece poder cambiar a quien la hace, así la sepa rezar.

 Es preciso preguntar, esperando con amor las señales de la respuesta. No pidas a alguien que amas aquello que puedes alcanzar solo. Señales hay de sobra. ¡A veces, la respuesta es una pregunta mayor, que, de tan grande, nos hace crecer por dentro!

 La vida que cada día se nos da es un don. Nos compete vivirla bien, Escucha a aquellos que amas, para que puedas ir al encuentro de sus necesidades. Escucha a aquellos que te aman, no supongas que sabes lo que te quieren o han de decir. Pregunta con humildad y sabiduría, escucha con paciencia y atención.

El cielo vive en nuestro corazón, y nosotros en el corazón del Cielo, pero solo encontramos a dios cuando nos vaciamos de nosotros mismos.

Dios nos habla de muchas formas, pero lo que busca es siempre lo mismo: que seamos quien podemos ser. Únicos, auténticos y felices.

 


lunes, 6 de febrero de 2023

Si amas el pasado, él no pasa

 


José Luís Nunes Martins

El amor, bajo la forma de añoranza, prolonga en el tiempo aquello que ama, si fuera auténtico, entonces se vuelve eterno.

El tiempo nunca queda suspendido, avanzando siempre en dirección a lo que ha de ser. Si el recuerdo fuera descontrolado, acaba por impedir que se viva el presente, como si fuese una negación a la forma simple del tiempo ser. Así mismo, la añoranza excesiva implica una ceguera con relación a la esperanza.

¿Qué debe hacer un adolescente que teme llegar a tener añoranza de su juventud?

El tiempo es un don divino. Nadie tiene el derecho de estar vivo hoy. Son pocos los que agradecen el hecho de tener la oportunidad de envejecer… ningún día debe ser desperdiciado como si no sirviese para nada. Una hora solo es aburrida si no la aprovechamos para…

No puedo dividirme entre el pasado y el hoy.

Vivir es estar, completos, aquí y ahora. Esta hora es un instante de nuestro camino, entre lo que ya hicimos y lo que hemos de soñar, construir y recorrer.

Si amas el pasado, él no pasa. Es más importante saber la medida cierta de ese amor, porque amar también es dejar pasar. Respetar al otro y su tiempo, no sujetándolo ni arrastrándolo, por mejor que creamos ser nuestra intención.

Solo no es feliz quien nunca experimentó la felicidad, o quien no lo quiere ser, porque teme que serlo no sea más fuerte que el tener.

En el amor, nada se pierde de lo que se ha dado.

Queramos o no, aquello que otrora tuvimos y vivimos, forma ahora parte de lo que somos. Y así será. Siempre.