José Luís Nunes Martins
Hay quien piensa que
la autoestima de la que tanto se habla es una especie de mezcla entre el
orgullo y la vanidad, pero la verdad es que eso son defectos, por lo que nada
bueno podría resultar de la unión de ingredientes poco buenos.
Lo que más importa es
estar en paz con nosotros mismos, en vez de crear y alimentar revueltas
interiores. Si tengo algo en mí que me desagrada, negarlo o vivir en guerra
conmigo mismo sobre eso no me da paz ni me ayuda nada a mejorarlo.
Nadie se perfecciona
si no acepta en paz el punto de partida.
Es posible que haya
detalles y facetas que no nos agradan del todo, o que tampoco tienen forma alguna
de ser mejoradas. En ese caso es más importante todavía que los aceptemos si
queremos tener la paz que es condición fundamental de la felicidad.
¿Qué bien puedo querer
para alguien si no acepto el bien que soy yo?
Si amar es darme,
entonces es esencial que yo valore el presente que debo ser.
Aceptarme como soy es
también una forma de llevar al otro a aceptarse como es y a tener paz.
Hay una sabiduría
profunda en aprender a aceptar quien somos y quien no somos, lo que tenemos y
no tenemos. Después, trazar un camino y hacerlo, aceptando la necesidad de
verdad en cada paso.
Sin verdad no hay
silencio que nos eleve y nos vuelva mejores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario