lunes, 6 de febrero de 2023

Si amas el pasado, él no pasa

 


José Luís Nunes Martins

El amor, bajo la forma de añoranza, prolonga en el tiempo aquello que ama, si fuera auténtico, entonces se vuelve eterno.

El tiempo nunca queda suspendido, avanzando siempre en dirección a lo que ha de ser. Si el recuerdo fuera descontrolado, acaba por impedir que se viva el presente, como si fuese una negación a la forma simple del tiempo ser. Así mismo, la añoranza excesiva implica una ceguera con relación a la esperanza.

¿Qué debe hacer un adolescente que teme llegar a tener añoranza de su juventud?

El tiempo es un don divino. Nadie tiene el derecho de estar vivo hoy. Son pocos los que agradecen el hecho de tener la oportunidad de envejecer… ningún día debe ser desperdiciado como si no sirviese para nada. Una hora solo es aburrida si no la aprovechamos para…

No puedo dividirme entre el pasado y el hoy.

Vivir es estar, completos, aquí y ahora. Esta hora es un instante de nuestro camino, entre lo que ya hicimos y lo que hemos de soñar, construir y recorrer.

Si amas el pasado, él no pasa. Es más importante saber la medida cierta de ese amor, porque amar también es dejar pasar. Respetar al otro y su tiempo, no sujetándolo ni arrastrándolo, por mejor que creamos ser nuestra intención.

Solo no es feliz quien nunca experimentó la felicidad, o quien no lo quiere ser, porque teme que serlo no sea más fuerte que el tener.

En el amor, nada se pierde de lo que se ha dado.

Queramos o no, aquello que otrora tuvimos y vivimos, forma ahora parte de lo que somos. Y así será. Siempre.



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