domingo, 22 de enero de 2023

Solo el dolor revela quien somos

 José Luís Nunes Martins


 El sufrimiento puede hacernos grandes o volvernos mezquinos y vengativos. De cualquier forma, pone de manifiesto quien elegimos ser.

 El dolor nos aumenta el corazón y, con eso, eleva y engrandece lo que somos. Hay quien cierra su corazón y huye del dolor, pero ninguno de esos ha salido nunca vencedor.

 Quien evita el sufrimiento no vive. Su triste alegría se debe a un pacto con el miedo.

 Es importante abrir los brazos y ofrecer el pecho al que nos ataca, combatiendo el mal no con el mal, sino con el bien de nuestro corazón. Los brazos abiertos son siempre una voluntad de abrazar a alguien que, con los brazos bien abiertos, también ofrece con coraje y amor su echo al otro.

 Es esencial comprender que, así como los pequeños dolores se comparten, los grandes sufrimientos son mudos y no se pueden compartir con palabras. A veces, ni la mirada de alguien nos dice el dolor que esconde y cala por detrás de ellos.

 Hay tragedias que me hacen bien, porque me vuelven bueno.

 Por falta de discernimiento, acabamos provocando mucho mal a nosotros mismos. No por cualquier razón noble, sino porque no sabemos quien somos… si autores del mal, si sus víctimas inocentes.

 ¿Cuántas veces el alivio al final del sufrimiento se debe a lo que aprendemos sobre nosotros mismos? Que somos más de lo que creíamos…que somos capaces de lo peor, también lo somos de lo mejor.

 Cuanto más ames, más tendrás que sufrir…Pero la verdad es que el amor vale cualquier tristeza, por mayor que sea. Porque cualquier sufrimiento es pasajero. Solo el amor es para siempre.

 Lo que nos salva duerme donde vive el amor. Recuérdalo.

 

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