domingo, 1 de octubre de 2023

Perdona, no alimentes tu sufrimiento

 José Luís Nunes Martins


 Cuando algo nos duele, es importante que seamos capaces de tratar de sanar. Quien busca a través del odio, la violencia o incluso la fría venganza reponer la justicia, agrava el mal que lo aflige, en vez de curarlo.

 ¿Cuántas veces quedamos disgustados con acontecimientos que, en realidad, no pasaron tal como los recordamos? ¿Es que no debíamos, en honor a la verdad, ser más humildes y procurar saber con rigor los hechos antes de reaccionar?

 Hay quien se alimenta del mal y hace su corazón latir en busca de castigos para los demás. Busca la justicia, pero lo hace de forma tan justiciera que acaba siendo tan injusto como aquellos males que pretende combatir.

 Perdonar es renunciar al cobro. Es velar por su propio bien, comprendiendo que si todos erramos, del mismo modo podemos ser perdonados. El perdón es un acto de amor, es dar al otro más de lo que merece…

 Pero… ¿Quién soy yo para juzgar a otros? ¿Sus razones y sus gestos? ¿Si los perdono, tal como fui, soy y seré perdonado, qué mal estoy haciendo al otro o a mí mismo?

 Cuando nuestros silencios son de murmuraciones, lamentaciones e intrigas interiores, no tenemos paz.

 ¿No es siempre justo el perdón?

 ¿Quién es digno de condenar a aquel a quien Dios puede decidir perdonar?

 ¡Si soy perdonado en la medida que perdono, entonces condenar a otro es condenarme a mí mismo!

 


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