José Luís Nunes Martins
Es posible que transmitamos alegría, incluso cuando la
tristeza vive y se dilata en nuestro corazón. ¿Vale la pena? Sí, porque, a
pesar de todo, nada ganaríamos con no hacerlo y, así, nos hacemos dignos de
nosotros mismos.
José Luís Nunes Martins
Es posible que transmitamos alegría, incluso cuando la
tristeza vive y se dilata en nuestro corazón. ¿Vale la pena? Sí, porque, a
pesar de todo, nada ganaríamos con no hacerlo y, así, nos hacemos dignos de
nosotros mismos.
José Luís Nunes Martins
Si estás seguro, no desistas. Aunque tengas que sufrir
a causa de eso. El camino del bien y de la verdad casi nunca es cómodo, implica
muchas renuncias, hasta de algunas realidades que no son condenables.
Es preciso perder mucho para alcanzar los bienes mayores.
Muchas veces las tentaciones no son cosas más, sino bienes mayores…
Amar es una elección, una decisión que exige nada
menos que l mayor de las lealtades.
Amar no es un sentimiento que nos toma y hace sus súbditos,
sin que nuestra voluntad y libertad sean respetadas. Eso implica que seamos
responsables durante gran parte de nuestra existencia. Eligiendo y eligiéndonos
a nosotros mismos. Somos el resultado de las obras que decidimos llevar a cabo.
No desprecies a alguien o alguna cosa solo porque está
rota o débil. No les des fin. ¿Cuántos de nosotros pasamos largos periodos en que
tristezas de muerte se abaten sobre nosotros? ¿Habría sido acertado renunciar a
lo que somos y a nuestros sueños en esos momentos de angustia?
¡Una luz débil siempre será más luz que débil!
El que fuera capaz de ver en el humo la certeza de una
llama que aún resiste, un resto de luz que aún puede volver, ve la verdad.
Todos somos débiles con necesidad de ser fortalecidos. ¿Quién de entre nosotros
no necesita fuerza, esperanza, fe y amor?
¡Algo trascendente es que quien más necesita y con más
prisa se dispone a compartir lo poco que tiene! Todo esto se pasa sin que nadie
se de cuenta de lo que está sucediendo. Es como una brisa suave que da sentido
al mundo.
Que yo sea capaz de asegurar mi propia mano cuando
tuviera la tentación de echar todo a perder, cediendo a lo que me parece más
seguro… Amar es cortar, de forma radical, con la lógica de este mundo.
¡La verdad es que el cielo y el amor valen todo lo que
temo perder!
José Luís Nunes Martins
El que es altivo no pide ayuda, prefiere caer… se
levanta solo y en pánico por la posibilidad de que alguien lo haya visto, al
final, igual a todos los demás. Es una especie de condenación a una vida
solitaria. Se cree por encima, pero viven debajo de sus semejantes, por haber
escogido mostrar solo aquello en que se creen buenos.
Esconder nuestros males nos da fuerza, espacio y
tiempo. Pasamos a escuchar solo los consejos de quien piensa como nosotros…porque
admitir que el mal es malo implica mejorar y eso, creen los orgullosos, es un
proceso solo para otros: los débiles.
No quieren quedar a deber nada a nadie. Llaman a eso
libertad, pero solo es ignorancia, pues quien no acepta que la vida feliz solo
es posible cuando nos ayudamos mutuamente. ¡En verdad, el amor no es algo que
suponga una contabilidad común, es incluso contradictorio, porque solo es
precisamente mío aquello que hubiera sido capaz de dar!
¡Amar también es aceptar, abrirse al otro, quedar a
deberle mucho, todo…y ser feliz con eso, sin el afán de retribuirle cada cosa…
solo con la alegría de ser amado de verdad y sin que quien nos ama espere algo
a cambio!
No mires para ti. Observa a tu alrededor y encontrarás
muchos ejemplos de vidas heroicas alas que muy pocos prestan atención.
Inspírate en la abnegación de los que son capaces de olvidarse de sí en favor
del corazón de aquellos por quien luchan para amar.
Si crees que eres muy bueno, no necesitas hacer nada
que no sea esperar que la viday los otros vengan a presentarte vasallaje… ¡Nada
de eso sucederá! ¡Entonces, te sentirás cada vez más frustrado y culpable…al
punto de volverte vengativo e insoportable para ti mismo! ¡Sal de ahí!
¡No dejes que el orgullo te arruine el tiempo de tu
única vida que tienes aquí!
El orgulloso es infeliz, porque ni ama ni se deja
amar.
José Luís Nunes Martins
Gran parte de todos nosotros es hostil consigo mismo. Somos
capaces de ser amigos de mucha gente, pero no siempre lo somos de nosotros
mismos. Al contrario, llegamos a ser los críticos menos piadosos y, muchas
veces, injustos con lo que somos o hacemos.
Son pocos los que, sobre las mismas faltas, se
perdonan más a sí que los otros.
Mas quien se da, debe dar lo mejor de sí. Por amor al
otro, debo cuidar de mi y garantizar que le llego tan auténtico cuanto ligero y
en paz.
¿Si Dios, que me conoce, me ama como soy, quién soy yo
para no hacer lo mismo?
¿Por qué razón valoramos más el desprecio de los que
nos menosprecian que el amor de los que nos aman?
¡Si cada uno de nosotros fuera capaz de hablar consigo
mismo como si estuviese hablando con una de las personas que más ama, entonces
todo sería más calmado, verdadero y justo!
Mientras tanto, porque muchas veces nos engañamos a nosotros
mismos de forma muy peligrosa, es preciso garantizar que nuestra conciencia se
encuentra en paz y estamos teniendo en cuenta lo que es importante.
Uno de los mayores peligros de la vida es el de actuar
con un corazón ciego para lo que nos importa, ni la realidad, ni el bien, ni la
verdad… este corazón cerrado solo consigue verse a sí mismo, odiándose, y
valorándose en dosis extremas, en una especie de guerra en la que se alternan
de forma caótica el odio y el odio a ese odio.
La mayor parte de nosotros se destruye si le sucediese
todo lo que desea… ¡A pesar de eso, casi siempre nos consideramos derrotados
por el fracaso de esas nuestras esperanzas!
Solo quien abandona las ideas sobre lo que cree ser,
se encuentra y admira tal como es.
Debemos cuidar de nosotros y amar a los otros. Procurando garantizar
que nos somos ásperos ni fríos con nadie. Nadie.