José Luís Nunes Martins
Es posible que transmitamos alegría, incluso cuando la
tristeza vive y se dilata en nuestro corazón. ¿Vale la pena? Sí, porque, a
pesar de todo, nada ganaríamos con no hacerlo y, así, nos hacemos dignos de
nosotros mismos.
Muchas personas aman de manera pura, sin haber sido
amados nunca. Doy viviendo sin ser amado. Más aún, tal vez, si amamos a quien
no nos ama. Pero no debe haber mayor tragedia interior que vivir sin amar a
alguien.
Una verdadera madre ama a los hijos sin esperar nada a
cambio, y continuará haciendo lo mismo cuando
ellos son ingratos y no reconocen nada bueno en aquello que la madre les hace
llegar.
¿Y cuántos niños irradian alegría y amor, sin que lo
reciban ni si quiera de aquellos que debían hacerlo? ¿será porque dan a quien
creen que necesita más de ellos? ¿O no quieren sobrecargar a quien lo podía
dar?
Hay gente con vacíos enormes dentro de sí, pocos casi
sin fondo y grutas sin fin, excavadas por sufrimientos tantas veces imaginarios,
ni siquiera por quien está cerca… cuanto más honda y oscura, con más silencio
se da.
Hay quien quizá tenga miedo de tener esperanza. Pero,
aún así, es capaz de animar a otros a tenerla, ayudándolos a cumplir sus sueños…
¡Hay quien dará lo que no tiene, en la secreta
esperanza de recibirlo un día de alguien!
Un abrazo. Tal vez bastase solo un abrazo…
No hay comentarios:
Publicar un comentario