José Luís Nunes Martins
Pasamos mucho tiempo de nuestras vidas soñando e intentando ser más ricos en cosas. Queremos aumentar nuestras posesiones, acumulamos piezas valiosas de un puzzle que nunca nadie consigue acabar.
¿Cómo nos convencen para comprar tantas cosas? Llevándonos a creer que tenemos necesidades que, n verdad, no tenemos. Como si consiguiesen crear un vacío en nosotros, para después podernos vender la solución para llenarlo.
¿Y por qué razón hay tanto gente que compra? ¡Porque hay otros que intentan a toda costa vender lo que consiguen para… tener poder ellos comprar otras cosas a otros!
Poder de compra. Extraña idea esta de alguien para tener la posibilidad de adquirir cosas. Ahora bien, ¿No sería mejor no tener grandes necesidades? ¿No será que uno de los caminos para la felicidad es desear menos? O no dejarse convencer de que la alegría viene de las cosas, sino que somos nosotros los que podemos cultivarla en nuestro interior, desde que tengamos lo esencial para nuestra supervivencia.
Un de los mayores problemas del mundo actual es que la ganancia insaciable de pocos acaba por impedir que muchos tengan lo básico y esencial.
Muchos de los que más tienen viven con miedo y cerca de la locura, así se dan cuenta de que su vida no depende de lo que posean. Pero, no es lo que tenemos, sino lo que hacemos con lo que tenemos, que define quien somos y nuestro valor absoluto.
¡Es preciso muy poco para ser feliz. Quien acumula fortunas se vuelve demasiado pesado para poder volar…y lo que más importa es ser puro y leve, y así, dejarse elevar por los vientos que nos llevan hasta el cielo que se puede ver desde aquí!
La única verdadera riqueza que está a nuestra disposición no es ni un montón de cosas, ni el dinero, ni tampoco el poder, si en cambio lo que fuéramos capaces de dar, por amor. Solo eso es nuestro. ¡Y ese es nuestro valor!
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