Aunque nuestra amistad nos cogió ya jubilados, no por eso fue menos intensa, al contrario, no teníamos prejuicios de tiempos pasados, tal como éramos en ese momento. Y coincidieron nuestros intereses y nuestros objetivos, de modo que nos enriquecimos mutuamente y no fuimos egoístas, porque vivíamos para mejorar nuestras vidas y sobre todo las de los demás, especialmente las de quienes tenían dificultades para vivir con normalidad.
Fue un feliz encuentro, oportuno, provechoso. Tu ofrecimiento como voluntario en el programa de Personas sin Hogar de Cáritas, donde yo llevaba tiempo, esperando que llegara algún compañero estable, fue una decisión acertada, ya que dos pueden hacer más que uno. Efectivamente, tardamos muy poco en congeniar y así pudimos ayudar más y mejor. Tu llegabas a los que yo tenía menos capacidad de acceder, ya que no es siempre fácil ayudar a personas con problemáticas muy complicadas, respetando su situación, sin juzgar ni discriminar. Lo hacías muy bien, y me ayudaste a mí también a mejorar.
Personalmente tengo mucho que agradecerte, porque me ayudaste cuando necesite ayuda material y comprensión. Bueno, eras igual con todos, lo que honra y te hace merecedor a tantas amistades.
Algún defecto tenías, como yo y cualquier persona desde luego, por eso también discutíamos, siempre por culpa de la política…lo cual jamás impidió que estuvieras pendiente de cualquiera que entrara, de servir más café, unas galletas o las rosquillas que había hecho tu mujer, y se acababa la discusión. Otras veces protestabas por determinadas cosas o actitudes o normas, y amenazabas con dejarlo e irte, pero te duraba muy poco, porque eras humilde y amistoso con todos.
Siempre llegaba el primero, le gustaba llegar temprano para servir su primer café a quienes habían dormido en la calle, y aunque el día anterior se hubiera despedido…no fallaba. Los enfados le duraban poco.
Todo esto mientras la salud te lo permitió, luego te fuiste yendo poco a poco, habiéndote ganado el descanso verdadero, para siempre en paz y felicidad.
Jamás te olvidaremos, hombre generoso, amigo, compañero, padrazo, ¿has visto cuantos hemos acudido a despedirte, y nadie está triste? gracias por tu amistad, ya eterna.
No hay comentarios:
Publicar un comentario