José Luís Nunes Martins
La vida es un camino hecho de muchas etapas. Todos los días son diferentes y únicos. Nadie puede parar, lio siquiera durante un instante, mucho menos volver atrás para rehacer lo hecho.
Es bueno parar y dirigir nuestra mirada hacia lo que hemos hecho, preparando pasos que tenemos que dar. ¿Pero donde podemos preparar así los días que nos han de venir? Tal vez fuera del camino, en un desierto donde el viento nos inspire para descubrir el soplo de la vida que nos anima. Un desierto donde estémosles solos, durante algunos momentos u horas, solo nosotros con nosotros mismos, para evaluarnos, con la razón y la emoción conjuntamente, los rumbos que hemos seguidos, los porqués y las formas como hemos andado.
Habrá quien crea que nuestra historia ya está escrita y que nuestra libertad es una especie de ilusión. La verdad es que no decidimos ni donde comenzamos, ni aquello que tenemos en la mochila, ni, tampoco, lo que no va sucediendo. Pero somos libres y eso es de manera tan profunda que llega a causar vértigo en el futuro. Una angustia porque percibimos. al final, que somos responsables de nuestro destino.
Es bueno parar. Guardar silencio y aquietarnos. Y que en ese ayuno de palabras, nos podámosla dar a nosotros mismos la limosna de un tiempo de paz. Descansar a fin de comprender el pasado antes de lanzarnos hacia adelante rumbo al cielo de nuestros días.
Que en nuestros planes haya siempre tiempo y espacio para irnos al desierto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario