José Luís Nunes Martins
Las dificultades forman parte del camino. Los obstáculos no impiden el camino, son el propio camino. Tal vez haya alguien capaz de imaginar un itinerario de vida sin impedimentos, pero eso jamás pasará de mero delirio poético.
La vida es dura y buscar la paz y la felicidad, que son la base del sentido que cada uno de nosotros encuentra en su existencia, implica numerosas pérdidas, frustraciones, miedos, angustias, decepciones, dolores, soledad, culpas, arrepentimientos, conflictos, adversidades, desilusiones, ansiedades, desesperación, abandonos, cansancios, desánimos… no hay vida sin todo eso.
Los sufrimientos tienen siempre el sentido que les damos. Pueden imponerse contra nuestra voluntad, perno nos corresponde, aún así, decidir lo que son y significan para nosotros.
El sentido que damos a las curvas, descensos y subidas de nuestra vida es de nuestra entera responsabilidad, son nuestros. Y es de ahí de donde nacerá el ánimo o el desánimo.
Es importante confiar, reconocer nuestra finitud y aceptar que no conseguimos comprender plenamente ni el significado más profundo de lo que nos sucede, ni las consecuencias de la forma como respondamos a cada cosa que nos sucede.
Esta nuestra vida solo tiene algún sentido verdadero si somos capaces de amar. Eso implica que aceptémoste sufrir en varias dimensiones, física, emocional, psicológica, sentimental. Pero que nuestra alfaque es mucho más valiosa que todo el resto.
A los que sufren -que somos todos- es importante saber que la vida y el amor son inmortales. Terminará este tiempo, esta existencia, pero eso no será el fin -nuestro fin.
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