sábado, 21 de junio de 2025

La belleza que hay en la tristeza

José Luís Nunes Martins




Solo lo verdadero puede ser bello. Una falsa alegría nunca puede ser bella, a menos que todos sepan que no hay verdad en ella. En ese caso, sí, incluso puede manifestar una belleza admirable.


Un dolor profundo no tiene otra belleza que la de hacernos viajar hasta lo más íntimo de nuestra alma, donde todo es bello. Así, cuando algo nos hiere, nos hace más humanos y, por lo tanto, más bellos, por más verdaderos.


La felicidad nos eleva, el sufrimiento nos revela la profundidad  de la existencia, como las raíces con las que nos dimos a los otros. 


Hoy se evita la tristeza, la enfermedad, la pérdida, el sufrimiento, la muerte -todo lo que apunta a la fragilidad de la existencia. Nada de eso forma parte de aquello que hoy se acostumbra compartir. Por eso, cuando alguno de nosotros experimenta algún mal, además tiene que hacerlo solo. Dolor sobre dolor. Solo porque el mundo enseña que es feo cuanto no causa envidia.


Para que seamos bellos es esencial que seamos buenos. Debemos ser sensibles a las necesidades del otro, tomándolas como nuestras. Amando sin preocuparnos de agradar a nadie.


La más sublime belleza es la de los que se distinguen, nunca de los que se hacen notar.


A tristeza é bela porque é essencial à felicidade. Aponta-nos a verdade do que somos na fragilidade do que temos.


La tristeza es bella porque es esencial para la felicidad. Nos muestra la verdad de lo que somos en la fragilidad de lo que tenemos. 


Esta vida que llamamos nuestra nos fue dada,  con todas las incertezas  que derivan también de que somos libres.


¿Puede ser triste la vida? Sí. Pero si fuere vida con verdad, entonces siempre será bella y admirable.

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