sábado, 26 de julio de 2025

La belleza de las cicatrices


José Luís Nunes Martins Morir es mucho más fácil que vivir. La vida es un èso qe solo raras veces se alivia. Aprendemos el arte de vivir aceptando y haciendo frente a las adversidades. Vivir también es llorar y sufrir. Quien, teniendo miedo a eso, huye en busca de paz, nunca la encuentra. El camino se hace de abajo hacia arriba. Las frustraciones, e incluso la misma muerte son adversarios fortísimos. Es muy importante ncontrar la forma de, de esos males -por peores que sean- sacar el mayor bien. Morir es entregarse; vivir también lo es. Cada noche nos dormimos en la confianza de que al día siguiente despertaremos aun en este mundo. Es precisa fe -y eso debería ser motivo de alegría y agradecimiento. ¡Sin embargo, son muchos los que piden mucho y pocos los que agradecen lo que pidieron y les fue concedido! Nos cuesta dar de lo mucho que tenemos y, muchas veces, preferimos entristecernos con lo poco que nos falta -y ese poco no es para dar, sino solo para nosotros...que nos juzgamos necesitados. Procuremos ser una bendición en la vida de los otro. Custe lo que cueste. El amor vale siempre mucho más que los dolores que implica. Procuremos una respuesta clara para nosotros mismos sobre lo que estamos haciendo aquí. Quien no sabe para que vive, ni vive ni muere...se demora y se cansa. Se arrastra en una vivda no vivida. Existir y honrar el don de la vida con que hemos sido (y somos) bendecidos es no perder el tiempo, no desperdiciar momentos buenos, aprovechar lo que es posible, aunque sea poco. ¿Hay razones para estar abajo? Sí, siempre. Pero resucitar es algo que está al alcance de cualquier persona viva... desde que encuentre en sí y en los que rodean las fuerzas y los caminos para eso. Estemos atentos a aquellos que, con nuestras fuerzas, podemos amar. Vivir no es lo que hacemos todos los días; es aquello que, en verdad, solo conseguimos hacer algunos días. Que hoy sea uno de esos días. un buen día.

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