sábado, 23 de agosto de 2025

Ningún trabajo deshonra a quien lo hace

José Luís Nunes Martins

Trabajar conlleva siempre un esfuerzo, una entrega, que implica que quien lo ejecuta ponga algo de sí mismo en lo que hace. Algunos lo hacen con más placer que otros, pero todos tienen que renunciar a su egoísmo y a su comodidad natural.

Los frutos, cuando hay excelencia en la forma de alcanzarlos, serán siempre valiosos. Puede que hasta no sean precisos por lo que son, sino por la forma en que fueron hechos. ¿Cuánto vale un trabajo en el cual alguien e ha empeñado con alma y corazón? Más que una medalla de oro que se conquista sin esfuerzo ni dedicación.

El trabajo es una larga lucha por la paz interior, hecha de batallas diarias, en la cual importa resistir hasta el final, reconstruyendo y reorientando los esfuerxos siempre que el destino, el camino o la forma de hacer revelen algún error.

Es duro aceptar nuestros errores, las desgracias y adversidades de la vida, pero lo que hay que hacer es siempre lo mismo: reconocer lo que salió mal, analizar lo que es de nuestra reponsabilidad, saber lo que podemos cambiar, cambiarlo de hacho y...volver a la lucha.

Soñadores hay muchos. Se conocen pocas personas que no sueñen. Más aún, el sueño debe ser el proyecto y la inspiración para realizarlo.  Cuando el soñador no se empeña en trabajar para que se concrete un sueño, entonces tanto el soñador como el sueño pierden todo su valor.

El trabajo debe ser siempre una forma concreta y simple de realizar milagros, porque cuando el amor se vuelve acción y enriquece el mundo, es un verdadero regalo.

Quien trabaja con excelencia lo hace con fe, porque cree que su corazón, a través de sus manos, es capaz de cambiar el mundo.

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