En el Hogar para personas sin techo de San Fernando ha surgido espontáneamente una “brigadilla de voluntarios” que cada vez que necesito ayuda para distribuir los víveres entre los acogidos de la parroquia acuden con todo entusiasmo y suplen así la falta de voluntarios para realizar las tareas más pesadas.
Pero no sólo están dispuestos a esta ayuda puntual sino que demandan más participación en otras tareas, como en la campaña de los Reyes Magos para recoger juguetes con el P. Alfonso, y a título individual alguno de ellos, como Daniel, se dedica cada mañana a ayudar a misa al P. Robert, vicario del Santo Cristo, al que ayuda también en cualquier otra necesidad; el Padre Robert por su parte le está dando clases de guitarra, así se presentó todo orgulloso en nuestra oficina con su guitarra al hombro, dejándonos sorprendidos. “Es del P. Robert”, que me la ha prestado para que practique.
Estas actividades que han comenzado espontáneamente, y en gran parte por iniciativa de los acogidos, se van consolidando mes tras mes, y se me ocurre que ya era hora de ampliar el campo de estas actividades con la colaboración de otras parroquias o equipos, proporcionándoles alguna actividad a estas personas que pasan el día pensando qué podrían hacer pero nadie se acuerda de ellos o no los necesita.
Yo puedo garantizar que las personas que se han ofrecido a ayudar hasta el momento han cumplido extraordinariamente bien, y soy partidario de que se cuente con ellos desde instituciones como Cáritas u otras organizaciones que se dedican a actividades sociales y carecen de voluntarios y presupuestos.
También, recuerdo ahora, alguno estuvo de voluntario para la campaña de recogida de alimentos del Banco de Alimentos y del Pan Nuestro.
Yo les oigo muchas veces frases de agradecimiento a las hermanas que los atienden, a la comida que les dan, y a tener un techo para librarse de la calle al menos una temporada, poder ponerse ropa limpia, asearse; la verdad es que lo tienen por un verdadero hogar. No quiere esto decir que no tengan motivos de quejas, que los hay, pero son menores y tienen remedio, y en todo caso tiene el aguante suficiente para disimular y hasta disculpar los inconvenientes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario