(Hoy tengo el permiso del autor para publicar este post, la respuesta de una gran persona,
pues de bien nacido es ser agradecido, y él lo demuestra con creces.
Pero sobre todo constituyen un impulso para
todos aquellos que se dedican a los demás, un aliento en los momentos de crisis o dudas. Yo
tengo que confesar que estaba pasando un momento de esos; calculaba mis fuerzas
y pensaba reducir mi tiempo dedicado a los demás, sin embargo ahora me siento más
capaz de seguir adelante.)
Se de dónde vengo y en
qué lugar me encuentro, lo que intento descubrir es a donde mis pasos me
llevaran.
Solo me quedo con lo mejor que la vida me ofrece, la vida en sí, una vida de salud y esa mano tendida del desconocido saludándome al pasar, esos buenos días, ese como estas, y mucho más feliz cuando alguien quiere compartir contigo ese mendrugo de pan que solo él tiene para comer.
Aun en estos instantes de la vida tan difíciles, aun encuentras humanidad, amistad, compartir lo poco que hay, el calor de un nuevo amigo que acabas de conocer y no le importa compartir contigo lo único que él posee, humanidad, que palabra tan corta y qué difícil es para algunos pronunciar y menos ayudar.
En mi vida conocí todo tipo de personajes, me recibían en
soberbios despachos, me sentaba a comer en las mesas de los poderosos, compartí sonrisas y fortuna con grandes políticos, viaje por casi todo el mundo, y de todo eso y cuando me a llegado la hora me di cuenta que todo era una hipocresía de una vida, la vida del ser humano es como una ruleta, y tu eres un numero mas dentro de ella, el día que esa bola caiga en tu numero, estarás fuera del entorno de todos aquellos que tenias en su momento a tu lado y luego desaparecen porque ya no tienes con que jugar, ya no tienes que ofrecerles, hoy me doy cuenta que la verdadera vida, donde no hay hipocresía esta en aquellos que solo tienen lo que pueden alcanzar cada día para subsistir, desde que he descubierto la verdadera sociedad, la verdadera humildad, la verdadera amistad, no dejo de pensar en aquellos que sin tener para ellos subsistir, me han tendido la mano y de lo poco que ellos tenían me loan ofrecido, que bella es la vida cuando un olvidado de los demás, es el primero en darte lo mejor que él posee, su amistad, su cariño, el calor de una familia que nunca supiste ver que siempre ha estado ahí, hoy me doy cuenta, que nunca me había fijado que existiese, esa familia que su casa y hogar son las calles, cambian de residencias varias veces al año, unas veces debajo de un puente, otras en las esquinas de una calle fría, húmeda y muchas veces empapados hasta los huesos, estos son indiferentes para los demás cuando pasan ante ellos, otras el hueco de un cajero o el portal de una casa, los más afortunados recogidos por esas asociaciones de ayuda al desvalido, donde te dan ropa limpia y seca, una ducha, comida y cuando hay lugar puedes dormir en una cama con sabanas limpias, pero lo que muchos desconocen, es que estos seres humanos iguales que todos los demás, suelen tenderte la mano, no solo para pedir alguna caridad, si no para que te levantes y sigas un poco más ese camino difícil, esto es difícil de pensar para algunos que no saben lo que es estar en esa situación.
Me pregunto, porque he sido tan indiferente ante lo que la vida cotidiana me estaba enseñando, porque mis ojos en esos instantes de la vida no me dejaron ver la realidad de los que muchos llaman indeseables de una sociedad opulenta, yo diría mas bien ciega, ahora me doy cuenta que no solo era ciego, sino también un hipócrita de la vida. Hoy pienso y digo, porque en los primeros años de nuestras vidas adultas, la vida no nos hace pasar una larga temporada en las calles, pasar por los mismos trances y situaciones en que estos seres humanos, pasan cada día estas situaciones inhumanas.
Algunos de todos aquellos que no ven la verdad dicen. Que estos olvidados de los demás, son como candilejas que dan luz a la ciudad, y si faltasen ellos que harían todos aquellos que rigen sus finanzas de la pobreza, otros ni piensan ni quieren saber que existen, por eso solo hay que esperar y ver que muchos de estos que antes estaban en una opulencia desahogadas, ahora se dan cuenta que son una candileja más de la ciudad.
La amistad, no se compra, la amistad no se vende, la amistad nace desde lo más profundo del ser humano, cuando descubres que eres tan ser humano como ellos, dejas de pensar en ti mismo, y tiendes la mano al necesitado.
Sé de dónde vengo, se donde he estado, se donde estoy y sé lo que yo quiero, mi mayor deseo es reunirme algún día, con todos aquellos que en su momento me tendieron sus manos, me acogieron en su entorno y compartieron lo poco que tenían. Hoy cada vez que paso por delante de uno de esos compañeros ya no soy tan indiferente, hoy me doy cuenta que la vida se ve distinta desde diferentes lados, hoy me digo que si tuviese que tener amigos, cariño o amor por dinero, prefiero estar al lado de los menos afortunados, pienso y afirmo, que infelices fuimos algunos de nosotros, tuvimos que comprar la amistad, el cariño y el amor, cuando eso te lo regalan o lo ganas tu mismo, solo con una sonrisa, respecto para los demás y ante todo sentirse un ser humano.
Hoy desde aquí doy las gracias a muchos y otros de estos compañeros de camino, que en su momento me han tendido la mano y han compartido con migo lo poco que ellos tenían, siempre los llevo dentro de mis pensamientos, y a los que espero ver si dios quiere lo antes posible, solo espero que las cosas caminen mejor, quiero devolver con cariño y amor, todo lo que ellos me ofrecieron y más.
Antonio Rodriguez González….. R.P.R
Solo me quedo con lo mejor que la vida me ofrece, la vida en sí, una vida de salud y esa mano tendida del desconocido saludándome al pasar, esos buenos días, ese como estas, y mucho más feliz cuando alguien quiere compartir contigo ese mendrugo de pan que solo él tiene para comer.
Aun en estos instantes de la vida tan difíciles, aun encuentras humanidad, amistad, compartir lo poco que hay, el calor de un nuevo amigo que acabas de conocer y no le importa compartir contigo lo único que él posee, humanidad, que palabra tan corta y qué difícil es para algunos pronunciar y menos ayudar.
En mi vida conocí todo tipo de personajes, me recibían en
soberbios despachos, me sentaba a comer en las mesas de los poderosos, compartí sonrisas y fortuna con grandes políticos, viaje por casi todo el mundo, y de todo eso y cuando me a llegado la hora me di cuenta que todo era una hipocresía de una vida, la vida del ser humano es como una ruleta, y tu eres un numero mas dentro de ella, el día que esa bola caiga en tu numero, estarás fuera del entorno de todos aquellos que tenias en su momento a tu lado y luego desaparecen porque ya no tienes con que jugar, ya no tienes que ofrecerles, hoy me doy cuenta que la verdadera vida, donde no hay hipocresía esta en aquellos que solo tienen lo que pueden alcanzar cada día para subsistir, desde que he descubierto la verdadera sociedad, la verdadera humildad, la verdadera amistad, no dejo de pensar en aquellos que sin tener para ellos subsistir, me han tendido la mano y de lo poco que ellos tenían me loan ofrecido, que bella es la vida cuando un olvidado de los demás, es el primero en darte lo mejor que él posee, su amistad, su cariño, el calor de una familia que nunca supiste ver que siempre ha estado ahí, hoy me doy cuenta, que nunca me había fijado que existiese, esa familia que su casa y hogar son las calles, cambian de residencias varias veces al año, unas veces debajo de un puente, otras en las esquinas de una calle fría, húmeda y muchas veces empapados hasta los huesos, estos son indiferentes para los demás cuando pasan ante ellos, otras el hueco de un cajero o el portal de una casa, los más afortunados recogidos por esas asociaciones de ayuda al desvalido, donde te dan ropa limpia y seca, una ducha, comida y cuando hay lugar puedes dormir en una cama con sabanas limpias, pero lo que muchos desconocen, es que estos seres humanos iguales que todos los demás, suelen tenderte la mano, no solo para pedir alguna caridad, si no para que te levantes y sigas un poco más ese camino difícil, esto es difícil de pensar para algunos que no saben lo que es estar en esa situación.
Me pregunto, porque he sido tan indiferente ante lo que la vida cotidiana me estaba enseñando, porque mis ojos en esos instantes de la vida no me dejaron ver la realidad de los que muchos llaman indeseables de una sociedad opulenta, yo diría mas bien ciega, ahora me doy cuenta que no solo era ciego, sino también un hipócrita de la vida. Hoy pienso y digo, porque en los primeros años de nuestras vidas adultas, la vida no nos hace pasar una larga temporada en las calles, pasar por los mismos trances y situaciones en que estos seres humanos, pasan cada día estas situaciones inhumanas.
Algunos de todos aquellos que no ven la verdad dicen. Que estos olvidados de los demás, son como candilejas que dan luz a la ciudad, y si faltasen ellos que harían todos aquellos que rigen sus finanzas de la pobreza, otros ni piensan ni quieren saber que existen, por eso solo hay que esperar y ver que muchos de estos que antes estaban en una opulencia desahogadas, ahora se dan cuenta que son una candileja más de la ciudad.
La amistad, no se compra, la amistad no se vende, la amistad nace desde lo más profundo del ser humano, cuando descubres que eres tan ser humano como ellos, dejas de pensar en ti mismo, y tiendes la mano al necesitado.
Sé de dónde vengo, se donde he estado, se donde estoy y sé lo que yo quiero, mi mayor deseo es reunirme algún día, con todos aquellos que en su momento me tendieron sus manos, me acogieron en su entorno y compartieron lo poco que tenían. Hoy cada vez que paso por delante de uno de esos compañeros ya no soy tan indiferente, hoy me doy cuenta que la vida se ve distinta desde diferentes lados, hoy me digo que si tuviese que tener amigos, cariño o amor por dinero, prefiero estar al lado de los menos afortunados, pienso y afirmo, que infelices fuimos algunos de nosotros, tuvimos que comprar la amistad, el cariño y el amor, cuando eso te lo regalan o lo ganas tu mismo, solo con una sonrisa, respecto para los demás y ante todo sentirse un ser humano.
Hoy desde aquí doy las gracias a muchos y otros de estos compañeros de camino, que en su momento me han tendido la mano y han compartido con migo lo poco que ellos tenían, siempre los llevo dentro de mis pensamientos, y a los que espero ver si dios quiere lo antes posible, solo espero que las cosas caminen mejor, quiero devolver con cariño y amor, todo lo que ellos me ofrecieron y más.
Antonio Rodriguez González….. R.P.R
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