Opinión de José Luís Nunes Martins
Cada
uno de nosotros debe analizarse, de forma delicada y bondadosa.
Comprendiendo que la existencia no está comuesta solo de buenos
momentos, y que la alegría y la paz dependen mucho más de nuestro
corazón que de las circunstancias en que vivimos.
Por más
información que se tenga, eso no significa que se obtenga
conocimiento, de la misma forma que muchos conocimientos no
significan sabiduría.
La
sabiduría es la ponderación y discernimiento de saber qué hacer, y
qué evitar, en qué tiempo y en qué modo. Se adquiere por medio de
una reflexión profunda y pausada sobre la existencia, mediante la
cual se va consiguiendo identificar lo esencial por detrás de las
apariencias.
Cuanto
más sabios nos volvemos menos cosas necesitamos. Una renuncia a lo
superficial con que tantas veces intentamos llenar los vacíos que
sentimos en nosotros mismos.
Hay
silencios buenos, aquellos en que con paciencia esperamos las
respuestas; y los otros, aún mejores, en los que las encontramos...
Trabajar
más no significa alcanzar mejores resultados, sino hacerlo bien, eso
sí, aumenta la calidad de los frutos.
La vida
vacila, en constante desequilibrio, en todos cuantos se creen solo
con derecho a exigir, pero se yergue y eleva en aquellos que
reconocen sus obligaciones para consigo mismo y con los demás, sin
condiciones. Admirando y agradeciendo esta libertad y esta
responsabilidad.
Cada uno
de nosotros debe analizarse, de forma delicada y bondadosa.
Comprendiendo que la existencia no está compuesta solo de buenos
momentos, y que la alegría y la paz dependen mucho más de nuestro
corazón que de las circunstancias en que vivimos.
Más que
saber hacer, lo importante es que nos empeñemos en saber vivir. De
manera tranquila y gradual.
Hay una
melodía en cada día. La vida es una grandiosa sinfonía que debemos
ir componiendo, interpretando y perfeccionando. No importa tanto como
comienza sino si nos está (o no) llevando a donde queremos ir.
Ilustración
Carlos Ribeiro
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