José Luís Nunes Martins
Para evitar el proceso casi natural de la degradación de las relaciones humanas con el tiempo, hay que estar atento y trabajar, en el sentido de fortalecerlas y renovarlas cada día. Una especie de mantenimiento activo y permanente.
El optimismo en las relaciones humanas puede ser muy perjudicial. Solo quien, en las uniones, se prepara para lo peor es capaz de fortalecerlas y animarlas.
El simple paso del tiempo hace que surjan oportunidades para que el mal aparezca y comience a crear grietas. Así, o se está atento o es casi seguro que va a acabar mal, mal
Nunca es inmediato. El desgaste es lento, muy lento. El diagnóstico tiene que ser lo más prematuro posible.
En verdad, cuando se conoce a alguien, la relación comienza en alto y solo así se mantiene si ambos luchan por ello. Raras veces mejora, casi siempre empeora.
Algunos consideran que el problema no es suyo y que este proceso de enfriamiento es solo señal de que es la otra persona no está segura. De que no es la acertada. Y salen a buscar otra persona se sea felicidad instantánea y eterna. El único precio a pagar es tener que buscar, después será el cielo. Así mismo, simplemente.
Si alguien está en disconformidad, debe cambiar algo en sí mismo. No debe perder tiempo y fuerza intentando cambiar el mundo o al otro.
El bien exige dedicación firme y constante, precisa que nos apasionemos cada día, todos los días…
¡Los hábitos devoran todo, por lo no deben tener nunca oportunidad de instalarse!
Muchas veces tienes que tener el coraje de perder, de perderte, ara poder encontrarte a ti mismo, más prudente y fuerte que antes.
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