José Luís Nunes Martins
Puede estar en
el fondo de mí, pero no siempre eso me parece tan claro. Hay momentos en que
siento que me envuelve, saliendo de dentro afuera, para guardarme y protegerme.
Ningún cirujano
conseguirá nunca tocar mi alma con la punta del bisturí, ¿Pero significa eso
que no tengo alma? No. Yo soy mucho más que un cuerpo. Mucho más. También soy sueños,
dolores antiguos, miedos, dones, fuerzas y fe. Tal vez el alma sea la morada de
todo esto…
Tengo idea de
que es posible ver el alma de alguien cuando miro a esa persona. Una especie de
exhalación continua de algo tan sutil como concreto
Mi alma tal
vez se deje ver cuando soy auténtico y se esconde cuando elijo el engaño en vez
de la verdad.
¿Pero y si mi
alma fuera como un fuego puro y libre, que en lo hondo de mí ser da sentido e
impulso a lo que soy y a lo que elijo ser?
¿Es que mis
gestos están animados por esa centella, ese instante de mí que es también un
pedazo de eternidad, esa fracción ínfima que hace que hace de mí alguien grande
y completo?
Mi alma es un
soplo, un viento en una tempestad. Porque me proporcionas calor y paz, me
impulsa, me orienta, y me vuelve capaz de enfrentar y derrotar lo que parece
invencible.
Cuando amo a
alguien, le entrego un pedazo de mi alma, que quedará junto a la suya. Entonces
paso a amarla también a partir de su interior, al mismo tiempo que, si soy amado
mi alma queda en compañía de un fragmento del alma de quien así se ha entregado
a mí.
No sé si estos
pedazos alguna vez vuelven…
La verdad es
que mi alma se multiplica y engrandece cada vez que amo y, así, me ofrezco.
Cuanto más me
doy más soy.
https://agencia.ecclesia.pt/portal/onde-esta-a-minha-alma/
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