José Luís Nunes Martins
Dedicamos mucho tiempo de nuestra vida a luchar contra
la oscuridad. Las tempestades parecen sucederse hasta el punto de, a veces, no
saber siquiera si es la misma. Pero pasan. Todas pasan. Porque en la vida lo
poco que queda es la tristeza.
Te sientes perdido, pero no lo estás. La guerra constante
contra todo lo que nos roba la paz que merecemos consume muchas fuerzas. Nos
sentimos lejos de casa, lejos del camino, lejos hasta de lo que somos.
El sentido de tu vida, aunque estés en medio de una
tormenta, debe ser mantenerte fiel a lo que amas y a la certeza de que eres
amado. Las tempestades pasan, el amor no.
Es difícil mantener el rumbo cuando es necesario
enfrentarte a los miedos, en dirección a los sueños. Mucha gente pasa la vida
huyendo de los miedos, dejando que sean ellos, en verdad, los que determinen el
camino que no lleva a ningún lado y que solo sirve para desperdiciar esta
preciosa vida que nos ha sido confiada.
No te olvides de ir al encuentro de quien está en
dificultades con el fin de socorrerlo, animarlo y protegerlo. No prescindas de
los otros y de ti. Asume con coraje tus momentos de mayor fragilidad y pide
ayuda. Convéncete de que pedir ayuda es exactamente lo contrario de desistir.
Cada amanecer de bonanza en la vida agradece lo que la
tempestad curó y fortaleció en ti. Algunas veces habrá tenido grandes pérdidas…
pero continuas aquí y eso es señal de que, a pesar de todo, has vencido la
oscuridad.
En breve, la paz será atacada por más de una tempestad
y tú tendrás que decidir más de una vez si luchas o no, si crees en el amor o
si decides que ya no quieres tener más fuerzas…
La tempestad pasara. ¿Y tú?
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